Luego de estudiar durante casi seis meses repartidos en dos iglesias y en otros tres establecimientos educativos de la región, los 300 alumnos de la escuela 1-165 Neuquén, de San Martín, volvieron este lunes a ocupar sus aulas, que fueron reparadas a nuevas con una inversión de seis millones de pesos, aunque la obra demandó toda la primera mitad del año.
"Fue un gran sacrificio de toda la comunidad educativa, desde los papás y maestros a los mismos chicos que entendieron que para no perder días y mientras se arreglaba la escuela, no quedaba otra que ir a estudiar a otro lado", contó Mónica Albino, directora de la Neuquén, una escuela rural al costado de una calle de tierra, en el límite de San Martín con Junín y a unos pocos minutos de ambas ciudades.
Desde hace tiempo, la escuela Neuquén arrastraba una serie de problemas edilicios que la falta de mantenimiento no había hecho más que agravar, al punto que parte del establecimiento y por peligro de derrumbe de los techos terminó clausurado.
En ese contexto y por sus pésimas condiciones para dictar clases, la escuela Neuquén fue priorizada junto a otra decena de establecimientos de la provincia, para ser reparada a nueva, una obra de seis millones de pesos que comenzó en febrero y que incluyó el recambio total de los techos, del sistema eléctrico y de las cloacas, además de la reparación de baños y de la cocina, entre otras tareas.
"La escuela tenía muchos problemas y no se iba a poder usar por varios meses. El asunto es que por acá no hay otras y entonces tuvimos que pensar en alguna solución para los chicos", recordó Ismael, papá de un alumno de tercero.
Así fue entonces que con el acuerdo de los papás e incluso la ayuda de muchos de ellos, la escuela se mudó y dividió toda su actividad entre dos iglesias muy cercanas: la parroquia de San Cayetano, de Orfila, y el templo evangelista del barrio Ambrosio, a donde fue a dar una parte de los alumnos; el resto se repartió en 3 escuelas para chicos con discapacidad, que también aportaron aulas y espacios.
De esa manera y distribuidos entre las dos iglesias y las escuelas especiales Matons, Juaire y Perrupato, los alumnos de la Neuquén no perdieron días de clases, pese a que la obra de reparación demandó toda la primera mitad del año.
Martín Lucero es el encargado del salón evangelista: "Les dimos las llaves a las maestras y la escuela ocupó el lugar durante varios meses; en todo ese tiempo, suspendimos nuestros encuentros más multitudinarios en beneficio de los chicos", explicó Lucero.
Este lunes y con la vuelta a clases tras las vacaciones de invierno, la Neuquén reabrió por fin sus puertas con un acto del que participaron el ministro de Infraestructura Martín Kerchner y el titular de la DGE Jaime Correas, además de los intendentes de San Martín y Junín.
“Todos hicimos un esfuerzo, los maestros acomodamos horarios y los chicos se adaptaron a espacios que no son aulas ni tienen pizarrones”, explicó Cecilia, que es maestra de 4°. Muchos papás tuvieron que adaptar sus propias rutinas porque tenían a sus hijos repartidos entre una iglesia y la otra.
Pero como parte de los alumnos fueron a clases en tres escuelas especiales, las comunas de San Martín y Junín colaboraron con los gastos del transporte diario.
"Ha sido una experiencia muy satisfactoria, especialmente solidaria, en la que todos trabajaron por el bien de los chicos", contó Hugo Martín, delegado de la DGE en el este: "Incluso en vacaciones, los maestros estuvieron ayudando con la mudanza para traer el mobiliario de vuelta a la escuela".