En el Tomba llegó la hora de hacer borrón y cuenta nueva

Godoy Cruz volvió a jugar mal y lo mejor que le puede pasar es que termine el año, renueve sus fuerzas y se prepare para un 2017 bien movido

En el Tomba llegó la hora de hacer borrón y cuenta nueva

Lo mejor que le puede pasar a Godoy Cruz en este momento es que termine el año, se tome unas merecidas vacaciones y se prepare para un 2017 que será movido. El equipo había mejorado después de un arranque algo flojo, haciéndose fuerte en casa principalmente, pero en los dos últimos partidos retrocedió y sumó dos derrotas dolorosas ante equipos inferiores y que arrastraban una serie sin triunfos.

Ante Temperley el equipo del Gallego Méndez no pudo plasmar la idea. A pesar de haber recuperado a dos hombres clave como Facundo Silva y Maxi Correa, el funcionamiento estuvo lejos del esperado. Apenas un remate desde afuera de Pol Fernández como única llegada clara. Después, poco y nada.

El Tomba había zafado de la presión inicial del Gasolero, pero no pudo acorralarlo y tampoco llevar peligro al arco defendido por Ibáñez. El circuito de generación de juego no estuvo a la altura y salvo algunas buenas intenciones de Pol y las ganas de Maxi Correa, no logró despegar.

Se intentó, por supuesto, pero lejos del nivel que puede tener este equipo. Sin abusar del pelotazo, la ‘marca registrada’ de salir jugando desde el fondo tenía como contra la falta de precisión en los pases en la mitad del campo y la ausencia de movilidad para poder doblegar la marca del rival. Así fue muy difícil abastecer al solitario Ayoví.

Con este esquema de un solo hombre de punta es necesario que los volantes puedan llegar junto al ecuatoriano y también que los laterales, Abecasis y Benítez, suban por sorpresa por sus sectores para romper líneas y lanzar centros. Contadas con los dedos fueron las ocasiones que lo hicieron y cuando llegaron, no tuvieron precisión en la búsqueda de un compañero adentro del área.

Tampoco funcionaron las variantes que introdujo el DT para cambiar la imagen del equipo en la parte final. Ni Carabajal ni Angileri y tampoco Giménez pudieron romper con el mal momento y cayeron en la misma bolsa que sus compañeros, sin poder aportar nuevas ideas o intenciones para levantar el nivel colectivo.

La derrota duele, como todas, y más cuando se consume en los minutos  de descuento. El punto servía para sumar, pero lo más importante es que el funcionamiento sigue estando lejos del ideal. Méndez lo sabe y por eso quizá su fastidio se note más en las últimas semanas. Mucho se dice de su continuidad, pero el único que tiene la verdad es él de cara a otro año histórico para el club, con su tercera participación en Copa Libertadores.

Será tiempo de poner la pelota contra el piso. De renovar las fuerzas y por eso nada mejor que el parate de fin de año que se aproxima. También será momento para que los dirigentes hagan el máximo esfuerzo para reforzar a este plantel, que tiene mucha calidad, pero que se queda corto y será muy riesgoso no hacerlo. Como dice el tango, borrón y cuenta nueva.

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