Las Tortugas vieja: donde proyectaron levantar la ciudad tras el terremoto de 1861

Allí se encuentra el casco antiguo del distrito, pegado a Carrodilla por el sur. Hay clubes, escuelas y la famosa cervecería.

Las Tortugas vieja: donde proyectaron levantar la ciudad tras el terremoto de 1861
Las Tortugas vieja: donde proyectaron levantar la ciudad tras el terremoto de 1861

La sección Por los barrios recala otra vez en una zona del Gran Mendoza, más que en un barrio, al recorrer en esta oportunidad el sur de Godoy Cruz, más precisamente el distrito Las Tortugas.

Inclusive, hemos delimitado el relato a la jurisdicción que se conoce como Las Tortugas vieja, una gran franja entre el Acceso Sur y el canal Cacique Guaymallén.

Hay que aclarar que se conoce con el mismo nombre que hace referencia a los reptiles de caparazón, un área mucho más amplia, que cobija a diversos y populosos barrios, como Covimet, La Gloria y Pablo VI, entre otros, ubicados al este del Acceso Sur.

La eminente musicóloga María Antonieta Sacchi reside sobre el carril Cervantes, cerca del puente Olive. La estudiosa refirió que tras el terremoto que destruyó Mendoza en 1861, surgió la posibilidad de fundar la ciudad nueva en terrenos que se correspondían con el distrito visitado.
 
En aquellos tiempos, algunos ciudadanos propusieron reconstruir la urbe caída en esta parte de Godoy Cruz, en atención a que eran tierras altas ( 885 metros snm), con un microclima fresco y ciertas condiciones propicias para urbanizar. Pero, los intereses de los terratenientes de la época determinaron finalmente la ubicación de la ciudad nueva en el sitio donde hoy está ubicada.

La citada especialista en música señala que el distrito tuvo un pasado rural, ligado a la inmigración española e italiana. Eran fincas de vides, con muchos olivos (ejemplares que aun se observan en medio de los barrios) y plantaciones de juncos, que ya no se ven, y que crecían a los costados de hijuelas y acequias.

Todo ese paisaje verde confería un aspecto campestre a los alrededores del carril Cervantes, hoy totalmente urbanizados.

Vecinal dinámica

Con la guía de Hugo Fiore, de Relaciones con la Comunidad del municipio godoicruceño, el primer lugar visitado fue la unión vecinal Gobernador Benegas, sobre calle Salvador María del Carril, cuya titularidad está en manos de una mujer, Esther Castro (68).

El edificio y las instalaciones de la vecinal se encuentran en el corazón del distrito antiguo. El nombre de la entidad, que homenajea al gobernador mendocino de 1887, nos vuelve a incentivar dudas, dado que Benegas es el distrito que continua a Las Tortugas hacia el oeste.

Superadas estas cuestiones vinculadas a la correcta identidad del lugar, hay que señalar que la organización de vecinos data de 1949. Como ya se han conseguido los servicios esenciales, su razón de ser en la actualidad es servir de base para la atención comunitaria. Allí concurre un médico pediatra y una odontóloga.

También un abogado asesora a los asociados y además se ofrecen clases de tejido, manualidades, gimnasia, danza y, por si fuera poco, es cobijo de un grupo muy simpático, las abuelas tejedoras. Estas damas, con edades que superan los 80 años, confeccionan ropa para bebés y niños, donada luego al hospital Notti y jardines maternales.

Chalet referencial

Sobre el carril Cervantes, en su cruce con Aristóbulo del Valle, se levanta una propiedad que es marca registrada de la localidad: el chalet de Bassi, verdadero patrimonio arquitectónico, construido en 1926 por el italiano Andrés Bassi, que lo habitó con su esposa María Rosa Adelina Ferrari.

Ahora, y desde hace una década, está convertido en posada para turistas, administrada por el bisnieto del fundador, Rodrigo Pena, y es el hogar de una nieta del pionero italiano, Adriana Bassi. Impresionan las salas del inmueble, de un estilo que recuerda al de las casas Giol y Gargantini en Maipú, y su llamativa glorieta.

El distrito fue también jurisdicción de bodegas, como la Filippini, en calle Rawson, y el anexo de esta industria, en Mariano Moreno y Javier Morales, dedicado a la elaboración de vermú. Estas últimas instalaciones fueron demolidas hace poco por el municipio, respondiendo a un pedido vecinal, en procura de seguridad. La vieja fábrica era refugio de merodeadores y delincuentes que guardaban objetos robados en ese cascarón abandonado. Para más protección, se instaló en el lugar un puesto de control policial.

Y si de bebidas alcohólicas hablamos, no podemos obviar la importancia zonal de la Cervecería Andes,  fundada en 1921, que tuvo varios dueños y que ahora está manos de Cervecería y Maltería Quilmes, perteneciente al grupo belga AB InBev.

Muchas de las antiguas familias del área, tuvieron en su seno jefes de hogar u otros integrantes que pertenecieron a los planteles del conocido complejo fabril. Otra empresa que aportó también muchos residentes fue YPF.

Más arriba de la cervecería, cerca de El Calvario, se encuentra el Club Social y Deportivo Agustín Álvarez, que preside Oscar Garrido.

Las instalaciones son generosas, más de 500 m2 cubiertos, en buen estado. Hacia fines de los '50 la sede se utilizó como cine. También fueron populares los bailes sociales. Hoy permite el juego de cartas, y de bochas, pasatiempos que cultivan muchos veteranos de las inmediaciones, como los decanos del grupo, Octavio Carloni (82) y Rafael Melchiori (92).

Una parte del inmueble fue alquilado a una cadena dedicada a la venta de carne. El club cumplirá 80 años el próximo 28 de agosto. Otra entidad deportiva es el club Filippini, amparo y contención para muchos chicos de barriadas cercanas, donde no faltan problemas de seguridad y de convivencia.

La descripta es zona comercial y la variedad de negocios es amplísima. Podemos  mencionar una curiosidad: en la vereda oeste del carril Cervantes, a metros de El Calvario, está la gomería El Tigre, que atiende las 24 horas en los 365 del año, "salga el sol por donde salga", como apuntó un cliente, y que abrió  Enrique Aranguez en 1994.

Igualmente referencial  pero ubicada cerca del puente Olive, encontramos la pinturería Fiorentini. Otro punto característico lo marcó la estación de servicios de la marca Shell, de la familia Bontorno, en Rawson y Cervantes, convertida ahora en minimaket y venta de hielo. La historia contada sobre esta zona es una aproximación a una realidad.

Cualquier vecino puede enriquecerla con sus aportes, escribiendo a la sección de Escribe el lector de este diario y, de esa forma, ampliar la realidad de Las Tortugas vieja.

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