Los deportistas extremos coquetean con el peligro. Sin embargo, lo que le pasó a una esquiadora sueca fue lo más terrible que alguno pueda imaginar.
Matilda Rapaport murió ayer en Santiago de Chile, donde estaba hospitalizada luego de quedar atrapada en una avalancha mientras grababa un video de su bajada en la Cordillera de Los Andes.
“Era su segunda bajada del día, en una jornada en condiciones adversas para el esquí. De repente se desencadenó la avalancha y pese a que la esquiadora trató de evitarla en un primer momento, finalmente acabó por atraparla. Pese a que se actuó con rapidez, se tardó una hora y media en sacarla y llevarla al hospital de Santiago de Chile, donde se la dejó en coma inducido después de que la falta de aire la asfixiara”, fue el comunicado de la Federación Sueca de Esquí.
Rapaport filmaba en la zona de Farallones, cerca de Santiago, cuando la avalancha la atrapó la semana pasada. Después de varios días en coma, su cuerpo no resistió las heridas. “A pesar de la atención médica intensiva y el tratamiento durante los días posteriores, no fue posible salvar su vida”, explicó Red Bull, empresa patrocinadora de la esquiadora sueca.
Pese a sus escasos 30 años, Rapaport era una renombrada representante del freeride (estilo libre), disciplina extrema que consiste en subir a la cima de una montaña o a un lugar fuera de los caminos señalizados y bajar por nieve en polvo, evitando avalanchas y grietas.
La sueca se convirtió en un miembro muy respetado y querido de la comunidad freeride, situándose en lo más alto del Freeride World Tour desde hace varios años. Además, fue ganadora de los famosos Scandinavian Big Mountain
Championships en 2011. Por todo eso, la noticia fue recibida con mucho dolor entre los apasionados del deporte extremo.
No era la primera vez que Rapaport se enfrentaba a las fuerzas de la naturaleza, ya que otra avalancha la había sepultado en Alaska en 2014. Después de aquello, volvió a la montaña superando todos sus miedos y temores.