Los bombardeos en Alepo sembraron de nuevo la muerte ayer, dejando 30 muertos, un día antes de la entrada en vigor de un acuerdo ruso-estadounidense para detener los combates en otros dos sectores de Siria.
Un bombardeo de la aviación del régimen alcanzó ayer una clínica en la zona rebelde de Alepo, dejando varios heridos, según la defensa civil.
Los ataques se produjeron un día después de que un ataque aéreo contra un hospital de la ciudad en el que colaboraba Médicos Sin Fronteras dejara decenas de muertos. Un acto que el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, calificó de “imperdonable”.
Para los habitantes de Alepo, la tregua entre el régimen y los rebeldes impuesta por Rusia y Estados Unidos a finales de febrero no parece más que un lejano recuerdo. Más de 200 civiles han muerto en una semana en los bombardeos a esta gran ciudad del norte, dividida desde 2012 entre rebeldes y régimen.
La clínica Al Marja golpeada ayer quedó “totalmente destruida”, lamentó Médicos del Mundo, ONG colaboradora en ese centro.
Por miedo a nuevos bombardeos, la oración de ayer fue suspendida por primera vez en los barrios rebeldes. Esta decisión fue tomada al día siguiente de la peor jornada desde la ruptura del alto el fuego en Alepo hace una semana, con 54 civiles muertos, según un nuevo balance del OSDH.
Los últimos bombardeos se producen tras el ataque al hospital Al Qods, que dejó una treintena de muertos, entre ellos, médicos y niños.
El régimen de Bashar al Asad desmintió haber bombardeado el hospital y el ministro de la Información, Omran al Zoabi, incluso afirmó que este establecimiento no existía.
Para el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Alepo se encuentra “a las puertas de un desastre humanitario”.
En una carta publicada por la organización Crisis Action, médicos de Alepo dieron la voz de alarma. “Nuestros hospitales están cerca del punto de ruptura” por la intensificación de los bombardeos, afirman. “Pronto no habrá más profesionales de la salud en Alepo. ¿A quién acudirán los civiles” que lo necesiten?, se preguntan.
Por su parte, el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Ra'ad al Hussein, denunció “el monstruoso desprecio por las vidas de los civiles de todas las partes del conflicto” en Siria.
Frente a esta matanza, el enviado de Naciones Unidas para Siria, Staffan de Mistura, instó a Rusia y a Estados Unidos, los propulsores de la tregua en vigor el 27 de febrero, a tomar “una iniciativa urgente” para hacer respetar de nuevo el alto el fuego.
Unas horas más tarde, un acuerdo ruso-estadounidense fue anunciado para permitir la entrada en vigor de un “proceso de tregua” desde hoy por la mañana en dos frentes, pero no en Alepo, según fuentes sirias y rusas.
Michael Ratney, enviado especial estadounidense para Siria, confirmó “un nuevo compromiso en el cese de las hostilidades para todas las partes el sábado (por hoy) a las 0 horas (19 del viernes en Argentina”).
En cuanto a Alepo, Ratney indicó que los dos países no habían llegado a un acuerdo. “Discutimos con Rusia para llegar rápidamente a un acuerdo para reducir la violencia también en esta región”, añadió.
Por su parte, la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, llamó en un comunicado a las partes en conflicto a comprometerse de nuevo con una tregua que considera “indispensable”.