En las últimas semanas se han venido produciendo sacudones económicos en los denominados mercados emergentes: Brasil, India, Turquía, Sudáfrica, Rusia, Indonesia, entre otros. En general han tomado medidas que implican devaluación de sus monedas y subas de las tasas de interés internas.
Es necesario ordenar los factores que concurren a crear una situación de inestabilidad en los denominados países emergentes, es decir aquellos que están en fuertes procesos de crecimiento económico y que son receptores de importantes flujos de capitales provenientes de los países desarrollados. Uno de los factores clave son los cambios en la política monetaria que ha ido llevando a cabo la Reserva Federal (Banco Central) de EEUU. Desde 2002 hasta 2005 y desde 2008 en adelante, la Reserva puso en práctica una política monetaria expansiva como respuesta a sendas crisis.
En primer período, por la de Internet y luego, la más importante, la crisis de hipotecas subprime, que desembocó en una gran recesión. Esa política consistió en inyectar dólares en el mercado comprando bonos, acciones de empresas industriales y bancos, entre otras, política acompañada de una fuerte baja de las tasas de interés, que llegaron prácticamente a cero. Esa enorme liquidez y las bajas tasas empujaron a los capitales financieros hacia los países emergentes con mejores rendimientos.
Existe una relación directa entre la política monetaria expansiva de EEUU que implica un debilitamiento del dólar frente al resto de las monedas y el precio de los denominados commodities (granos, cobre, petróleo, gas). El precio internacional de estos productos sube tanto por efecto de la mayor demanda como de la especulación de productos financieros relacionados con esos bienes.
En el período 2002/05 el crecimiento del precio de los granos fue la causa principal de la fuerte y rápida recuperación de la economía argentina. En ese contexto, algunos países, entre ellos nosotros, pudieron acumular reservas pero el proceso fue mucho más intenso y largo a partir de 2008, en particular en los países asiáticos y muchos de la OPEP. Brasil, por caso, ha acumulado 375 mil millones de dólares; tanto éstas como las reservas de los países asiáticos han sido invertidas mayormente en bonos del Tesoro de EEUU. Así, Brasil, Rusia, China y los países de la OPEP se encuentran entre los 10 principales acreedores de EEUU.
A mediados del año pasado, la Reserva Federal dio claros indicios de que la política monetaria expansiva iba a atenuarse, y el mercado anticipó una suba de las tasas, especialmente la llamada “de corto”, a 10 años. Ello impulsó el inicio del reflujo de los capitales desde los países emergentes hacia los desarrollados.
Además la Reserva ha comenzado a reducir progresivamente la flexibilización monetaria en razón de la mejora de la economía. Incluso se estima que podría ponerle fin hacia finales del corriente año. La consecuencia de esta política es el fortalecimiento del dólar, el aumento de la tasas de interés, y EEUU comienza a “aspirar” los capitales que habían salido en el ciclo contrario. Los emergentes, en una acción de defensa para tratar de evitar o atenuar la salida, proceden a subir las tasas de interés y a devaluar sus monedas a riesgo de una recesión de sus economías.
La situación de cada país es muy distinta según la acumulación de reservas que hayan realizado y la profundización de cambios estructurales en sus economías. Se dice que Turquía, Sudáfrica e Indonesia son los más frágiles y que están mejor posicionados Brasil y la India con abundantes reservas. En nuestro vecino, en los últimos meses se está dando un intenso debate sobre la necesidad de reformas que mejoren la productividad, que se considera muy baja, y llamativamente un novedoso cuestionamiento de la industria por tal motivo. Tiene que ver con este hecho el enorme crecimiento de la producción de granos y carnes y su importancia en las exportaciones.
Otro fenómeno importante de lo que ocurre en la economía mundial es la reducción de la tasa de crecimiento de la economía china; la consecuencia es la reducción de la demanda de commodities, en nuestro caso especialmente soja y derivados que, unido al fortalecimiento del dólar, pueden llevar a una baja del precio de esos productos. El ministro de Economía del Brasil opina que ésta es una tormenta pasajera y que los emergentes volverán a empujar a la economía mundial.
La Argentina y su devaluación con suba de tasas de interés, nada tiene que ver con lo que hemos tratado de explicar; estamos fuera del mundo financiero internacional hace muchos años y lo que está ocurriendo es puramente consecuencia de nuestros propios desaguisados.