Obreros desmontaron ayer a la tarde el monumento a Cristóbal Colón que se encontraba emplazado en la plaza ubicada detrás de la Casa Rosada, en medio de la polémica entre los gobiernos nacional y porteño por el traslado de la estatua y mientras rige una orden judicial que impide "actos que impliquen el desmantelamiento y traslado" de la figura.
Dirigentes políticos alertaron por las redes sociales de los movimientos. La grúa instalada hace semanas en el predio comenzó a moverse alrededor de las 16, a la vez que el personal acondicionó el monumento aunque sin explicar con qué objetivo. Pasadas las 18.20, la estatua estaba ubicada sobre el piso, rodeada por operarios.
Juan Arriegue, ingeniero a cargo del operativo, dijo a la prensa que "no" estaba previsto el traslado de la estatua, sino realizar un "proceso de restauración, ya que varios informes señalaron la posibilidad de que colapse, debido a su deterioro". El experto aseguró que la iniciativa partió de "la Secretaría de la Presidencia" y comentó que se decidió desmontar la estatua un sábado porque al haber menos tránsito en la zona, "se facilita el acceso de las grúas y de los equipos".
Los gobiernos nacional y porteño han protagonizado una sorda disputa por el traslado del monumento. A comienzos de mes, la administración kirchnerista ratificó la mudanza de la estatua, donde manifestantes de la comunidad italiana reclamaron a la Presidenta que revea la medida.
El secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, negó incluso que haya una "campaña anti-Colón" y aseguró que el objetivo de la administración central es "preservar" la obra, mientras que el jefe de Gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta, contrapuso que "si quiere arreglar la estatua, que lo haga, pero que no se la lleve".
Expertos recomendaron "el desmontaje para subsanar las deficiencias que tiene y evitar que un día se pueda desmoronar el monumento", sostuvo en su momento Parrilli, que recordó que la obra "sufrió dos ataques, uno en el ?55 y otro durante 1987".
Tras conocerse el desmantelamiento de la figura del marino genovés, el vicepresidente primero de la Legislatura porteña, Cristian Ritondo, repudió lo que consideró un "atropello y maltrato a los porteños y a toda la comunidad italiana de nuestro país".
