Ha sido una realidad desde siempre para los padres lavallinos que tienen un hijo con alguna discapacidad, el tener que viajar hasta la ciudad de Mendoza (casi 2 horas en colectivo) para una sesión de menos de 45 minutos en un centro terapéutico especializado, y luego, el viaje de vuelta.
Con la intención de contrarrestar esta situación, a fines de 2018 la fundación Simas inauguró un centro terapéutico interdisciplinario en el centro de la Villa Tulumaya: 'Bambú'. Actualmente son 20 los chicos de entre 3 y 13 años con alguna discapacidad, que son atendidos en el lugar.
Antes de fin de año, la fundación y los especialistas que se desempeñan en Bambú llevarán su trabajo a la zona del secano de Lavalle. Las primeras experiencias pilotos serán en las comunidades de Asunción (a 45 kilómetros del centro de Lavalle y a 80 de la Ciudad de Mendoza) y de El Cavadito (a 75 de Lavalle y a casi 110 de Capital).
"Presentamos el proyecto y fuimos elegido dentro de un programa de las Naciones Unidas para poder trabajar con chicos del secano lavallino. Entre setiembre y octubre vamos a empezar con esas dos comunidades, con las escuelas para trabajar en la detección y acompañamiento de chicos con discapacidad. Vamos a llevar el equipo, pensando en una inclusión real y gratuita", indicaron Vilma Ávila, directora de la Fundación Simas y Diego Dalmasso, presidente.
En esa zona rural de Lavalle no hay un registro detallado de niños y personas con alguna discapacidad (a nivel departamental, según la Dirección de Atención a las Personas con Discapacidad, el porcentaje está calculado en 3,2 y está por encima del 2,7% de promedio provincial. De hecho, el objetivo de la fundación es tener un diagnóstico exacto sobre la población infantil que presenta alguna discapacidad en el secano, para luego hacer un abordaje.
"Por lo general, los registros de personas con discapacidad se hacen en base al CUD (Certificado Único de Discapacidad). Sin embargo, en estas comunidades muchos ni siquiera lo gestionan. O por desconocimiento o por falta de posibilidades", destacó a su turno el psicólogo Ignacio Márquez, otro de los integrantes del centro terapéutico.
A modo de ejemplo, los especialistas destacaron el caso de un joven de 26 años que vive en una de esas comunidades y a quien no le habían diagnosticado esquizofrenia.
Trabajo integral
La Embajada de Australia en Argentina también hizo un aporte clave para el funcionamiento de "Bambú", ya que aportó 15.000 dólares australianos para la compra mobiliario y equipamiento. Algo similar está haciendo la embajada de Nueva Zelanda.
“La Embajada hace un llamado anual dentro del Programa de Ayuda Directa e invita a ONG de Argentina y Paraguay a presentar proyectos que buscan financiamiento. La condición es que sean proyectos que generen un beneficio directo a la comunidad.
Los 5 ejes que la embajada de Australia prioriza para seleccionar los proyectos a financiar son educación, medio ambiente, niños, adolescentes y discapacidad, temas de género y pueblos originarios.
En el caso de Bambú los fondos aportados se destinaron a mesas y sillas, una computadora, a las salas de estimulación multisensorial y de estimulación temprana, a tests psicológicos y a juegos del centro terapéutico.
"Gracias a la ayuda de Australia hemos podido mejorar la calidad de vida de un montón de niños y niñas de las zonas rurales", acotó Diego Dalmasso.
Compromiso social
Desde 2010, la Fundación Simas trabaja en la provincia con comunidades rurales y pueblos originarios. Y fue con este fin social que lograron inaugurar el centro terapéutico Bambú.
"Abordamos temáticas como oficios, el rol de la mujer rural y la discapacidad. 'Bambú' viene de la planta. Porque uno pone la semilla y el primer año no ve nada, el segundo tampoco y así hasta el séptimo. Ahí se lo empieza a ver y 6 meses después el arbusto está alto. Pero los otros 6 años echó raíces", contó el presidente.