“No hay marcha atrás”, advirtió Cristian Andrada el sábado, cuando presentó su renuncia tras la caída frente a Montecaseros, 1-0. Por eso los dirigentes no perdieron tiempo en llamar al exarquero para intentar convencerlo de rever su postura.
El club aurinegro, tal como hizo en otras oportunidades, salió a buscar a uno de los entrenadores que siempre está volviendo: Tomás Ortiz. El popular ‘Loro’ llegó para intentar sacar de la mala racha al equipo, que ya acumula tres derrotas en forma consecutiva y cinco partidos en esa misma condición sin poder sumar de a tres.
Y sin demasiado tiempo para analizar cosas, el DT inició ayer los entrenamientos pensando en el compromiso ante el último de la tabla, Jorge Newbery de Villa Mercedes. Ese compromiso en condición de visitante puede dejar último al conjunto Jarillero en caso de cosechar una nueva derrota, por lo que se presenta como fundamental para las aspiraciones del equipo esteño.
Walter Maladot, que estaba a cargo de la coordinación de las divisiones menores, y quien también sonó para reemplazar a Andrada, será quien acompañe al Loro en esta aventura que necesita una reacción urgente de parte del plantel. El descenso, aunque todavía tiene margen, empieza a volverse una incomodidad.
Quien todavía no fue definido es el preparador físico que tendrá de ahora en adelante el plantel. Según confirmaron allegados a la entidad, un directivo “lo estaba” gestionando en la capital provincial. “En las malas siempre estoy para ayudar al club”, avisó el DT que consiguió llevar a Palmira a los cuartos de final del torneo pasado. Terminó la era del Chimango y ahora es tiempo del Loro. / JA