Un hombre se sirvió ayer de un coche y un cuchillo para matar a 5 personas y herir a 40 en Londres, al pie del Big Ben y junto al Parlamento británico, antes de caer abatido.
En una de las zonas supuestamente más vigiladas del mundo, donde se concentran las dependencias de los tres poderes, el sospechoso atropelló con su coche a los peatones que cruzaban el puente de Westminster, matando a 3 e hiriendo a unas 40 personas, y se dirigió luego al recinto del Parlamento, donde mató a cuchilladas a un policía antes de ser abatido.
“Desgraciadamente puedo confirmar que 5 personas murieron. Entre ellas, el policía que protegía el Parlamento y un hombre que se cree que era el agresor, que fue abatido por un policía”, dijo el principal responsable antiterrorista de la policía británica, Mark Rowley.
Un médico del Hospital de Saint Thomas, que se encuentra a 200 metros del lugar de los hechos, y que atendió a las víctimas, describió sus heridas como “catastróficas”.
Entre los heridos se sabe que hay tres escolares franceses, uno de ellos grave, dos rumanos y cinco surcoreanos.
El diputado conservador y antiguo militar Toby Ellwood, que perdió a su hermano en un atentado en Bali, Indonesia, en 2002, trató de salvar la vida del policía herido, pero su esfuerzo fue en vano.
Terrorismo islámico
Por otra parte, e comandante de la unidad antiterrorista de la policía británica dijo que el “terrorismo islamista” está tras el atentado . “Asumimos que es el terrorismo islamista”, dijo Mark Rowley a los periodistas, en referencia al atacante, cuya identidad no se ha difundido, y que fue abatido por las fuerzas de seguridad.
Como ocurrió en 2016 en un mercado navideño en Berlín (12 muertos), y en la localidad francesa de Niza (86 muertos), un atacante se valió de un vehículo para causar estragos.
La primera ministra Theresa May presidió una reunión de su gabinete de crisis en su residencia de Downing Street, muy cerca del lugar del ataque. May y el gobierno “tienen presentes en sus pensamientos” a las víctimas del “horroroso” atentado, dijo Downing Street en un comunicado.
El presidente estadounidense Donald Trump, el francés François Hollande y la jefa de gobierno alemana Angela Merkel, expresaron sus condolencias y solidaridad con el Reino Unido.
Las luces de la Torre Eiffel se apagaron a medianoche para recordar a las víctimas.
El atentado dio paso a escenas de caos y pánico. La gente corría por las calles de Westminster, los diputados se encerraron en sus oficinas, y el sonido de las sirenas y los helicópteros se apoderó de todo el centro de Londres. Una mujer fue rescatada con heridas graves del río Támesis, informó la Autoridad Portuaria.
El ex ministro polaco de Relaciones Exteriores Radoslaw Sikorski, que estaba en el lugar, y publicó imágenes en la red social Twitter, explicó que “un coche atropelló a cinco personas en el puente de Westminster”.
El ataque se produjo poco antes de las 12 de Argentina, y justo el día en que Bruselas conmemoraba el primer aniversario de los ataques que dejaron 32 muertos en el aeropuerto y el metro de aquella ciudad.
Antecedentes
2005: ataque contra transportes londinenses
El 7 de julio, cuatro atentados suicidas coordinados a la misma hora en momentos de gran afluencia en tres ramas del metro y un autobús londinense provocaron 56 muertos, entre ellos los cuatro kamikazes, y unos 700 heridos. Un grupo que se manifestó como integrante de Al Qaida reivindicó estos ataques.
2007: aeropuerto de Glasgow
El 30 de junio, un coche bomba repleto de bombonas de gas se precipitó contra la principal terminal del aeropuerto de Glasgow (Escocia), sin explotar.
Un indio que conducía el vehículo se quemó gravemente tras rociarse con combustible. Falleció un mes más tarde. Su acompañante, un médico iraquí, fue detenido.
En 2008 fue condenado a cadena perpetua.
2013: muerte de un soldado en Londres
El 22 de mayo, dos londinenses de origen nigeriano atropellaron con su auto a un joven soldado de 25 años, Lee Rigby, en el sureste de Londres, para luego acuchillarlo e intentar decapitarlo.
En un video filmado justo después de la agresión, uno de los asesinos declaró que quisieron vengar a “los musulmanes muertos por soldados británicos”.
2015: estación de metro de Leytonstone
El 5 de diciembre, Muhaydin Mire, de 30 años, nacido en Somalia, hirió con un cuchillo a dos personas, una de ellas de gravedad, a la entrada del metro de Leytonstone, en el este de Londres, dos días después de los primeros ataques aéreos británicos contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI) en Siria.
El ataque fue calificado como “terrorista” por las autoridades. Mire fue condenado a cadena perpetua.
Ataques frustrados
Scotland Yard anunció a comienzos de marzo que los servicios de seguridad británicos lograron abortar “trece intentos de atentados terroristas desde junio de 2013”.
Nueva York en alerta
La Policía reforzó la seguridad en varios puntos de la ciudad, incluido el consulado británico y la misión del Reino Unido ante la ONU.
Según el Departamento de Policía (NYPD), agentes antiterroristas con armas largas y perros entrenados para detectar explosivos se desplegaron en esos y otros lugares, como la estación Grand Central y el Ayuntamiento.
La práctica es algo habitual en Nueva York cuando se producen ataques de este tipo en otras ciudades y, según el NYPD, no se ha recibido ninguna amenaza específica contra la Gran Manzana. "Todos el mundo en Nueva York debe saber que el NYPD, junto a sus socios federales, trabaja duro. Es algo en lo que estamos trabajando todo el tiempo para tener a todo el mundo seguro" dijo el jefe del Departamento, James O'Neill. Télam
El Parlamento escocés suspendió voto sobre el referendo separatista
El Parlamento escocés suspendió ayer un debate crucial sobre la autorización de un referéndum de independencia, tras un ataque “terrorista” en Londres que causó al menos una muerte.
“El hecho de que nuestro parlamento hermano sufrió un serio incidente afecta a este particular debate” explicó el presidente de la asamblea escocesa, Ken Macintosh, en referencia al ataque en Westminster, en pleno corazón de Londres.
El Parlamento escocés, donde los nacionalistas son la primera fuerza pero sin mayoría absoluta, tenía que votar ayer si reclamaba un segundo referéndum de independencia.
Cuando se reanude la discusión si, como se espera, los diputados verdes apoyan la solicitud de la primera ministra regional Nicola Sturgeon, la demanda prosperará y el gobierno de Theresa May tendrá que decidir si concede el segundo plebiscito de independencia de la región del norte.
La demanda escocesa abriría un nuevo frente para Londres, una semana antes de que May dé inicio al proceso de salida de la Unión Europea con la invocación, el 29 de marzo, del Artículo 50 del Tratado europeo de Lisboa, que dará pie a dos años de negociaciones sobre los términos del divorcio.
“Que el gobierno británico impidiera que Escocia tenga la palabra, sería, en mi opinión, equivocado, injusto y profundamente insostenible”, dijo Sturgeon, que alega que el referéndum permitiría a los escoceses tener la opción de seguir vinculados a la UE.
Pero May, que no ha llegado a afirmar que impedirá el referéndum, sí se opone a que se celebre en el plazo que quiere Sturgeon, entre finales de 2018 y principios de 2019, porque la perspectiva de una ruptura tendría un impacto negativo en las negociaciones de divorcio con la Unión Europea.