La actividad industrial necesita de certezas para poder mantener su actividad. La incertidumbre suele ser el peor de los males y eso es lo que está ocurriendo en gran parte de la actividad económica provincial, basada esencialmente en la agro-industria.
Se han multiplicado los pedidos, se han realizado las presentaciones correspondientes pero nadie sabe a ciencia cierta qué es lo que va a ocurrir dentro de dos o tres meses. De esa forma, muy pocos, al menos en la vitivinicultura, pueden concretar planes a mediano y largo plazo.
Sabido es que, en lo que a mercado externo se refiere -tanto en las exportaciones como en las importaciones- la gestión del ex secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, resultó nefasta para las economías regionales. Todo estaba atado al humor del polémico funcionario y era él quien decidía, personalmente, qué productos podían ingresar o salir libremente. Así nos fue porque esa actitud, sumada al desfasaje del dólar y a la inflación interna, provocaron que los productos perdieran competitividad en los mercados internacionales.
El vino detuvo su crecimiento espectacular que había mantenido durante dos décadas; las fábricas de aceite amenazaron con cerrar sus puertas y fue necesaria la intervención de los gobiernos, como sucedió en La Rioja, para que modificaran su actitud; se ha plantado la mitad de los ajos de años anteriores ante la incertidumbre del mercado externo y así por el estilo en lo que hace a la economía regional. Sólo la Pampa Húmeda -la única que pareciera interesar a los funcionarios nacionales- pudo mantenerse al margen de los problemas y aún así atravesaron por diversos inconvenientes.
La salida de Moreno trajo un poco de alivio para muchos industriales. Pareciera ser que “algo” ha cambiado y así lo ha hecho conocer el ministro de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior brasileño, Fernando Pimentel, quien aseguró su satisfacción por la apertura del diálogo.
Un aspecto importante si tomamos en cuenta que Brasil es el principal mercado de los productos mendocinos, a excepción del vino, donde es superado por Estados Unidos y Canadá. Las expectativas también son optimistas respecto del nuevo ministro de Agricultura, Carlos Casamiquela, en razón de que es un hombre de Río Negro y con una amplia experiencia en el INTA, donde llegó a presidir el organismo y conoció, desde adentro, los problemas de las economías regionales.
Sin embargo, el “fantasma” de Moreno pareciera mantenerse en el pensamiento de algunos importadores. Según se afirma, el control de ingreso de productos desde el exterior no da señales de relajarse y en muchos de los casos los proveedores optan por no tomar pedidos, ante la incertidumbre sobre cuándo habrá disponibilidad y, aún a pesar de que los plazos de pago se han acortado de 120 ó 180 días a no más de 90, la medida no garantiza, por ahora, responder en tiempo y forma a los clientes.
Desde el Ejecutivo provincial se ha indicado que tanto el gobernador, como el ministro de Agroindustria, han realizado ya gestiones en Buenos Aires para intentar modificar la situación. Pero es necesario que esas gestiones se realicen en conjunto con el resto de las provincias damnificadas y con la seriedad y celeridad que el caso exige porque, si bien la producción frutícola disminuyó sustancialmente por los efectos de la helada tardía, la cosecha de uva está a la vuelta de la esquina.
