La posibilidad de la convocatoria a una huelga general por parte de la CGT quedó postergada por lo menos hasta la segunda semana de octubre, después de que sus dirigentes recibieron del Gobierno nacional el compromiso por escrito de dar respuesta a sus reclamos y de convocar a negociaciones con el sector empresarial.
“No hay tregua ni fecha de paro. No se trata de estar más cerca o más lejos (de un paro) porque no se puede estar medio embarazado”, dijo al término de la reunión Héctor Daer, uno de los integrantes del triunvirato de conducción de la CGT. “O decimos que no o decimos que sí el día que el Gobierno haga efectivo concretamente los resultados”, sumó.
Hace una semana, el Comité Central Confederal de la central obrera facultó al triunvirato, que también integran Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña, a convocar a una huelga nacional contra la política socioeconómica de la administración macrista cuando así lo considere conveniente.
Al término de la reunión de más de dos horas de ayer, se difundió un acta en la que quedó escrito el compromiso gubernamental.
Según el acta, el Gobierno “se ha comprometido a analizar los reclamos y avanzar en las respuestas” a través de la búsqueda de consenso a partir de la convocatoria a una “Mesa de Diálogo para la Producción y el Trabajo”.
Fuentes del Ministerio de Trabajo dijeron que a esa mesa también serían convocados los empresarios y la Iglesia Católica.
El acta estableció que durante la reunión la CGT planteó “el requerimiento de una compensación a fin de año” tanto para los trabajadores activos estatales como privados, por eso la convocatoria a los empresarios, al igual que para jubilados, pensionados y beneficiarios de planes sociales.
También quedó escrito el compromiso del Gobierno de analizar “la exención” del próximo medio aguinaldo del pago del impuesto a las Ganancias, pero “contemplando la necesidad de cumplir las metas fiscales anunciadas”.
El plazo que se definió para que el Gobierno proporcione “respuestas tendientes a solucionar” los reclamos de la CGT es de diez días. De allí que cualquier definición acerca de una huelga o no, sucederá recién después del feriado del próximo lunes 10.
Sobre la vereda de la avenida Alem, donde está el Ministerio de Trabajo en el que se hizo la reunión, Daer dijo que el Gobierno reconoció que “debe recomponer el poder adquisitivo que tuvo una caída” este año y postergó toda definición acerca de un paro: “Su análisis vendrá después, con la confirmación y los resultados (de las gestiones del Gobierno). El paro es un derecho de la CGT, no una amenaza, que usaremos en cuanto no encontremos respuesta por parte del Gobierno”.
De la reunión participaron por el Gobierno, además del dueño de casa, Jorge Triaca; los ministros del Interior, Rogelio Frigerio; de Hacienda, Alfonso Prat Gay, y de Producción, Francisco Cabrera, y el vicejefe de Gabinete, Mario Quintana. Junto al triunvirato de la CGT también asistieron Andrés Rodríguez (UPCN), Pablo Moyano (camioneros), José Lingeri (obras sanitarias), Omar Maturano (La Fraternidad), Roberto Fernández (UTA) y Francisco Gutiérrez (UOM).
Cruce por el "gobierno de los ricos"
“Ustedes gobiernan para los ricos”, fue la chicana que volvió a utilizar el secretario adjunto de camioneros y gremial de la CGT, Pablo Moyano. El hijo del histórico jefe sindical, que ocupó una vez más el papel de “el malo de la película” en la relación con el Gobierno, tuvo la réplica de parte de Rogelio Frigerio: “No es así. Nosotros gobernamos para todos los argentinos”.
Fue ese el momento más ríspido de una reunión que se extendió casi tres horas, hasta la firma de un acta que hizo público el compromiso gubernamental.
La elaboración y difusión de ese escrito fue a solicitud de los dirigentes sindicales, para dejar constancia de las demandas y del compromiso gubernamental de dar “respuestas tendientes a solucionarlas”, dice el texto.
El acta también llevó a la suspensión de la conferencia de prensa que se organizaba en el auditorio del piso 18 de la sede de Trabajo. De ella iban a participar los ministros, lo que habría sido interpretado como una señal de desacuerdos en la reunión.
Sorprendió la presencia de Frigerio. Se interpretó en medios sindicales como la necesidad gubernamental de darle un encuadre político al encuentro, pues el titular de Interior es considerado como uno de los de mayor manejo en ese sentido y con buen diálogo con los sindicalistas, en particular con Daer.