La corrupción pública sigue siendo un problema generalizado en el mundo pese a que en 2015 más países mejoraron en este aspecto que los que empeoraron, afirmó ayer Transparencia Internacional (TI) en su informe anual, que mantuvo a Dinamarca como país más transparente y a Somalia y Corea del Norte como los menos.
El Índice de Percepción de la Corrupción, un estudio elaborado por la ONG a partir de la percepción que el sector privado tiene sobre el sector público de determinado país, clasifica a 168 naciones, entre ellas Argentina, que en 2015 cayó dos puestos con respecto al año anterior y se ubica en el puesto 107 con una nota de 32.
Si bien el informe sostiene que la corrupción sigue siendo generalizada, la ONG, con sede en Berlín, detecta en la última medición “atisbos de esperanza” porque hubo más países que mejoraron su puntuación respecto a los que la empeoraron.
“Es posible ganarle a la corrupción si trabajamos juntos; para erradicar el abuso de poder y el soborno y sacar a la luz negociaciones secretas, los ciudadanos deben decir al unísono a sus gobiernos que ya han tenido bastante”, expresó en un comunicado el presidente de TI, José Ugaz.
Los países mejor ubicados en el ránking son Dinamarca, con 91 puntos en una escala que va del 1 al 100, considerando 100 como ausencia total de corrupción; seguida por Finlandia, Suecia, Nueva Zelanda, Holanda, Noruega, Suiza, Singapur, Canadá y Alemania, que comparte el décimo puesto con Luxemburgo y el Reino Unido.
En tanto, los países mas corruptos, según la encuesta respondida por empresarios, son Somalia y Corea del Norte, con 8 puntos; precedidos por Afganistán, Sudán, Sudán del Sur, Angola, Libia, Irak y Venezuela, que comparte el puesto 158 de la lista con Guinea Bissau y Haití.
Las principales características de los países con menor índice de corrupción son un alto nivel de libertad de prensa, el libre acceso a la información pública, los altos niveles de integridad en los cargos públicos y la independencia del poder judicial, según TI.
Por su parte, los países con peores índices de corrupción comparten características como poca gobernabilidad, instituciones públicas frágiles, falta de independencia de los medios de comunicación y, además, son países en los que permanentemente hay conflictos o guerras.
España, que bajó un escalón hasta el puesto 36, con 58 puntos, se encuentra junto a Libia, Australia, Brasil y Turquía, entre los países que han tenido un mayor descenso en sus posiciones en los últimos cuatro años, destaca la ONG que además subraya que Grecia, Senegal y Gran Bretaña son los que más posiciones han trepado.
El índice de 2015 muestra con preocupación que más de dos tercios de los países no superan el mínimo de 50 puntos necesarios para quedar por fuera de las naciones con “graves problemas de corrupción”, situación en la que está la mitad de los países miembros del G20 (industrializados y emergentes) y todo el grupo de los BRICS. (Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica).
El estudio señala con preocupación el “estancamiento” de Europa y Asia Central, algo que la ONG carga sobre las espaldas de países como Hungría, Macedonia, España o Turquía, “donde se ve que la corrupción crece mientras disminuye el espacio de la sociedad civil y la democracia”.
En el continente americano la disparidad entre los países y sus índices de percepción de la corrupción es casi extrema: desde los 83 puntos de Canadá, pasando por los 76 de Estados Unidos, hasta los 17 de Venezuela y Haití que se llevan la peor calificación en la región y comparten el puesto número 158.
Si la comparación se hace sólo con las países de Latinoamérica, Uruguay y Chile son los países más transparentes. El primero sube un escalón con respecto a 2014 y ostenta un orgulloso puesto 74, mientras que el país trasandino se ubica en el puesto 70 luego de descender tres escalones tras el caso de corrupción que en 2015 involucró al hijo de la presidenta Michelle Bachelet.