Una joven estadounidense terminó arrancándose los ojos con las manos después de drogarse y alucinar.
Kaylee Muthart (20) era una estudiante destacada que de vez en cuando fumaba marihuana. Una vez probó la droga mezclada con metanfetamina y a partir de ese momento empezó a consumir éxtasis y metanfetamina con más regularidad.
Después rompió con su novio y su adicción se agravó. Muchas veces leía la Biblia mientras se drogaba y malinterpretaba los conceptos de la religión.
El mes pasado, una persona que iba caminando por la calle Anderson de Carolina del Sur la encontró con los globos oculares en sus manos. La joven quedó ciega.
Ahora, más recuperada y desintoxicada, Kaylee aseguró que su vida ha cambiado y está feliz. Además, dijo que el día en que se arrancó los ojos pensó que estaba haciendo un sacrificio a Dios. "Las drogas adormecieron el dolor y en ese momento pensé que estaba haciendo lo correcto", aseveró.
"Prefiero estar ciega que depender de las drogas. Me costó perder la vista para volver al camino correcto, pero desde el fondo de mi corazón, estoy muy contenta de estar aquí", cerró.