Entre oraciones, cánticos y sentidos momentos de silencio, cientos de fieles asistieron a la misa de celebración por el Día de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, que estuvo signada ayer por la muerte del arzobispo de Mendoza, Carlos María Franzini, tras luchar contra un cáncer.
Tras el fallecimiento del prelado, ocurrido al mediodía en el Seminario Arquidiocesano Nuestra Señora del Rosario, sus restos fueron trasladados a la Catedral Nuestra Señora de Loreto (Lavalle y José Federico Moreno de Ciudad).
Allí, los fieles que deseen despedir los restos mortales del máximo representante de los católicos en la provincia, podrán asistir hoy desde las 7 de la mañana. A las 18 está prevista una misa en su honor que luego dará lugar al entierro en el Panteón de los Obispos de la misma catedral.
La noticia fue recibida por los creyentes con pesar y algo de sorpresa. Muchos, tras saber sobre la muerte de Franzini -anunciada por el Arzobispado de Mendoza- se acercaron al velatorio para elevar una oración en su honor.
“Nos conmueve la pérdida de monseñor. Ha sido un arzobispo muy sensible a las causas humanas y muy cercano a los pobres”, resaltó Muriel Leiva (31), pre novicia misionera de la parroquia Nuestra Señora de la Consolata.
Por la tarde, decenas de feligreses se acercaron a la catedral para sumarse a rezar el rosario y elevar plegarias por el alma del arzobispo, que cumplió su cargo eclesial en nuestra provincia desde el 9 de febrero de 2013.
Fue, de hecho, el prelado que menos tiempo llegó a estar en el cargo de máximo representante de la curia mendocina. A los 66 años, su salud había comenzado a deteriorarse en agosto, cuando le diagnosticaron un cáncer de intestino por el cual hace 3 meses fue intervenido en Buenos Aires y recibió tratamiento.
Franzini fue el sexto obispo de Mendoza. Nació en Buenos Aires el 6 de setiembre de 1951 y fue ordenado como sacerdote el 13 de agosto de 1977.
Desde ese momento, ejerció oficios pastorales y se desempeñó como subsecretario ejecutivo de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA). En 2000, el papa Juan Pablo II lo nombró obispo de Rafaela (Buenos Aires) y en junio de ese mismo año recibió la ordenación episcopal bajo el lema “Servidor y testigo”.
Luego presidió la Comisión de Vida Consagrada y fue miembro de la Comisión Permanente. Años atrás, había participado de la la XIII Asamblea del Sínodo de los Obispos, cuya temática central fue la nueva evangelización y la transmisión de la fe.
En noviembre de 2012 fue designado arzobispo de Mendoza por el Papa Benedicto XVI. Durante su trabajo en la arquidiócesis local buscó cimentar las acciones sobre dos ejes: la oración y la opción por los más pobres, bastión que buscó “bajar” a las parroquias como una estrategia pastoral acuñada en sintonía con los postulados del papa Francisco.
Donar a Cáritas
En un clima de recogimiento, ayer familias enteras se convocaron en la Catedral donde descansan los cuerpos de los obispos ya fallecidos que tuvieron a cargo la Iglesia local. “Me enteré por la radio; la verdad que nos tomó por sorpresa su fallecimiento”, comentó Elba (65) mientras terminaba las cuentas del rosario en Loreto.
Durante la misa que estaba pautada en coincidencia con la celebración que revive el momento del anuncio de la concepción de Jesús -de acuerdo a los relatos bíblicos-, el presbítero Diego Resentero se refirió al fallecimiento del arzobispo: “Pediremos por el eterno descanso de nuestro arzobispo, en el Día de la Virgen. Pedimos también que el Señor dé fuerzas y consuelo a nuestra Iglesia”, dijo desde el altar.
Según detalló el padre Marcelo De Benedectis, vocero del Arzobispado, desde las 7 de hoy los fieles podrán presenciar el velatorio y hacia las 18 se realizará una misa de cuerpo presente que estará presidida por el obispo auxiliar Dante Braida o bien por monseñor Oscar Ojea, de Buenos Aires. De acuerdo a lo detallado por los voceros de la curia local, hoy se determinará en forma concreta cuál de los dos nombres tendrá a cargo la misa de despedida.
Algo que sí fue confirmado es que por el propio pedido de Carlos María Franzini -expresado a Braida antes de morir-, es su deseo que en lugar de llevar obsequios y arreglos florales a su entierro, los creyentes colaboren con la colecta de Cáritas Diocesana. “Él quería que más personas se sumaran a colaborar con los que menos tienen”, detallaron desde el Arzobispado.
Vale decir, que para efectuar las donaciones se debe ingresar a la página web de la entidad, www.caritas.org.ar.
El Panteón de los Obispos
Luego de la misa de hoy, el cuerpo de Carlos María Franzini, quien hasta ayer fue arzobispo de Mendoza, descansará en el Panteón de los Obispos que se encuentra en la catedral Nuestra Señora de Loreto.
En el mismo sitio descansan los restos de otros cuatro ex obispos que a través del tiempo estuvieron a cargo de la Iglesia local. Ellos son: José Aníbal Verdaguer, quien cumplió su rol entre 1934 y 1940; Alfonso María Buteler, quien fue obispo desde ese año hasta 1973; Olimpo Santiago Maresma, quien estuvo desde 1974 hasta 1981 y Cándido Rubiolo, quien ocupó el cargo durante 17 años, entre 1979 y 1996.