Trabajar medio tiempo, ¿sí o no?

¿Es positivo que los hijos a determinada edad deseen tener un ingreso para sus gastos? La mirada profesional acerca de los pros y contras a tener en cuenta.

Trabajar medio tiempo, ¿sí o no?
Trabajar medio tiempo, ¿sí o no?

“Viejos, conseguí un trabajito”, apunta Alejo mientras se zambulle con toda su boca en el sándwich recién preparado, apenas llega del colegio. Tiene 17 y sus padres lo miran entre asombrados y con cierto resquemor cuando piensan en los estudios de su hijo.

El ejemplo viene a cuento porque, además de repetirse de mil maneras posibles, implica una realidad para muchos adolescentes, que en lugar de recibir el dinero que le puedan brindar como un extra sus papás (como en muchas familias) prefieren manejar sus propios ingresos, ya sea para sus gastos, o para ayudar a la familia (cada realidad es única en este aspecto).

Desde la psicología, la profesional Viviana Imperiale (titular de la cátedra de Psicología Laboral en la Universidad del Aconcagua y disertante en diversos claustros académicos) aborda y aclara las consignas a tener en cuenta como enriquecedoras, para el adolescente que decide trabajar, y aquellos aspectos que tienen que cuidarse para preservar la educación, o evitar la explotación laboral.

¿Cómo ayudarlos?

Muchas veces los adolescentes deciden tomar trabajos temporarios, o de medio tiempo, para costearse sus gastos, ahorrar lo que puedan o darse sus gustos (más allá de si la familia puede o no darles algo de dinero extra).

En estos casos la experiencia bien dirigida puede resultar muy enriquecedora: “Como cambio positivo implica que al adolescente le permite reafirmar su autoestima ya que está haciendo ‘algo propio’, mostrando además que puede y sabe hacer una actividad determinada, lo cual desarrolla competencias posibles, desde los saberes a los que él se dirija. Además la experiencia le brinda la posibilidad de adquirir nuevas destrezas y le permite cierto estatus (frente a los otros adolescentes que no trabajan) que no siempre es peyorativo”, apunta Imperiale.

-El manejo del dinero es toda una responsabilidad que los "foguea...".

-Totalmente. Eso le da mucha más autoafirmación a un adolescente entre sus pares. Manejar su propio dinero le otorga al chico cierta independencia, además del hecho de tomar la decisión de lo que va a hacer con esa plata.

-¿También les ayuda a valorar el ingreso de otra manera?

-Sobre todo a administrarlo y a fijarse muy bien en qué lo van a invertir y en qué no. No es lo mismo gastar el dinero de otros, que el propio y elegir muy bien en qué lo van a usar.

-Los padres, ¿cómo deberían guiarlos en este sentido?

-Como dijimos, el chico que busca conseguirse un empleo de medio tiempo, o alguna “changuita” (cuidados de chicos, venta por catálogo, algún servicio informático vía web, etc.) y lo logra, al tener cierta autonomía y no pedir más a los padres para los pequeños gastos desarrolla determinada independencia que es muy positiva. Pero también en este sentido la misma tiene que ver con que si los padres valoran esta inquietud, actitud y esfuerzo en el hijo.

Hay papás que facilitan o apoyan a sus hijos adolescentes en esto, y si lo hacen es porque ya ha habido algún permiso desde algún lugar, y una valoración de la autonomía y la posibilidad de autogestión en los mismos. Si en la familia no están presentes estos aspectos (gestación del propio proyecto, logro de cierta independencia  para manejarse, y el discurso del propio esfuerzo) no suele valorarse o permitirse ese vuelo.

-¿Qué contras pueden darse como contracara?

-La gran contrapartida que tiene que el adolescente tenga su independencia económica básica es que pueda entusiasmarse con el ingreso de dinero, y dejar de estudiar. O también puede suceder que la actividad laboral lo haga llegar muy cansado, y entonces comience a bajar su rendimiento en el colegio, y eso por supuesto nadie lo desea.

-¿Cómo guiarlos en este sentido?

-Los chicos tienen que pensar en cómo van a negociar de alguna manera en la familia, el tiempo y esfuerzo que les llevará ese trabajo. Dejando muy en claro y charlado a nivel familiar, la relación entre el trabajo que han conseguido, y sus otras obligaciones que no deberán verse influenciadas. Si no descuidan el resto de sus responsabilidades y los padres los ayudan, seguramente van a poder hacer todo bien, pero dándole el nivel de prioridad a cada cosa, siendo muy claros los papás en este sentido.

-¿El acercamiento al mundo laboral los prepara mejor para el futuro, por pequeño que sea el trabajo?

-El chico que está encerrado sólo en su estudio, tampoco genera otras habilidades que les van a ser muy útiles cuando tenga un título y vaya a buscar otro tipo de trabajos. Hay que pensar que incluso van a tener una noción más real de lo que implica un trabajo, pero también de la relación con la autoridad que supone depender de un jefe, sostener la relación con diferentes compañeros y entender que el vínculo social que se establece es muy diferente de aquel que se da en la escuela. Además el adolescente que ha trabajado previamente se inserta de manera diferente en el mundo laboral, porque ya sabe armar un CV, presentarse, o manejar ciertas situaciones lógicas que suelen aparecer en un ambiente de trabajo (competencia, actitudes de jefes negativos, etc.).

-¿Cómo evitar que caigan en lugares en que se los explote?

-Es fundamental que los chicos no pretendan sabérselas todas y puedan pedir ayuda y asesoramiento en la familia. La misma será la encargada de defender sus derechos frente a ese trabajo escuchando al hijo, sin censurarlo o intentar darle de inmediato una respuesta, ya que muchas veces como padres nos ponemos en la postura de que nos la sabemos todas y no es así porque sino el adolescente se cierra y no habla. Hay que dejar que hable en familia, que cuente y asesorarlo en la medida que se lo escucha además de contenerlo y enseñarle a defender sus derechos.

-¿Qué le aconsejarías a los adolescentes que quieran conseguir un trabajo de medio tiempo?

-Primero que hagan una pequeña investigación de mercado para saber cuánto están pagando por esa tarea, y que no permita que le paguen de menos. También ahondar en cómo se paga, cuáles son las ventajas y escuchar a amigos o gente que trabaje en el rubro para informarse bien al respecto. Por otro lado, el adolescente tiene que entender que el trabajo es algo que si lo asume tiene que cumplir con todas las responsabilidades que conlleva, ya que si se va por algo que le molestó a la primera de cambio, no le va a sumar ningún tipo de aprendizaje . Si asume el compromiso del trabajo tiene que entenderlo como tal y respetarlo, viendo antes de dar el sí, los aspectos positivos y negativos que le brinda esa labor.

En este sentido los padres tienen que charlar con ellos antes,  para ver todo lo que implica ese trabajo y si el adolescente lo asume acompañarlo en todo lo que implique (incluso ir a buscarlo a la salida por temas de seguridad por ejemplo).

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