Según Nestor Lentini, especialista en medicina del deporte de la citada casa de altos estudios, al pasar más de seis horas sentado/a al día "el cuerpo comienza a desestructurarse tan pronto como se acomoda en la silla: la actividad eléctrica en las piernas se detiene, el consumo de energía baja a una caloría por minuto y las enzimas que ayudan a descomponer las moléculas de grasa disminuyen un 90%".
Son muchos los órganos y sistemas del organismo afectados por el sedentarismo, la columna pierde flexibilidad, los músculos del abdomen y los glúteos se vuelven flácidos, los huesos se debilitan, el cerebro recibe menos oxígeno y sangre, aumenta el colesterol y el cuerpo se vuelve más propenso a presentar desequilibrios metabólicos y afecciones cardíacas, entre otras enfermedades.
La única forma de evitar el sedentarismo extremo es realizar actividad física de manera periódica (no solo los fines de semana). "La actividad física debe realizarse en forma alternada, es decir, no menos de tres veces por semana o todos los días no menos de 45 minutos para lograr que el organismo se adapte y mejore todo el sistema cardiovascular, metabólico, osteoarticular y muscular", destacó el especialista.