Tras la fuga, asume el nuevo jefe del Servicio Penitenciario Federal

Se trata de Alejandro Marambio quien ocupará el lugar de Víctor Hortel. Fue anunciado por el ministro de Justicia, Julio Alak, quien informó que ofrecen medio millón de pesos de recompensa por cada uno de los fugados. Dos fueron recapturados.

Tras la fuga, asume el nuevo jefe del Servicio Penitenciario Federal
Tras la fuga, asume el nuevo jefe del Servicio Penitenciario Federal

El Ministerio de Justicia decidió ofrecer medio millón de pesos de recompensa por cada uno de los 13 presos fugados de la cárcel de Ezeiza. En tanto que dos ya fueron recapturados.

Así lo anunció esta noche el ministro de Justicia, Julio Alak, quien anunció que Alejandro Marambio fue designado nuevo jefe del Servicio Penitenciario Federal (SPF), en reemplazo de Víctor Hortel.

Marambio ya fue titular del organismo, designado por el ex presidente Néstor Kirchner.

Entre los 11 presos que siguen fugados, entre ellos dos brasileños y un paraguayo, tienen condenas de más de 16 años de cárcel, según fuentes policiales citadas por la prensa local.

Una fuga "de película"

La fuga fue descubierta durante la requisa de la medianoche del lunes y tuvo "características cinematográficas", dijo el ex funcionario, Víctor Hortel, quien ordenó suspender a 18 agentes y al jefe del penal.

El complejo "es de máxima seguridad y no se podría haber llevado a cabo la fuga, sin complicidad interna y apoyo externo", argumentó.

"Asumo la responsabilidad política que me cabe. Por eso he presentado mi renuncia indeclinable", agregó Hortel, miembro de una agrupación política alineada con la presidenta Cristina Kirchner.

La huida "se produjo con un boquete en el suelo de la celda de 40 x 22 centímetros, un metro de profundidad y tres metros de longitud. Rompieron 30 centímetros de hormigón armado", explicó.

Una vez fuera del túnel, los reclusos debieron "recorrer 30 metros hasta un primer alambrado perimetral y otros 40 metros pasando por otros tres alambrados y en cada uno de ellos debieron frenarse para cortar los alambres", describió Hortel.

Un operativo como este "se realiza con al menos dos días de tareas y también son necesarias herramientas a las que los presos no acceden normalmente".

"Han superado al sistema de seguridad en completo. Los celadores no cumplieron su tarea de verificar los lugares de alojamiento, ni los inspectores ni jefes lo supervisaron. El personal de requisa tampoco encontró las herramientas utilizadas", explicó.

Soldados apostados (en el exterior) "en dos puestos a 50 metros, debieron haber visto movimientos y no lo hicieron. También fallaron los soldados que debían estar apostados en los techos", añadió.

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