En el coqueto polideportivo Club Duperial de Palmira se disputó la segunda velada del torneo mendocino de boxeo amateur, “Guantes de Oro”.
Una velada en la que se definió a algunos de los finalistas del certamen que tiene lugar en el Este.
En la división de 57 kg juveniles, en la serie de semifinales, Alexis Sevilla se impuso (San Martín-Cristian Etem) a Agustín Guelli (San Martín- Martínez) en fallo unánime, 3/0.
El choque entre los pibes del Este resultó una de las peleas más atractivas de la noche palmirense.
Estos chicos pese a la poca experiencia tomaron el centro del ring y dieron un gran espectáculo. No se guardaron nada, donde los mejores golpes los conectó el pupilo de Etem, que lo pusieron en la final.
Mientras, en la otra semifinal de la misma división, pero en mayores, Iván Gutiérrez (Cano-Castillo) le ganó a Lucas Vera (Palmira-Ponce) en fallo dividido, 2 a 1.
El púgil del gimnasio Cano marcó una importante diferencia ante la voluntad del anfitrión.
En tanto, Axel Aranguez (Las Heras - Andrada) en la división de 60 kg menores le ganó en el primer capítulo a Alan Peña (San Martín- G. Martínez), por decisión del árbitro, donde la superioridad del lasherino fue notoria.
Quien también logró su pasaje a la serie final, aunque en 60 kg es Luciano Simón (San Martín-Tejeda) tras derrotar sin dificultades a Kevin Martínez (Maipú-Aguirre), por 3/0.
Simón dominó la escena sin problemas que lo llevaron a un sólido triunfo.
En cuartos de final en mayores en la división de 64 kg, Kevin Bruna (Cano-R. Martínez) superó a Gonzalo Tumbarello, en el primer asalto por decisión del médico.
Es que a los pocos minutos de haberse iniciado el combate en un cruce de golpes, Tumbarello sufrió un fuerte dolor en su hombro izquierdo tras lanzar uno de los golpes.
Por la molestia no continuó y tuvo que ser atendido por el médico de turno, José Peralta, quien determinó que no podía continuar.
De esta manera Bruna se ganó el pasaporte a la serie de semifinales.
Otra de las semifinales que dio que hablar en la noche fue la que sostuvieron, en la categoría de 69 kg en mayores, Martín Viccio (San Rafael- L. Oliva ) y Ángel Videla (Tunuyán- Estrella).
El sanrafaelino superó claramente en el primer round y continuó una amplia superioridad en el segundo capítulo lo que llevó al árbitro a detener el combate.
Pero lo mejor de la noche aún estaba por suceder. Es que el choque entre Nahuel Basabe (Las Heras- Pablo Chacón) y Juan I. González (Las Heras- Mario Fernández), en la división de 69 kg mayores fue el broche de oro de la velada en Palmira.
En el choque entre lasherinos, se impuso Basabe, pupilo del ex campeón mundial pluma, en fallo unánime.
Ambos púgiles mostraron una gran línea técnica y un notable estado físico, que permitió un cierre de lujo en la categoría de 69 kg (mayores), donde Basabe logró el pasaje a semis.
No se estudiaron; fueron al cruce en todo momento, donde lógicamente la mayor cantidad de golpes netos fueron de Basabe. Aunque González nunca le dio tregua.
El viernes se disputará la tercera fecha del campeonato y tendrá como escenario, el club Social de Tres Porteñas.
Falleció Rodríguez, un histórico de la FAB
Carlos Rodríguez “Unzué”, o simplemente “Carlitos”, falleció a los 74 años, por una enfermedad terminal. Era el presidente de la Comisión de Boxeo Profesional de la Federación Argentina de Boxeo (FAB), sapiente y querido por todos.
Uno de los hombres más sencillos y sensibles que tuvo el pugilismo argentino.
No fue boxeador, ni promotor, pero tenía el boxeo en la sangre y le dedicó su vida. Por eso lo conocían todos en el ambiente.
Fue jurado en una época, y de los buenos. Fue también dirigente, y llegó a ser titular la Comisión hasta el día de su muerte.
“Carlitos”, era el que más sabía. Por algo era, entre otras cosas, quien dictaminaba las equivalencias de los combates, a veces a regañadientes, porque decía que “Argentina era el único país que se fijaba en eso”, comparándolo a potencias como Estados Unidos, donde pelea un invicto de 40 triunfos frente a un perdedor de 50 combates.
Un hombre de gran humor y que desde el lugar que ocupó de alguna manera humanizó un deporte tan difícil como el boxeo.