Perdido, desordenado, impreciso, abrumado, indefenso. La versión 2019 del Expreso está en veremos. El equipo no perdió titulares, pero sí consistencia, orden y firmeza. Y como cada maestro tiene su librito, Marcelo Gómez quiere darle su impronta. A diferencia del elenco de Dabove, Juan Andrada ya no es aquel volante central recuperador, patrón del anticipo y primer eslabón del juego asociado. Ahora, cuando el equipo tiene la pelota, el puntano se mete entre los centrales para conformar una línea de tres con Viera y Cardona y, a partir de allí, comenzar a elaborar juego para los volantes interiores (Elías y Ramírez) que se paran por delante de él. Abecasis y Angileri se paran varios metros más adelante, casi oficiando de volantes.
Trámite raro. Porque hasta la media hora inicial de partido, Lanús tuvo mayor posesión de balón, pero Godoy Cruz contó con las situaciones más claras de gol. Pero claro, todo cambio necesita tiempo y adaptación. Difícilmente un sistema o método sea exitoso si se convierte en fundamentalista. No se puede intentar salir desde el fondo cuando no se puede. Y eso le sucedió al Tomba cuando Ramírez la quiso pisar, la dejó cortita y Laucha Acosta perdonó. Eso sí, en la siguiente no lo hizo. Belmonte apareció solo por el punto del penal para ponerle el moño a una gran jugada colectita que inició el mendocino Marcelino Moreno, un problema sin solución para el fondo de Godoy Cruz.
Y en la siguiente, el Laucha se la llevó por el medio, definición cruzado y a otra cosa. El Tomba se transformó en puro desconcierto. La imagen de esos últimos minutos fue sobre el filo del entretiempo. Angileri le entregó un pase a Pasquini, quien jugó con Acosta y Andrada lo bajó de atrás, infracción que pudo ser para roja.
Lejos de volver a las fuentes (línea de 4 en el fondo), Gómez mandó a la cancha a Nahuel Arena, sacó a Iván Ramírez y armó un 3-4-3 para ir en busca del descuento. Y si bien el equipo asumió un protagonismo, no se le cayó una idea para exigir a Ibáñez y siguió cometiendo errores en el retroceso que, de haberlos aprovechado el Grana, el resultado hubiese sido otro.
El ciclo de Gómez comenzó de la peor manera. A diferencia de 2018, el equipo se mostró lento, previsible e inocente a la hora de marcar. Lanús, un equipo con oficio y jugadores de experiencia (algo que le falta al Expreso) desnudó prematuramente las falencias de una idea de juego que está demasiado verde como para ilusionarse.
El tercer refuerzo está al caer
La dirigencia de Godoy Cruz ya tiene todo acordado con Kevin Facundo Gutiérrez, volante central de 21 años, actualmente sin lugar en Gimnasia y Esgrima de La Plata. El jugador está esperando que lo llamen de la CD para rescindir su contrato y viajar a Mendoza para sumarse al plantel. Llegará en préstamo por un año y con opción de compra de 500 mil dólares por la mitad del pase. Gutiérrez fue promovido de la reserva por Diego Cocca en 2017. El 2 de diciembre de 2017 hizo su debut profesional con Juan Ramón Fleita como director técnico. En agosto del año pasado, sin lugar en Racing, fue cedido por un año y sin opción de compra al Lobo, entidad con la que firmó vínculo hasta junio de 2019.
¿Qué pasa con Angelito?
En las últimas horas, Boca había vuelto a la carga por el extremo Ángel González, tasado en su momento en 5.000.000 de dólares por la dirigencia de Godoy Cruz. Esa cifra fue considera alta por el Xeneize, que podría ofrecer 3.500.000 dólares para que operación se pueda cerrar. De todas maneras, todo depende de lo que suceda con el uruguayo Nahitan Nández, quien finalmente todavía no fue transferido al Cagliari de Italia.