Tragedia de Chapecoense: cómo cambió la vida de la azafata que sobrevivió al vuelo

Ximena Suárez, una de las seis sobrevivientes del terrible accidente, cuenta lo que significó este episodio para ella.

Tragedia de Chapecoense: cómo cambió la vida de la azafata que sobrevivió al vuelo
Tragedia de Chapecoense: cómo cambió la vida de la azafata que sobrevivió al vuelo

Luego de cualquier accidente, retomar la vida normal se presenta como todo un desafío. Más cuando ese episodio resultó ser un terrible momento que terminó con muchas vidas y marcó definitivamente la de los sobrevivientes.

Enfrentar el trauma, las pesadillas, los recuerdos imborrables y tratar de encontrar la manera de que todo ese dolor quede atrás es una tarea que puede resultar demasiado compleja. Sin embargo parece que Ximena Suárez está ganando esa batalla.

Ella tenía 28 años aquel trágico 28 de noviembre de 2016 en que el vuelo 2933 de la aerolínea LaMia, que trasladaba al plantel de Chapecoense para jugar la final de la Copa Sudamericana, se quedó sin nafta a poco de llegar al aeropuerto de Medellín y se estrelló contra el Cerro Gordo en el municipio antioqueño de La Unión. Desde entonces su vida quedó marcada por aquella tragedia en la que murieron 71 de los 77 pasajeros.


    La mujer estuvo internada tres semanas.
La mujer estuvo internada tres semanas.

"El accidente me cambió radicalmente: me sirvió para valorar más a Dios, mi familia, la vida, las cosas que tenemos. La vida es una sola y hay que aprovecharla, y vivir bien y hacer el bien", le contó al diario colombiano El Tiempo.

Además, señaló que de ese día lo recuerda todo: el abrupto apagón, la caída, los gritos, la tensión, el miedo. "El avión se apagó por completo y tuvo un fuerte descenso, seguido de un gran impacto", expresó la azafata boliviana que tras el siniestro estuvo tres semanas internada en una clínica de Rionegro (Colombia) hasta que pudo regresar a su país, el 18 de diciembre del 2016.

Desde entonces decidió buscar la manera de transmitir su experiencia. Lo primero que hizo fue sacar un libro ("Volver a los cielos"): "Lo lancé el primer año del accidente. Ya está la versión en portugués y están por terminarlo en inglés. Es como una autobiografía y relata los hechos vividos antes, durante y después del accidente".

Luego, trató de alejarse para siempre del trabajo en los cielos y entró a estudiar Ingeniería en Control de Procesos, pero las pasiones son difíciles de entender y de manipular así que al poco tiempo dejó todo para volver a lo que define como su gran amor: ser tripulante de cabina.


    Ximena volvió a trabajar.
Ximena volvió a trabajar.

"Es para lo que yo nací, como siempre digo desde que tenía 5 años, desde la primera vez que subí a un avión. Nací para eso y nada ni nadie, ni lo que me haya pasado, puede truncar mis sueños", apuntó con convicción.

En julio de este año comenzó su capacitación en la aerolínea boliviana Amaszonas, para incorporarse a su tripulación estable.

Al mismo tiempo comenzó a dar charlas que la llevaron a distintas partes del continente con su testimonio y su fuerte mensaje: "He viajado a Curitiba y Sao Paulo (Brasil), a Cochabamba (Bolivia) y a Colombia a dar charlas. Fue algo que surgió a raíz del accidente y que nunca pensé hacer".

Eso fue lo que la llevó nuevamente a Colombia reflotando los miedos y el sufrimiento. "La primera vez que volví a Colombia, tras el accidente, sentí mucho dolor y lloré mucho. Fue un golpe muy grande. Después he viajado otras dos veces y he estado más tranquila. Me llena de emoción y alegría el cariño con el que nos reciben y nos recuerdan siempre los colombianos", relató.


    AFP
AFP

Ximena asegura que gran parte de su recuperación ante el drama padecido se debe al apoyo de sus dos hijos, Thiago y Gabriel, de 10 y 5 años, respectivamente. "Son mi vida entera. Gracias a ellos estoy aquí todavía. Fueron mi fuerza, la fuerza que Dios me puso en la cabeza para resistir el día del accidente. A ellos les debo la vida también".


    Ximena visitó tiempo después el lugar del accidente.
Ximena visitó tiempo después el lugar del accidente.

Quienes también fueron piezas importantes de su resiliencia fueron los otros sobrevivientes: los futbolistas Alan Ruschel, Jakson Follmann y Neto; el periodista Rafael Henzel, que murió en marzo pasado de un infarto, y el técnico de vuelo Erwin Tumiri. La azafata explicó que mantuvo contacto con todos. "Con Erwin, que también es boliviano y comparte mi gusto por los aviones, me veo mucho y hablamos constantemente".


    Ximena, junto al plantel de Chapecoense, luego del accidente.
Ximena, junto al plantel de Chapecoense, luego del accidente.

Este jueves, en el marco del tercer aniversario de la tragedia, Ximena compartió un sentido homenaje en su cuenta de Facebook: "Hoy se cumplen 3 años, es imposible no estar triste, la ausencia duele, pero el recordar los buenos momentos siempre nos hace sonreír. DIOS ME LOS TENGA EN LA GLORIA Y QUE SEAN ÁNGELES QUE VELEN POR NOSOTROS!l es mando un abrazo y decirles que los extraño mucho, esta demás decirles por que sé que lo saben! Al igual que al equipo Chapecoense y periodistas".

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