Tras una larga lucha, las mujeres saudíes ya pueden manejar

Gracias a la pelea de décadas de activistas, algunas de ellas presas, se levantó la prohibición de mujeres al volante.

Tras una larga lucha, las mujeres saudíes ya pueden manejar
Tras una larga lucha, las mujeres saudíes ya pueden manejar

 Las mujeres podrán al fin conducir a partir de mañana en Arabia Saudí, una decisión muy aplaudida dentro y fuera del país, que sin embargo se ha visto acompañada de más mano dura contra las activistas que defienden los derechos de las mujeres, incluidas las que dirigieron campañas para que pudieran manejar.

Desde mayo han sido arrestadas al menos 19 activistas, la mayoría mujeres, ocho de las cuales fueron puestos en libertad de forma temporal.

En las últimas semanas las mujeres han compartido en Internet sus nuevos carnés de conducir. Sara Alrumikhani, por ejemplo, colgó el suyo en Twitter a la vez que le daba las gracias al rey Salman y al príncipe heredero, Mohammed bin Salman. "Ya no es un sueño, bajo su amable liderazgo se ha convertido en realidad. Hoy recibí mi carné", escribió.

Las mujeres saudíes llevan mucho tiempo luchando por el derecho a conducir, a menudo organizando demostraciones de fuerza coordinadas conduciendo por todo el país. La primera gran campaña para acabar con la prohibición se remonta a 1990. 

Desde 2011 han tenido lugar otras campañas, durante las cuales fueron detenidas varias mujeres que no fueron puestas en libertad hasta que no firmaron un documento en el que se comprometían a no volver a manejar.

Las reformas del heredero El paso forma parte de una serie de reformas sociales y económicas defendidas por el heredero al trono de 32 años en el marco de su ambicioso plan "Vision 2030", en un intento por abrir el país a la inversión y diversificar su economía, muy dependiente del petróleo.

Las reformas incluyen la apertura de salas de cine tras más de tres décadas y permitir que muchas más mujeres trabajen, aumentando la mano de obra del país. El plan tiene el objetivo de incrementar la cuota de mujeres en el mundo laboral de un 22 a un 30 por ciento.

Riad cree que permitir a las mujeres conducir les facilitará el acceso a más oportunidades de empleo, ya que no solo podrán moverse con más facilidad, sino que también podrán trabajar como taxistas o conductoras para empresas de transporte como Uber.

Sin embargo, el levantamiento de la prohibición se ha visto acompañado de un sorprendente aumento de la represión contra las activistas. "Para mí es impactante presenciar este violento ataque", señala Hala Aldosari, una activista e investigadora afincada en Estados Unidos, que se muestra conmocionada por el momento en que se producen los arrestos.

Las 19 activistas arrestadas desde mayo están acusadas de colaborar con individuos y organizaciones hostiles a Arabia Saudí para socavar la seguridad, la estabilidad y la unidad nacional del reino.

Según la organización Human Rights Watch (HRW), las activistas podrían quedar dentro de poco en manos de un tribunal criminal especializado que fue creado en origen para lidiar con delitos relacionados con el terrorismo.

El columnista saudí Jamal Khashoggi cree que la represión era innecesaria "porque la gente de Arabia Saudí apoya estas reformas".

De hecho muchos saudíes expresaron su apoyo a las reformas. Cuando se publicó el decreto que eliminaba la prohibición de conducir en setiembre, cientos de mujeres dieron las gracias y alabaron al príncipe heredero en las redes sociales.

Esto provocó que la corte real exigiera que no hicieran comentarios sobre la decisión, cuenta Aldosari.

"Mohammed bin Salman básicamente quiere controlar el discurso", cree Khashoggi.

La investigadora de derechos de las mujeres de HRW Rothna Begum considera que la repentina mano dura tiene el objetivo de enviar el mensaje de que Mohammed bin Salman "es el único reformista del país".

“Tú como ciudadano no puedes exigir esas reformas, solo puedes estar agradecido", ilustra.

A merced del papá o del marido

El sistema de tutela que deja las vidas de las mujeres en manos de los hombres seguirá en pie.

La decisión de levantar la prohibición que impedía conducir a las mujeres fue un golpe de efecto de cara al extranjero para un país cuyas autoridades intentan forjarse una nueva imagen.

El sistema de tutela supedita a las mujeres a la voluntad de un varón -padre, marido, hermano o hijo- para decisiones elementales como estudiar, renovar el pasaporte o viajar al extranjero. También puede necesitar el consentimiento de un tutor para acceder a los servicios de sanidad.

Desde el nombramiento del príncipe Mohamed, su padre, el rey Salmán, firmó decretos que permiten a las mujeres acceder a los estadios de fútbol, enrolarse en la policía y conducir. Unos progresos que las oenegés consideran insuficientes.

"Permitir a las mujeres conducir es un paso en la buena dirección y hacia la libertad de movimiento de las mujeres", declaró Samah Hadid, directora de las campañas de Amnistía Internacional en Oriente Medio.

"Pero no llega lo suficientemente lejos", añade esta mujer, que pide la abolición "inmediata del sistema de tutela".

Para muchas saudíes tener derecho a conducir sin estar autorizadas a realizar otras actividades sirve de poco.

"¿Cómo se puede llamar autonomía? Es hipocresía. Quiero conducir en mi propio país, pero no puedo salir de él a no ser que mi propio hijo me lo permita", una saudí que pidió el anonimato.

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