Tras las denuncias públicas que realizaron los productores por el robo de aguas en el Río Atuel, renunció este viernes el Subdelegado de Aguas del Atuel, Mario Barbieri.
En medio de la crisis hídrica, inspectores de cauce sacaron a relucir tomas ilegales de agua proveniente del río Atuel, antes de ingresar al embalse de El Nihuil, entre La Junta en Malargüe y El Sosneado en San Rafael.
La investigación que realizaron los propios regantes que incluyó sobrevolar la zona y después inspecciones en tierra, contó con la asistencia de Federación Agraria Argentina y fue certificada paso a paso por un escribano público. Esto desató el enojo de los agricultores de la zona y el posterior documento firmado por los más de 500 productores en el que pidieron la suspensión sin goce de sueldo a Marinelli y su sometimiento a jury por incumplimiento en los deberes de funcionario público. También exigieron separar al a Barbieri y la cúpula de responsables que debe controlar el uso de agua.
Barbieri tomó la decisión de renunciar anunciándolo en conferencia de prensa, tras las denuncias y el descontento por el descubrimiento de: una toma de agua en La Junta directa del río realizada con máquinas y sin medición; y canales alternativos paralelos a las estaciones de telemetría de Irrigación en Coihueco y El Sosneado.
"Percibo un ataque sistemático y no constructivo a Irrigación cuyos motivos me exceden y que están debilitando esta institución tan importante", expreso nota mediante enviado al superintendente general de Irrigación, Sergio Marinelli.
“El mal uso de las redes sociales, la desinformación, la falta de respeto, el oportunismo, la hipocresía han generado un desgaste personal muy grande”, sostuvo en su discurso.
Y agregó: "Hay que sacar los egoísmos e individualismos que hoy existen puertas adentro de la Dirección General de Irrigación (DGI) y que actualmente no permiten sincerar el manejo de este recurso tan vital y valioso para los mendocinos que es el agua".
El Ingeniero, que asumió al frente de la Subdelegación de aguas del Río Atuel en julio de 2017, enumeró hechos que le obligaron a tomar su decisión: "La política no ha jugado una buena pasada y a lo largo de estos dos años y siete meses me ha tocado vivir situaciones sobre el manejo de temas como la fractura hidráulica, la discusión por la Ley 7.722 y ahora un hipotético robo de aguas en el Río Atuel. Ha sido la gota que colmó el vaso".
A modo de despedida, Barbieri afirmó que desea “que todos sigan trabajando unidos para rehacer la imagen del Departamento General de Irrigación, una institución que lleva más de cien años gestionando los recursos hídricos de la provincia y a la cual debemos proteger entre los regantes, inspectores de cauce y las autoridades que hoy manejan el Departamento”.