Fue una mañana perfecta de domingo. De esas que hacen que el resto del día (para algunos de descanso) sea placentero y para disfrutar con la familia. Por fin, Godoy Cruz se sacó la mufa. Y fue justamente con un mañanero…
Eso sí, primero lo madrugaron, lo tuvieron para el cachetazo y después, de la mano del Morro García (¡cuándo no!) supo reaccionar para dar vuelta el resultado y quedarse con una victoria de esas que cambian el estadio de ánimo de cualquier grupo. Y vaya si el plantel de Godoy no venía golpeado. Fueron varios mazazos seguidos: eliminación de la Copa Libertadores 2019, tres derrotas al hilo en la Superliga y la salida de Lucas Bernardi, quien fue despedido por la dirigencia de Godoy Cruz, que se valió de un antecedente que hace poco más de un año le dio resultados: darle la oportunidad al DT de la Reserva, como en algún momento sucedió con un tal Diego Omar Dabove.
En su debut como DT en Primera división, Javier Patalano sorprendió con modificaciones tácticas y de intérpretes. En la defensa optó por Néstor Breitenbruch en lugar de Nahuel Arena y puso a Joaquín Varela por el suspendido Miguel Jacquet. En el mediocampo, le dio pista a Agustín Manzur (sacó a Leandro Vella) para darle mayor frescura a un mediocampo más combativo que de costumbre. Y esa fue una de las primeras apuestas con acierto del nuevo DT, porque desde la posición, las ganas y el buen pie del pibe de la Reserva, Godoy Cruz comenzó a construir sus mejores pasajes de fútbol en el partido.
En una hermosa mañana para jugar al fútbol, el partido comenzó con un andar sereno, pero paulatinamente se activó hasta hacerse de ida y vuelta. El Pincha apostó por el mismo esquema y futbolistas que habían goleado al Independiente de Beccacece. Y con ese concepto de juego, el equipo de Gabriel Milito impuso condiciones desde el vamos.
A pesar de que Patalano pobló la mitad de la cancha con volantes centrales, en otro primer tiempo para el olvido, Godoy Cruz volvió a mostrar las debilidades que costaron la precipitada salida de Lucas Bernardi. Livianito a la hora de presionar y con muchos inconvenientes en el retroceso, el Expreso otorgó todas las facilidades para que el León platense se pusieran en ventaja con el tanto de Federico González, quien contó con la complicidad de una floja respuesta de Roberto Ramírez.
Carente de orden táctico, ideas y creatividad, a Godoy Cruz le costó horrores generar situaciones en esos primeros 45 minutos. La más clara llegó tras un cambio de frente de Henriquez que el "Morro" García resolvió con absoluta jerarquía. Sin embargo, su remate fue tapado por Jara en la línea y en el rebote también bloquearon el de Manzur.
También tuvo el segundo Estudiantes. Primero, tapó Ramírez. Y después, Fede González no pudo conectar el centro de Estevez tras una estupenda jugada colectiva del Pincha que contó con la pasividad y la falta de precisión de Godoy Cruz a la hora de presionar.
Luego de la charla técnica de Javier Patalano en el entretiempo, el Tomba salió con otra presencia al complemento. Se paró mejor y el equipo creció en la recuperación (con Andrada y Henriquez) y distribución (con Gutiérrez) del balón. Todo eso se sumó al buen trabajo de Manzur. Pero la razón de la metamorfosis que hubo en el resultado y en el dominio del partido, hay que encontrarla en Santiago García. El uruguayo (103 partidos y 46 goles en el Tomba) fue clave con dos apariciones letales que cambiaron el curso del encuentro. Primero, metió un frentazo impecable para el 1-1 tras un centro perfecto de Breitenbruch. Y unos minutos después, otra vez adentro del área, asistió de manera impecable a Henriquez, quien mano a mano con Andújar, resolvió con un sutil toque de zurda por entre las piernas del ex arquero de la Selección argentina. Golazo para poner en un marquito del "Guachín", ayer carrilero por izquierda como en las épocas no tan lejanas del Gallego Méndez.
¿Estudiantes? Se había quedado en el parqué del Malvinas. Después de una primera parte donde fue claro dominador y debió irse al descanso con más de un gol de ventaja, increíblemente los de Milito se desordenaron con la salida de Gonzalo Jara (amonestado). La intención de Milito fue armar la línea de cuatro en el fondo, aguantar y salir de contra. Pero le salió mal. En una ráfaga rápida y furiosa, el Expreso del novato Patalano se la creyó y lo llenó de problemas. Y hasta la Brujita Verón, que estaba en uno de los palcos del Malvinas, se fue con sus nervios a otra parte. Después del 1-2, metió a la 'Gata' Fernández y al colombiano López y volvió a armar un 3-4-1-2 para intentar empatar el partido. El desarrollo volvió a la tónica del primer tiempo: Estudiantes atacaba y el Tomba esperaba (ahora más ordenado y prolijo) muy cerca de Ramírez.
Lejos de ser una maravilla, el Bodeguero mejoró ostensiblemente en la segunda parte y le alcanzó para dar vuelta un encuentro bisagra ante un rival de mayor jerarquía. Esta vez, con un Morro encendido, le alcanzó para lograr el primer triunfo en la Superliga. Debut con el pie derecho de Javier Patalano en Primera División (al igual que Diego Dabove en enero de 2018 frente a Chacarita 1-0) y adiós a la molesta racha de cuatro derrotas consecutivas. El Tomba fue bien mañanero. Y, entre brazas y carne a punto, se fue a seguir disfrutando de un hermoso domingo de pre primavera.
