Tras la coalición parlamentaria

Tras la coalición parlamentaria

Por Rosendo Fraga - Director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría - Especial para Los Andes

Macri cumple el miércoles dos meses de gobierno y ha pasado a dar prioridad a la articulación de su coalición parlamentaria, que es la clave de su gobernabilidad política. Cambiemos tiene sólo 17 de 72 senadores y 90 de 257 diputados. En la provincia de Buenos Aires la situación es semejante: tiene un tercio del Senado y menos de la tercera parte de los diputados.

María Eugenia Vidal, desde que asumió, puso prioridad en esta cuestión: en diciembre logró una coalición parlamentaria permanente con Sergio Massa que le permitió tener mayoría de mitad más uno en las dos cámaras y en enero un acuerdo con la mitad del peronismo provincial, con lo cual pudo alcanzar los dos tercios necesarios para ampliar el endeudamiento provincial.

También tuvo el acuerdo del Senado para la designación del Directorio del Banco Provincia. Macri emprende esta tarea dos meses más tarde, quizás porque en diciembre y enero exploró los límites del gobierno por decreto. La designación de dos nuevos integrantes de la Suprema Corte por decreto fue la prueba más concreta y de mayor alcance de esta exploración.

Al enviar el lunes 1 de febrero el presidente al Senado sus dos candidatos en busca el acuerdo (Rosenkrantz y Rosatti), asumió estos límites y pasó a dar curso al mecanismo normal de designación, que pasa por la cámara alta.

Lo primero que Cambiemos tratará de lograr ahora es la designación del presidente de la Comisión Bicameral de Trámite Legal Parlamentario, que debe convalidar los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU). El Presidente ha firmado 7 de estos instrumentos, siendo quizás el más relevante el que interviene y disuelve el Afsca (medios) y el Aftic (telecomunicaciones), sobre los cuales el kirchnerismo articuló su política de medios.

La comisión está integrada por 8 senadores y 8 diputados. Políticamente, 8 de estos legisladores son del FpV y ocho del oficialismo y sus aliados (6 de Cambiemos y 2 del Peronismo Disidente). Este empate impidió designar el presidente y le impide al oficialismo convalidar los DNU, que son materia de controversia política y judicial.

La intención de Cambiemos es que un senador radical, Luis Naidenoff, sea electo presidente de la Comisión, pero ello requiere que por lo menos un integrante de la Comisión del FpV vote por él. Entre ellos, hay 5 férreamente alineados con La Cámpora y que además son de provincias no gobernadas por el peronismo (Juan Manuel Abal Medina, Anabel Fernández Sagasti, Diana Conti, Juliana Di Tullio y Marcos Cleri).

Pero hay tres senadores de otras tantas provincias (Chubut, Formosa y Misiones) con diferentes niveles de diálogo con el oficialismo. Con un dictamen a favor de esta Comisión Bicameral y mayoría en una Cámara, los DNU quedan convalidados.

Quizás ello explique la prioridad que ha puesto Cambiemos en obtener el control de la Cámara de Diputados. La reciente escisión en el bloque de diputados nacionales del FpV trae como consecuencia que esta fuerza deje de ser la primera minoría en esta cámara: Cambiemos queda con 90 diputados sobre 257 al bajar el FpV a 81 por la deserción de estos 12 legisladores, pero aunque ahora Cambiemos es la primera fuerza, está a 39 de la mayoría de mitad más uno.

Sin embargo, la primera minoría tiene una serie de prerrogativas en materia de poder parlamentario y en la designación de autoridades de las comisiones. Los 12 peronistas disidentes se reunirían con otros 5 que ya lo eran para formar un bloque peronista -ya en la provincia de Buenos Aires la división se ha formalizado entre peronistas y kirchneristas- que esté dispuesto a darle quórum al oficialismo. Si fuera así, Cambiemos más el Peronismo Disidente tendrían 117 diputados, a sólo 12 de la mayoría de mitad más uno necesaria para que la Cámara pueda sesionar.

La tercera bancada es la del Frente Renovador de Sergio Massa con 36 diputados: un acuerdo de Cambiemos con él lo dejaría a 3 diputados del quórum. Pero así como Vidal ve a Massa como un aliado en el ámbito bonaerense, Macri en el ámbito nacional parece preferirlo como un “opositor dialoguista”, el rol que acaba de darle en el Foro de Davos.

Fuera de estas tres bancadas (Cambiemos, FpV y FR) quedan 33 diputados de tendencia heterogénea: los hay de partidos provinciales, progresistas y de izquierda. Es entre ellos que el oficialismo buscaría ahora los 12 que necesitaría para alcanzar el quórum. Si lo logra, tendría la cámara que necesita para aprobar los DNU.

Pero la gran negociación será en el Senado y ello resulta inevitable, ya que temas como las designaciones para cubrir las dos vacantes de la Corte requieren dos tercios de los senadores presentes. Es que en esta Cámara, Cambiemos está a 19 senadores de los que necesita para el quórum de mitad más uno y a 31 de los dos tercios. La negociación con los gobernadores resulta insoslayable.

En la tercera semana de enero el Ejecutivo mostró sus herramientas: dio 4.000 millones de pesos de asistencia financiera a 7 provincias. Ellas fueron Buenos Aires, Santa Fe,  Córdoba, Mendoza, Neuquén, Jujuy y Entre Ríos. Políticamente no hay demasiada lógica: hay provincias gobernadas por candidatos del Pro, la UCR, un partido provincial, el socialismo y una del kirchnerismo.

Pero hay una explicación: son las 7 provincias en las cuales Macri obtuvo sus porcentajes más altos en la segunda vuelta. De ellas ya ha visitado Mendoza, Córdoba y ahora en carnaval estará en Jujuy. El DNU por el cual aumentó en 170% la coparticipación de la Ciudad de Buenos Aires en detrimento de las provincias fue un error político que transitoriamente unificó a los gobernadores frente al gobierno y no sólo a los peronistas. Corregido esto, comienzan nuevamente a dividirse entre dialoguistas -más peronistas- y menos dialoguistas -más kirchneristas-.

En conclusión: al cumplirse dos meses de gobierno Macri pasa dar prioridad a la construcción de su coalición parlamentaria; la designación de las autoridades de la Bicameral que convalida los DNU puede ser el primer paso en esta dirección; siendo ya Cambiemos la primera minoría en Diputados, alcanzar el quórum propio con disidentes del FpV y pequeños partidos no sólo es importante para la designación de autoridades en la cámara sino también para terminar de convalidar los DNU; por último, el Senado será el gran ámbito de la negociación, con los gobernadores como principales protagonistas.

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