La primera ministra británica, Theresa May, anunció anoche el refuerzo del nivel de alerta terrorista de “grave” a “crítico” tras el atentado suicida cometido por un estudiante de origen libio en Manchester el lunes por la noche y que dejó 22 muertos.
“No podemos ignorar la posibilidad de que un grupo mayor de individuos esté vinculado al atentado de Mánchester”, subrayó Theresa May, que también anunció el despliegue de militares para apoyar a la policía.
El nivel “crítico” significa que un ataque se considera inminente.
La policía avanzó en la su investigación. “El sospechoso de la atrocidad de la pasada noche fue identificado como Salman Abedi, de 22 años”, dijo Ian Hopkins, comandante de la policía de Manchester. El diario Daily Telegraph añadió que Abedi nació en Gran Bretaña de padres libios.
Abedi hizo estallar su carga explosiva la noche del lunes en el vestíbulo del Manchester Arena, al término de un concierto de la estrella juvenil estadounidense Ariana Grande, dejando al menos 22 muertos y 59 heridos.
El autor del atentado, el más mortífero en suelo británico en 12 años, “deliberadamente apuntó contra niños y jóvenes que deberían haber estado disfrutando de una de las mejores noches de sus vidas”, lamentó la primera ministra británica Theresa May.
El comandante de la policía de Mánchester dijo a la prensa que “la prioridad es establecer si el atacante actuó solo o como parte de un grupo”, añadió, tras confirmar la detención de un hombre de 23 años y el registro de dos viviendas.
Hasta la tarde de ayer, solamente se había anunciado la identidad de dos víctimas: la niña de 8 años Saffie Rose Roussos y la adolescente Georgina Callander, de 18, ambas del vecino condado de Lancashire.
En un comunicado publicado en uno de sus canales habituales en las redes sociales, el grupo yihadista Estado Islámico (EI) afirmó que “uno de los soldados del califato colocó unas bombas entre la muchedumbre” durante el concierto.
La agencia de propaganda del EI afirmó por su parte que hay un “equipo” de combatientes detrás del atentado.
El ataque es el más grave en suelo británico desde julio de 2005 cuando una serie de atentados suicidas dejó 52 muertos, además de cuatro kamikazes, y 700 heridos en el subte y un autobús de Londres. Este ataque fue reivindicado por un grupo que decía pertenecer a la red Al Qaeda.
Las redes sociales hervían con mensajes pidiendo ayuda para encontrar a allegados. Charlotte Campbell explicó apesadumbrada en varias televisiones que no lograba encontrar a su hija Olivia, de 15 años.
“Todo lo que sé es que estaba en el Mánchester Arena con su amiga viendo a Ariana Grande y todavía no ha aparecido”, dijo. “No logro contactar con ella. He llamado a hospitales, he llamado a todos los sitios, a los hoteles donde decían que habían resguardado a los niños”.
Ayer a la tarde, aún una pareja de adolescentes, Liam Curry y su novia Chloe, seguían desaparecidos.
"La gente perdía zapatos y teléfonos"
“El pabellón se quedó pavorosamente en silencio durante cinco o seis segundos, que parecieron más largos, y luego todo el mundo corrió en todas direcciones”, explicó Kennedy Hill, una adolescente que asistió al concierto.
Su madre, Stephanie Hill, dijo que la gente perdía zapatos y teléfonos por el camino al tratar de huir del lugar. “Había muchos niños y adolescentes como mi hija en el concierto. Es trágico”, lamentó. “Había padres que llevaban en brazos a sus hijas entre lágrimas”, explicó por su parte Sebastian Díaz, un muchacho de 19 años de Newcastle, que vestía una camisa tejana y pantalón oscuro.
Ariana Grande tenía previsto actuar en el O2 de Londres mañana jueves. “Destrozada. Desde el fondo de mi corazón, lo siento mucho. No tengo palabras”, escribió la cantante en Twitter.
El atentado provocó reacciones de repulsa en todo el mundo. La reina Isabel II de Inglaterra lo describió como un “acto de barbarie” y “Su Santidad, el papa Francisco, quedó profundamente entristecido”, afirmó el Vaticano. La primera ministra alemana Angela Merkel expresó su “tristeza y horror”, y el presidente ruso Vladimir Putin habló de atentado “cínico e inhumano”.
El atentado ocurrió exactamente dos meses después del que dejó 5 muertos en Londres, cerca del Parlamento, cuando un hombre embistió con su coche a una multitud.
AFP