En lo que es pura intención política que además se explicita, Cristina Kirchner impide que las provincias se financien en los mercados. Lo necesitan porque les falta caja. Y podrían hacerlo porque deben poca plata.
A diferencia del Estado nacional, el grueso del presupuesto provincial se va en sueldos y cualquier ajuste en las paritarias compromete gran parte de sus ingresos, como sucede ahora en la tensa negociación con los docentes.
Por cierto, desde que Néstor Kirchner tomó la iniciativa en 2005 y les estiró en el tiempo a una tasa fija de 6% anual la abultada deuda que las provincias mantenían con la Nación, comenzó un generalizado proceso de desendeudamiento. Así las cosas, el total de la deuda provincial que representaba el 211% de lo que recaudaban en 2002 cayó hoy a un muy manejable 38%.
Pero desde la Nación están poniendo palos en la rueda a cualquier solicitud para salir a buscar fondos en los mercados.
Otro tema central en el manejo de las finanzas provinciales es la dependencia de los impuestos que se coparticipan con la Nación. Tal como está planteado el esquema, la más independiente es la Ciudad de Buenos Aires que vive en un 88% de sus propios recursos. En esa lista le siguen Neuquén (65% de recursos propios), Chubut (62%) y la Buenos Aires de Daniel Scioli (53%). Córdoba, en cambio, depende casi en un 60% de la coparticipación y lo mismo pasa en Santa Fe.
En la otra punta de la tabla hay provincias que solo respiran con los giros de la coparticipación. Son los casos de Formosa y La Rioja cuyos ingresos se nutren en un 92% de la coparticipación.
Algunos casos
Un informe de Puente, líder en la colocación de bonos provinciales, revela cuál es la situación. Aquí algunas de sus conclusiones:
Buenos Aires. La provincia gobernada por Daniel Scioli debía el 111% de lo que recaudaba en 2008 y lo redujo al 74% actual. El 51% de esa deuda es con el gobierno nacional.
Córdoba redujo su deuda del 77% como porcentaje de sus ingresos en 2008 al 44% y el 47% de esa deuda es con la Nación.
Mendoza lo bajó del 65% en 2008 al 45% actual, siendo el 51% deuda con el gobierno nacional.
Neuquén lo hizo del 54% al 35%; Salta, del 53% al 27%.
Lo más llamativo es lo que pasa a nivel de la Nación. De acuerdo con Puente, la deuda pública cayó del 166% del PBI al 42% actual, el 55% está originada con organismos del propio Estado.
De este modo, Argentina se convirtió en el segundo país con menos deuda de América latina. Y, sin embargo, no puede siquiera asomarse a los mercados.
Evo Morales lo hizo y logró un financiamiento millonario al 4,5% anual a diez años de plazo.
