Aunque pueda llegar a sonar como un cliché, el sueño de Guido Massri estaba muy lejos de la actuación. "Yo quería ser jugador de fútbol o veterinario. No pensaba en ser actor. Fue una historia muy común que se escucha mucho, pero es verdad. Fui a acompañar a un amigo al casting y a los tres días ya estaba grabando", recuerda quien le dio vida a Andy, en "Amigovios", en 1995.
Pero por esas cosas del destino en diciembre de 1994 su mamá se retrasó en ir a buscarlo a la casa de un amigo y terminó yendo como acompañante a un casting en El Trece, donde Pablo Culell, que hacía su debut como productor ejecutivo, concluyó la selección del elenco de la telenovela juvenil.
"Había 600 chicos, después de hacer la fila, llegó mi turno y me dicen que pase, yo había ido a acompañar, me insitieron y entré. Al día siguiente recibí el llamado, me quería ver, me dijeron que era el nuevo protagonistas de Amigovios", relató en diálogo con Teleshow.
Su camino estaba marcado, aunque llegó por casualidad él debía estar allí. Y todo se explica cuando Guido cuenta que él fue seleccionado luego de una sola prueba, cuando el resto del elenco debió pasar por una docena de etapas en el casting antes de definir su participación. Quien iba a interpretar a Andy ya estaba elegido, pero un cambio de último momento lo puso en escena a él: "Ya había empezado a grabar y cuando se fue, tuvieron que buscar a otro rápido".
Ya inmerso en el set de filmación se olvidó de la pelota o de querer cuidar la salud de los animales para toda la vida y descubrió que la actuación era lo suyo: "A la semana de un programa al aire me cambió la vida. En todo sentido, estar en al calle y que me reconocieran. Fue toda mi adolescencia muy distinta y a partir de eso descubrí mi vocación".
Interpretar su primer personaje en la tira escrita por Jorge Maestro y Sergio Vainman era para Massri "todo era muy divertido" ya que "era ajeno" a lo que él era en la vida real: "Al principio Andy era medio asqueroso, reacio, maleducado y soberbio y para mí era un juego, tenía doce años y jugaba a ser el chico malo, pero tenía miedo que me dijeran cosas en la calle y fue todo lo contrario".
El éxito del proyecto que estaba pensado para los tres meses de verano obligó a prolongar la historia durante el resto del año y a Guido a cambiarse de escuela. "No me daban los horarios, ya era famoso y era raro, los chicos (del colegio nuevo) gritando 'Andy' o sacando fotos, era buena onda pero extraño, yo era introvertido y todo el mundo me miraba, era el bicho raro, pero fue todo bueno".
"Amigovios" fue solo la primera de una larga lista de éxitos que lo tuvieron como protagonista: "Como pan caliente", "Verano del '98", "Campeones de la vida" y otras veinte ficciones siguieron en su carrera en nuestro país. "Fui creciendo como actor, como persona, en el 2005 hice una producción para Telemundo, Frijolito con gran parte de elenco argentino, fue importante porque tuve que aprender a hablar en neutro y unos años después aparece la propuesta para ir a Miami a hacer Reina de corazones".
Así llegó a Estados Unidos, donde vive hace casi siete años. Su idea inicial era grabar y volver a Argentina, pero el destino jugó nuevamente sus cartas y desde 2013 está instalado en el norte del continente. "Me fue bien, apareció otro proyecto, y otro, me quedé cinco años y desde el año pasado estoy en Los Ángeles".
Instalado a los pies del monte Hollywood reconoce que no es famoso, pero como desde hace 25 años puede vivir de la actuación. Y hace una semana estrenó su primera película en el epicentro de la industria cinematográfica, "Ernesto's manifestó". "Fue un sueño, es algo que hace diez años no estaba en mi cabeza. Es un paso super importante, es un proyecto íntegramente en inglés, un gran primer paso que será el primero de muchos", comentó esperanzado.
"De enero a marzo acá es la época fuerte de audiciones, así que estamos metidos, preparándonos para castings y con muchas reuniones", dio sobre sus planes para el 2020. Su estadía en la cuna de las grandes estrellas le permite tomar cursos para estar preparado para un mercado donde la competencia es feroz. Además, ya filmó tres spots para una importante marca de autos y aún quedan por rodar tres más.
"No soy cholulo, pero a veces digo, '¡qué admiración!' Por ejemplo, por mi viejo soy fanático de los Beatles y me tocó hace poco ir a una fiesta de un productor musical y era una fiesta íntima 150 invitados, eso es íntimo para ellos, el que conducía era Tom Hanks, el regalo del productor al agasajado era un show Elton John y uno de los invitados que se quedó hasta lo último era Paul McCartney, él estaba ahí hablando con su novia y yo estaba helado. Todo fue muy loco. Ahí caigo de que estoy en Hollywood", comentó sobre sus andanzas en el estado de California.
A pesar de que le tocó emigrar hace varios años, el actor confesó que le costó más el cambio de Miami a Los Ángeles que el de Buenos Aires a Miami: "Es porque acá hay menos comunidad latina. Irme me costó, pero por una cuestión de que amo mi país, crecí con mis amigos y familia y me fui con muchas ganas de crecer".
Al país no regresa desde hace dos años, pero sus familiares y amigos suelen visitarlo en Estados Unidos. Pero los afectos no es lo único que extraña, sino también la comida: "La fainá, los sanguches de miga y las facturas. Todo se consigue acá, pero no es lo mismo. Además, extraño eso de estar en medio de la semana con amigos, el americano es diferente en cuanto a lo social y acá está todo el mundo ocupado buscando cumplir su sueño, es difícil".
Su compañía en Los Ángeles es su perro Bulldog Francés al que llamó Tango: "Quería un nombre relacionado a la Argentina, este era representativo y además es negro con el pecho blanco".
Así, Guido transita sus días en Los Ángeles, dando nuevos e importantes pasos en una carrera que comenzó gracias a un retraso de su madre aquella tarde de verano hace 25 años.