Tragedia, en la ruta, de cuatro familiares del papa Francisco

Un sobrino de Bergoglio chocó a un camión en Córdoba. Murieron su esposa y sus dos pequeños hijos, mientras que él quedó muy grave. Conmoción en la familia del pontífice.

Tragedia, en la ruta, de cuatro familiares del papa Francisco
Tragedia, en la ruta, de cuatro familiares del papa Francisco

Del auto quedaron intactas la luneta, las ruedas y luces traseras, el último tramo del techo. El resto es una masa gris, metálica y deforme: apenas un bollo. En ese coche que terminó incrustado debajo de un camión que transportaba maíz, viajaban cuatro familiares directos del papa Francisco: su sobrino Emanuel Horacio Bergoglio (38), su mujer Valeria Carmona (36) y los hijos de ambos, José, de 2 años, y Antonio, de 8 meses. La mujer y los bebés murieron tras el impacto. El hombre, en tanto, continúa internado en gravísimo estado. El accidente ocurrió durante la madrugada de ayer a la altura del kilómetro 594 de la autopista que une Córdoba con Rosario.

La tragedia conmocionó a toda la provincia ni bien se supo que se trataba de parte de la familia del Sumo Pontífice. Pero además porque estas tres víctimas se suman a otras siete que hubo el fin de semana en distintos accidentes viales. Valeria y sus hijos fueron velados por la tarde en una sala del centro de Villa María “para los familiares que vinieron desde Córdoba ni bien se enteraron del accidente”, contaron allegados a la familia.

Emanuel y Valeria habían viajado a Córdoba a pasar el fin de semana largo. El paseo tenía un propósito: ella quería que su papá conociera a Antonio, el más pequeño de sus hijos, según contaron allegados a la pareja, que trabajaba en distintas áreas de la Policía Metropolitana. Anoche, al cierre de esta edición, se esperaba que los cuerpos de la sobrina política del ex cardenal Jorge Bergoglio y de los nenes llegaran a Aeroparque en un vuelo enviado por el gobernador Daniel Scioli. En otro avión viajaban los familiares de la pareja que había ido a Villa María tras enterarse de la tragedia.

Valeria y José fallecieron en el acto, mientras que Antonio murió en el Hospital Regional Pasteur de Villa María, dos horas después de ser internado. El estado de salud de Emanuel es gravísimo. Ayer fue sometido a dos intervenciones quirúrgicas. En la primera le extirparon el bazo, y en la segunda intentaron frenar un sangrado en el hígado. “El mayor problema del hígado se da porque no se puede solucionar extirpándolo”, afirmó anoche Luciano Caponseli, jefe de terapia intensiva del hospital. Y agregó: “Tiene un trauma importante en el abdomen y otro muy grve en el tórax, con un pulmón perforado”.

En el hospital de Villa María estuvieron los familiares de Emanuel: su madre, viuda de Alberto, el hermano del Papa, y dos hermanos. También la hermana gemela de Valeria, que es religiosa. El obispo de Villa María, Samuel Jofré, le dio la unción de los enfermos.
El choque ocurrió cerca de la 0.30 de ayer, en el kilómetro 594 de la autopista que une Córdoba con Rosario (en la mano que va hacia el sur), a la altura de la localidad de James Craik, 116 kilómetros al sudeste de Córdoba Capital. Por la autopista hay una sola vía de llegada a esta localidad agrícola, a través de un nudo vial con dos accesos bien demarcados.

El choque entre el camión Ford Cargo 1792 conducido por Antonio Pomba (60) y el Chevrolet Spin en el que viajaba la familia Bergoglio ocurrió unos 500 metros al sur de la salida del pueblo, “cuando el camión con acoplado cargado de maíz ya se encontraba en ruta y circulando a la velocidad permitida”, según detalló el comisario inspector Dante Arévalo.

Los peritos trabajan para determinar cómo ocurrió la tragedia. Las primeras investigaciones indican que Bergoglio no calculó que la velocidad del camión era mucho menor a la que él supuso y, al acelerar, chocó de lleno en la parte trasera. El auto terminó incrustado debajo del acoplado, con principio de incendio.

El camionero Pombo dio su versión: “Cuando sentí el impacto miré por el espejo y no sabía qué pasaba. Me tiré a la banquina y el auto estaba abajo. Empecé a detener a los coches que pasaban para pedir un matafuegos. Con la ayuda de muchas otras personas que posibilitaron el matafuegos, no se alcanzó a incendiar”.

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