La trágica muerte de una joven tucumana mientras realizaba un vuelo en parapente en aquella provincia el viernes pasado reactivó la alarma sobre un detalle que siempre debería estar presente a la hora de realizar esta actividad: estar atentos a las medidas de seguridad y -por sobre todas las cosas- exigir la habilitación del instructor.
En Mendoza hay casi 20 de pilotos que cuentan con la licencia de la Federación Argentina de Vuelo Libre (FAVL), requisito indispensable para poder ofrecer el servicio de vuelos biplazas (dos lugares) y que son precisamente aquellos que cualquier persona inexperta contrata para vivir la adrenalina por unos minutos. Y por el que había pagado Natalia Vargas (28) al piloto Ariel Salazar en Tucumán.
"La primera recomendación es contratar a un piloto habilitado por la FAVL. El listado está en la página web de la Federación. También el piloto tiene que tener en cuenta las condiciones meteorológicas, por ejemplo no volar si hay viento fuerte. También el usuario debe estar atento y escuchar todas las instrucciones, sin interrumpir en ningún momento", destacó el piloto Hernán Vicente (28), quien hace 11 años es piloto biplaza y se desempeña en la empresa AcroFly.
Vicente destacó que la persona tiene que arrancar caminando y luego correr antes de quedar suspendido en el aire. "En ningún momento hay sensación de caída libre, uno siempre va suspendido en el aire y volando", insistió.
Es fundamental llevar el equipamiento de seguridad que se engancha al arnés de pasajero, una silla para el piloto, el equipo biplaza homologado y un paracaídas de emergencia. La FAVL ha empezado a hacer talleres para biplaceros que son obligatorios para los pilotos con licencia y que hacen hincapié en la seguridad", destacó Vicente, quien indicó que la licencia N5 es la que habilita a volar parapentes biplaza con pasajeros.
"En Mendoza está reglamentada la actividad y los pilotos tenemos licencia y estamos en la FAVL. Todos los años se hacen cursos y controles, por lo que nuestra provincia es uno de los lugares más profesionales del país", destacó el piloto Horacio Quiroga (55), de la firma Fly Excursion y con 23 años en la actividad (17 volando con turistas).
"Si la gente va a contratar por internet, pedimos que averigüe si el piloto tiene licencia. Y si es posible que la exhiba antes del vuelo o que, al menos, le envíe una foto por WhatsApp. A mí me da mucho orgullo cuando me la piden a la licencia", indicó.
Tanto Vicente como Quiroga destacaron que lo ocurrido en Tucumán fue una fatalidad, pero que no debería ser algo que se generalice para todos los vuelos en parapente.
"Fue un error de distracción del piloto. Por los videos que se han visto, es casi un hecho que el piloto no había enganchado la pernera sistema de seguridad que sujeta las piernas del pasajero al arnés de seguridad- de la mujer, y pasó derecho, por lo que cayó. Lamentablemente estas cosas manchan un poco la actividad. pero fue un error humano. No necesariamente es peligroso el parapente, los peligrosos somos los parapentistas cuando no se hacen las cosas como corresponden", indicó Vicente.
"El piloto de Tucumán no estaba habilitado para llevar turistas. Sí lo estaba para competir, pero no es lo mismo", acotó a su turno Quiroga.