Pasaron casi dos semanas desde que el video se viralizó y se repitió una y otra vez, tanto en internet como en la televisión local y nacional. La evidencia de las imágenes hizo que la repercusión llegara a su punto máximo y puso en tela de juicio el accionar del secretario general de ATE, Roberto Macho, quien, junto con su familia, fue filmado por las cámaras de seguridad de un supermercado comiendo y dejando la mercadería en su lugar.
“No ha sido uno de los momentos más felices de mi vida, pero para madurar tuve que caer. Si se ha ofendido alguien se le pedirá disculpas, aunque yo pagué lo que consumí”, reflexionó en diálogo con Los Andes, el mediático sindicalista que desde hace unos días se mantiene en silencio ante la opinión pública, aunque él sostiene que ha continuado con sus actividades normales dentro de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE).
“He participado de distintas asambleas y en los reclamos que llevamos adelante en la Dinaf y en el Zoológico”, señaló Macho para defender que siguió y seguirá como máximo representante del gremio combativo, mandato que asumió en noviembre del año pasado y finaliza en 2019.
Pero más allá de las respuestas formales tanto de Macho como del mismo gremio, lo cierto es que el cimbronazo se sintió, y fuerte. El escándalo en cuestión se inició el domingo 5, cuando el sindicalista fue junto a su familia al supermercado y comió dentro de la instalación, sin querer pagar en un principio lo que habían consumido.
Ese mismo día, algunos medios se hicieron eco de la noticia, aunque todavía no se daba a conocer el video que también involucró, en la misma actitud, a su esposa Adriana Iranzo (también dirigente de ATE).
Sin la contundencia de las imágenes, Macho negó el hecho en declaraciones radiales, aunque el argumento se cayó por sí solo el miércoles siguiente, cuando se difundieron las filmaciones.
Desde entonces, hubo silencio y reclamos internos. “Así como un cura debe renunciar cuando es encontrado en una situación sexual dudosa, o un político con las manos en la caja chica, él debería haberse ido. Pero no lo va a hacer porque le interesa el dinero”, criticó Carlos Simón, quien le dio pelea interna en las últimas elecciones sindicales, y remató: “Esto confirmó lo que veníamos anunciando, vendría a ser la cereza del postre. Él habla de un sindicalismo honesto, transparente, pero con su conducta muestra otra cosa”.
Macho reconoció que, en estos días, hubo “dos o tres” que le pidieron la renuncia, pero dijo que la conducción lo apoyó internamente. “Lo que pasa es que fue un golpe mediático, pero no es un golpe gremial. Las estructuras de ATE siguen sólidas como siempre.
No cabe duda que hubo algunas personas que plantearon una situación que fue respondida por los mismos compañeros, que saben lo que somos en esencia”, respondió el dirigente de ATE.
A su vez, en el mismo sindicato intentaron minimizar el golpe y dijeron que “nunca estuvo en debate la representación de Macho”.
“Nosotros nos debemos a nuestros representados, que son los trabajadores. Vamos a seguir la misma línea y a estar presentes en la representación de las asambleas, que son las que nos dan el mandato. No así el suceso, que se mediatizó demasiado a mi entender personal”, defendió Roberto Podio, secretario de Comunicación de ATE.
El sindicalista dijo que su intención es no hablar más del tema y que la única estrategia será “profundizar la línea de acción con la que venimos trabajando”. “No vamos a gastar tiempo, energías ni recursos en este sentido. Los trabajadores saben quiénes somos, la conducta gremial que tenemos y eso vamos a defender y promover”, insistió Podio.
Sin la autocrítica en el gremio, del otro lado, Simón dijo que durante estos días la gente sí cuestionó la representación del dirigente sindical y que el malestar se reflejó, sobre todo, en las redes sociales. “No hubo un pedido de renuncia formal, o al menos, no lo han dicho”, señaló el opositor.
Más allá de la discusión que gira en torno a que si se afectó o no la imagen del gremio, Macho aseguró que los 15 días que transcurrieron desde el episodio en el supermercado, y los más de 10 que pasaron desde que se viralizó el video, le sirvieron para reflexionar y para “madurar”.
“Es parte de un proceso en el que tuve que entender dónde estoy parado. Muchas veces uno está tan envuelto en la pelea sindical que no cae que es una persona pública. Pero yo soy un menduco más, que trabaja, se come un asado con amigos y practica deportes. Esto forma ahora parte de un proceso de crecimiento en donde entiendo que soy observado como una persona pública”, hizo su descargo Macho.
Un caso que será investigado por la Justicia
El video de la cámara de seguridad que se difundió rápidamente muestra a Macho y su familia comiendo distintos productos en el supermercado, que luego fueron dejados en la góndola.
Una vez en la caja, cuando la familia se disponía a pagar la mercadería, la filmación muestra a un guardia de seguridad que aparece en escena y reclama que también paguen el pan que Iranzo, su mujer, había consumido.
Las imágenes muestran que el matrimonio se negó a hacerlo en un primer momento, aunque luego accedió y los tickets terminaron siendo parte del descargo que hizo ATE, que luego no habló más del tema.
La historia siguió en atención al cliente y terminó con una denuncia en la Fiscalía N° 5, que radicó el agente que intervino de oficio. Según Macho, no tuvo ninguna novedad de la demanda que pesa en su contra.