Sebastián Torrico tiene un lugar ganado en el hincha de San Lorenzo, al punto que se lo puede considerar como el arquero más determinante de la historia azulgrana.
El domingo, el Cóndor volvió a demostrar su importancia defendiendo los tres palos del Ciclón de Boedo cuando le atajó un remate a Nacho Pusseto, casi en la boca del arco.
"Vi la jugada. Me la pasaron por celular. Estuvo buena", señaló el mendocino. Y agregó: "Sabía que había sido una buena atajada pero cuando vi la repetición tenía miedo que entre".
En diálogo con Radio La Red, el exTomba también expresó: "Mis compañeros me dijeron después del partido que la vieron adentro y que pensaban que estábamos al horno, pero por suerte largué el manotazo y no entró. Lo único en lo que pensé fue en no darme por vencido, Pussetto la empujó cerca del arco y me estiré pensando eso".