A dos años del accidente del avión de Sol Líneas Aéreas, que se estrelló en el remoto paraje de Prahuaniyeu (Río Negro), causando la muerte a 22 personas, los familiares están denunciando que no hay un pronunciamiento judicial y no saben aun por qué ocurrió la tragedia.
Unidos en el infortunio, el sábado se reunirán en distintos puntos del país, entre ellos en el centro de nuestra capital, para exigir definiciones y que urgenemente se precisen las responsabilidades del caso.
En Mendoza, lo harán los deudos de las 5 víctimas mendocinas: Andrés Martín Cerioni (34), empleado de Eco Minera; Guillermo José Castro (37, 3 hijos), de la minera Mirasol; Luis Eleazar Vargas (39), soltero, técnico en higiene y seguridad); Jorge Alberto Jacomes (30), de la minera Adviser), y Diego Fabián Córdoba (39, 2 hijos), empleado de M-I Swaco).
La representación de los caídos mendocinos en el trágico vuelo del Saab 340A, que viajaba de Neuquén a Comodoro Rivadavia, en la noche del 18 de mayo de 2011, la ejercen María Eugenia Mercau (32, docente de primaria), esposa de Cerioni; Carina Garín (34), cónyuge de Castro y la mamá de este último, Mercedes Borsellino (68); Juana Vargas (47), hermana de Luis Eleazar Vargas; Vanesa Garofoli (30), esposa de Jorge Alberto Jacomes, y Analía Pacheco, casada con Córdoba.
Estas mujeres no se conocían y el duro golpe de perder a sus seres queridos, las unió.
Ya han hecho diversas gestiones juntas y por lo menos un viaje, muy triste, al lugar del desastre aeronáutico, "un desolado paraje de piedra, tierra y coirones", como lo definió Juana Vargas, sitio distante a 35 kilómetros al sudoeste de una localidad habitada, Los Menucos, en el sur de Río Negro.
Punto de reunión
Los familiares y amigos se juntarán mañana, a las 18, en el cruce de la peatonal Sarmiento y avenida San Martín, y, según explicaron al visitar este diario, lo harán sin cortar la circulación vehicular ni alterar el orden, portando velas y exhibiendo las fotografías de sus esposos, hijos y hermanos.
A la misma hora, habrá concentraciones similares en Neuquén, Pico Truncado (Santa Cruz) y Comodoro Rivadavia (Chubut), que son los restantes lugares donde vivía el resto de las víctimas fatales, entre las que se contó un bebé. Igualmente está planeada una convocatoria en el pueblo de Los Menucos, cuya intendenta y los habitantes prestaron mucha colaboración en ocasión del desastre.
María Eugenia Mercau, maestra de primaria, quien perdió a su marido Andrés Cerioni, resumió el sentir general. "Básicamente pedimos respuestas del magistrado interviniente (el juez federal de Bariloche, Leónidas Moldes). Lo último que supimos, hace 3 ó 4 días, es que el juez está esperando el informe final de la Junta de Investigaciones de Accidentes de la Aviación Civil (JIAAC)".
En tanto, Juana Vargas manifestó que "a 2 años no sabemos quiénes son los responsables de lo que pasó".
Las esposas, la hermana y la madre de los fallecidos no se conocían y se unieron a partir del del luctuoso suceso. Además, se quejaron "por el olvido de nuestro caso por parte de los gobiernos provincial y nacional", y criticaron "la insensibilidad de la línea aérea, que ni siquiera nos dio las condolencias".
Sostuvieron también que "las personas no deberían viajar en esta empresa, por lo menos hasta que se sepa fehacientemente qué ocurrió, y mucho más después de setiembre de 2012 y enero de este año, cuando máquinas de Sol tuvieron incidentes, uno en viaje de Rosario a Buenos Aires, y el más reciente en el aeropuerto de Mendoza".
Asimismo recordaron que en el informe preliminar de la JIAAC, ya se había indicado que al Saab le faltaban controles y por eso no debió volar.
Otra de las incongruencias que aprecian en todo el proceso suscitado luego del accidente, es que en un viaje civil que hicieron los deudos, en junio de 2011, encontraron monedas, una tarjeta de débito de uno de los fallecidos y restos humanos. "Esa situación, esos hallazgos, revelan en principio una mala investigación en el terreno o una ocultación de pruebas, no lo sabemos", afirmaron Vanesa Garofoli y Carina Garín.
Un interrogante más expuesto por los familiares está referido al hecho de que la transportadora aerocomercial ya no vuela más de noche, a partir del fatídico 18 de mayo de 2011. "Por qué no lo hace más, no será porque los aviones que usan no están preparados para volar de noche y en territorios tan inhóspitos como donde cayó la aeronave, sin comunicación telefónica de línea o celular, un verdadero desierto", se preguntó Vargas.
Eugenia describió el estado de ánimo del grupo: "Desde hace 2 años nos embarga la tristeza. Como no tenemos justicia por lo ocurrido, estamos permanentemente removiendo en torno al accidente y no logramos paz; nunca se nos irá el dolor, pero compensaría, en algo, saber qué paso".
Un detalle, que es menor frente a la ignorancia de la razón de la fatal caída y la pérdida para siempre de los viajeros argentinos, es que los papeles de defunción de las víctimas no contienen el número del documento de identidad, situación que conlleva problemas legales, por ejemplo a las esposas con hijos al momento de viajar al exterior.
Otra relevación de los deudos fue que Jorge Jacomes y Luis Vargas se conocían de antes, quienes en general viajaban a la Patagonia en forma terrestre.
Por su lado, Guillermo Castro y Andrés Cerioni se conocían por haber vivido ambos en el barrio Minetti de Godoy Cruz.