Tratamientos anti-age: ¿los 50 son los nuevos 30?

El paso de los años hace que las pieles maduras necesiten más cuidados cotidianos y metódicos. Los tratamientos que antes podías postergar por meses sin mayores perjuicios para tu rostro o tu cuerpo, ahora le pasan factura a tu piel.

Cuando hablamos de belleza a los 50, tenemos que reprogramar nuestra imagen mental de una mujer de esa edad. ¿Por qué? Porque hace algunas décadas, una mujer de esa edad no hacía valer la estética para que jugara a su favor. Pensemos en nuestras madres o abuelas: cómo se vestían, cómo se peinaban, qué tratamientos estéticos utilizaban.

Esta reflexión al respecto nos lleva a afirmar que las mujeres de las cinco décadas de hoy no son las mismas de las décadas pasadas. Las de hoy son juveniles, se animan a mostrar sus cuerpos, van al gimnasio o hacen otras actividades físicas, cuidan su cara como oro y modelan su cuerpo con distintas técnicas. Muchas se preocupan por tener una alimentación sana, se protegen mucho del sol y de sus efectos nocivos, y hasta se proponen dejar de fumar y realizar una vida que las ‘mantenga en estado’.

Los 50 como los 30

A los 50 se supone que estamos en la mitad de nuestras vidas. Sin embargo, hoy en día, son los nuevos 30. Esto se debe a que la expectativa de vida aumentó, y las mujeres de 50 ya pueden volver a disfrutar de lo que tenían postergado. Terminaron sus estudios, sus hijos están grandes, siguen trabajando y adquieren una nueva independencia. Entre esos disfrutes podemos contar los tratamientos estéticos, para los cuales tienen más tiempo, más dinero y más ganas. Estas nuevas mujeres maduras son las beneficiarias de los mejores avances tecnológicos y estéticos que se produjeron hasta el momento.

El rostro, un cuidado principal

Las nuevas mujeres de 50 le dan muchísima importancia al cuidado del rostro. Saben que muestra su edad de un vistazo, y que una piel madura es fundamental que luzca fresca y luminosa, a pesar del paso del tiempo.

Por eso son más disciplinadas con el maquillaje y su limpieza, con las cremas diurnas y nocturnas, y con la hidratación. También son más constantes con las cremas antiedad, exfoliaciones y los cuidados solares.

Ranking Beauty: los 5 tratamientos más pedidos

Las mujeres con pieles maduras son fieles a algunos tratamientos y rellenos que les dan resultados óptimos, rápidos y visibles. Los más solicitados son:

1. Botox. Es el relleno ideal para combatir arrugas faciales, y uno de los más utilizados en todo el mundo. Corrige y previene arrugas leves y profundas. Con el transcurso del tiempo se reabsorbe y, por este motivo, requiere nuevas aplicaciones.

2. Ácido hialurónico. Se utiliza para borrar arrugas, logrando una piel tersa y rejuvenecida, pero también para dar volumen a ciertas zonas del rostro, tales como labios, mentón o pómulos. A través de infiltraciones pequeñas, se coloca en el rostro de la paciente una versión “densa” o una versión “fluida” de este producto.

3. Mesoterapia. Es la técnica que utiliza microinyecciones que incorporan en la piel colágeno y elastina. De este modo, el tejido cutáneo se recupera, se tensa y renueva su apariencia.

4. Drenaje linfático manual. Su función es la de activar vasos y ganglios linfáticos con el objetivo de provocar la eliminación del exceso de líquido. Se realiza en forma suave y de manera muy específica, cuidando la piel de la paciente.

5. Microdermoabrasión a punta de diamante. Procedimiento estético que elimina las capas exteriores de células en la piel. Se trata un peeling mecánico de alta precisión que estimula la renovación celular a través de la exfoliación profunda de la piel envejecida, las células muertas y otros desechos, que son removidos por medio de la abrasión, logrando que los tejidos superficiales se mantengan en óptimas condiciones.

En la mitad de la vida, la belleza se renueva. Las mujeres registran cuál es su estilo, conocen su cuerpo a la perfección y saben cuáles son sus puntos débiles y fuertes. Lo mismo pasa con los tratamientos estéticos para las pieles maduras y, por eso, es esencial ser constante con aquellos que dan buenos resultados, sin perder de vista las novedades que pueden brindar un plus.

Hoy los 50 las encuentra mejor plantadas y, por qué no, más bellas que en las décadas anteriores. Y la piel también puede demostrarlo.

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Factores ambientales que te envejecen

Una cosa son los años que revela nuestro DNI y otra, muy distinta, es nuestra edad biológica o “molecular”, que es la que tiene realmente nuestro organismo. En ese punto se detuvieron los científicos de la Universidad de Carolina del Norte, Estados Unidos, quienes detectaron factores ambientales que aceleran el proceso de envejecimiento. Son cinco:

Tabaco. El humo del cigarrillo es, probablemente, el gerontógeno más importante. Está relacionado con el cáncer, pero también con la aterosclerosis, la fibrosis pulmonar y otras enfermedades asociadas con la edad. Todo esto se ha detectado, incluso, en fumadores pasivos: aquellos que solo están expuestos al humo.

Sol. Es el segundo agente gerontógeno más nocivo. Los rayos UV producen un daño directo en nuestro ADN. Como resultado, envejecen nuestra piel y provocan cánceres muy agresivos, como el melanoma.

Arsénico y benceno. Ambas sustancias se asocian a una menor esperanza de vida. El arsénico (presente en las aguas subterráneas) disminuye la capacidad del ADN de autorrepararse. El benceno (que se encuentra en el humo del tabaco y las emisiones de los coches o de la industria) acorta los telómeros de las células hematopoyéticas, encargadas de formar los componentes de la sangre.

Obesidad. Cuesta verla como un factor ambiental pero lo es, ya que depende de la alimentación y el estilo de vida. Tener exceso de peso corporal está relacionado con problemas ligados al envejecimiento como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares o el cáncer.

Estrés. Aunque no es una sustancia concreta, figura en esta lista porque influye en el envejecimiento prematuro. Un poco de estrés es bueno, pero en exceso no lo es: disminuye las defensas, provoca enfermedades cardiovasculares y produce un impacto negativo en la memoria.

La edad biológica o molecular difiere entre las personas, en parte por su exposición a los ´gerontógenos´ como, por ejemplo, los factores ambientales que afectan el envejecimiento”, explicó Norman Sharpless, autor del estudio que fue publicado en la revista Trends in Molecular Medicine. “Creemos que analizar a los gerontógenos va a beneficiar el estudio del envejecimiento. Al identificarlos y evitarlos, vamos a ser capaces de influir en la esperanza de vida a nivel salud pública”, concluyó.