Tras su adaptación en Brasil, buscan un "candidato" para Cecilia

El propietario del Santuario de Sorocaba relató cómo pasa sus días la chimpancé, quien todavía "está muy desconfiada".

Tras su adaptación en Brasil, buscan un "candidato" para Cecilia

La chimpancé Cecilia transita sus días de adaptación en el Santuario de Sorocaba, en San Pablo (Brasil), donde viajó luego de años viviendo en el Zoológico provincial.

Según relató Pedro Alejandro Ynterian, propietario del refugio, Cecilia se muestra activa y curiosa en su nueva casa, aunque aún guarda distancia con el equipo veterinario que analiza su comportamiento de cerca mientras cumple el periodo de cuarentena.

"Está muy desconfiada todavía. Aún está con mucho miedo de regresar al infierno en el que vivía. Cuando escucha un motor o algún camión, se esconde"", dijo Ynterian.

Por un instante, Cecilia sale de su cuarto para saber quién ha llegado. Se pasea libremente por los dos módulos que tiene a su disposición y mira por las ventanas, como si todavía no creyera dónde está.

Por otro lado, Camila Gentile, médica veterinaria del Santuario, sostuvo que el confinamiento de la chimpancé en el Zoológico de la provincia, por 20 años, le provocó un "trauma", que se agudizó cuando murieron sus compañeros con los que compartía su vida.

"Son como los humanos, tienen depresión y esos traumas psicológicos son mucho más difíciles que los físicos, pero el de Cecilia es psicológico: la exposición, la depresión de vivir mucho tiempo sola... Y eso es más difícil de recuperar", comentó.

En este sentido aseguró que luego del período de adaptación, el objetivo será "buscarle compañía".

Cumplida su primera semana en Sorocaba tras un viaje de dos días, que incluyó unos mil kilómetros en una furgoneta más un vuelo interminable, Cecilia ya "tiene varios candidatos", desveló Ynterian, que le ayudarán a su readaptación cuando acabe los 40 días de aislamiento que marca la ley.

El primero de todos es Billy, un macho de su misma quinta, que llegó al santuario en 2004, procedente de un circo.

Pese a su carácter explosivo, a Billy le agrada el contacto humano y ha conseguido desarrollar un vínculo con los veterinarios del santuario, sin embargo, por culpa de los traumas circenses, no terminó de cuajar la convivencia con sus semejantes y tuvieron que trasladarle para un recinto amplio construido para él.

Cecilia ya lo conoce de vista, pues sus compartimentos "están prácticamente el uno frente al otro, ahora solo hace falta que los dos tengan una buena química. Ella ya lo vio. Se ven constantemente", apreció Ynterian.

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