Es tan insólito y sorprendente como se lee. Rosi Gladwell, de 70 años, cree que la radiación electromagnética emitida por el Wi-Fi es la razón por la que se siente débil, con falta de aliento y con pinchazos y agujas en la cara.
Esta mujer de 70 años, de Totnes, Devon, Reino Unido, compró diversos aparatos con la esperanza de que la protejan, incluyendo un detector portátil de radiación, según recogió Clarín.
Rosi, que es autodiagnosticada, sólo descansa bien si se mete en su bolsa de dormir tejida con plata y cobre y se envuelve en una sábana protectora.
Por ello, evita las grandes ciudades y tiene una desintoxicación de TV de dos días cuando sus síntomas se vuelven abrumadores, pero a pesar de los mejores esfuerzos, ella está profundamente preocupada. Dice que la introducción de 5G la matará. "En realidad estoy bastante asustada por el futuro".
Hoy habita en una casa de campo donde no hay frecuencias electromagnéticas que le afecten la salud. "Pero si instalan el 5G, no sé qué será de mi vida, es un asunto aterrador", dice.
Rosi se diagnosticó a sí misma con sensibilidad a los campos electromagnéticos hace seis años, después de haberse sentido mejor 10 minutos después de apagar el wifi y los teléfonos fijos inalámbricos en su casa.
Desde entonces, pasó la mayor parte del tiempo con su marido en su casa de vacaciones española en Andalucía y lleva allí la bolsa de dormir.
"Si voy a un café, trato de sentarme afuera y si salimos a cenar me llevo mi medidor conmigo y entonces puedo decidir qué asientos tienen menos radiación”.