"Nicolás" Gil Pereg (36), preso por la muerte de su madre y de su tía, no deja de sorprender día a día. Desde que empezó a ser investigado por las desaparición de las mujeres israelíes todas sus reacciones fueron extrañas, y este jueves volvió a llamar la atención de las autoridades judiciales al pedir ver el cuerpo de se mamá. Antes, y de forma insistente durante estos días, preguntó por sus gatos.
El acusado esta mañana fue trasladado desde la cárcel hasta la Fiscalía de Homicidios, en donde la fiscal Claudia Ríos le notificó un cambio en su imputación, ya que el crimen de su tía Lily Pereg se caratuló como homicidio agravado por el uso de arma de fuego, al corroborar tras la autopsia que había sido atacada con tres disparos. Antes estaba calificado como homicidio simple.
Esto no cambia mucho la situación del sospechoso, ya que si bien la pena del nuevo delito es más alta, Gil Pereg está imputado por homicidio agravado por el vínculo en el caso de su madre, Pyrhia Sarusi, con pena única de perpetua.
Ante la nueva acusación el israelí otra vez se abstuvo a declarar, incluso se negó a firmar el acta y no quiso brindar detalles sobre sus ocupaciones, pero sorprendió al manifestar "quiero ver si es el cuerpo de mi madre". La petición fue rechazada por las autoridades-además de la fiscal Ríos estaba el fiscal en Jefe de Homicidios Fernando Guzzo y el codefensor oficial Diego Flamant.
Le explicaron que no podía hacerlo en su calidad de imputado y que los cuerpos ya habían sido liberados por la Justicia para que los trasladen a Israel.
Tras la negativa, Gil Pereg, al igual que todos estos días desde que está detenido, preguntó por sus gatos y reiteró el pedido de que se los lleven a la cárcel. Le explicaron que esto tampoco podía concretarse y le aseguraron que los animales estaban bien en un refugio.
El hombre ya está de vuelta en el penal y se espera que en los próximos días se realicen las pericias psiquiátricas. En su celda de San Felipe se encuentra aislado, y se hidrata y se alimenta de forma normal, luego de que los primeros días de su detención no quería ingerir nada.