Cuenta la leyenda que Sebastián Torrico fue canonizado mucho antes que su famosa atajada a Allione con la camiseta de San Lorenzo (César Carranza puede dar fe de ello); que Enzo Pérez concretó su sueño de jugar en Primera y enfrentar a Boca (el eterno rival de River, el club de sus amores) varios años antes de este presente de ensueño con la Banda; que el Tanque le hizo un homenaje al del Gambarte y se vistió de héroe perenne de la mitología tombina.
Sucedió hace poco más de 12 años. La fría noche del sábado 20 de mayo de 2006, toda una provincia futbolera -ávida de disfrutar del fútbol grande en vivo y en directo- confiaba en que el Tomba del "Chocho" Llop diera por fin el tan codiciado como postergado salto de calidad.
"En Primera, todos los mendocinos tenemos la misma camiseta", rezaba el eslogan de una publicidad de una conocida cadena de supermercados que apareció en las páginas de Los Andes el famoso Día D.
Alrededor de las 23 horas, un Malvinas Argentinas tenso, poblado con 35 mil almas, mutó en una fiesta interminable. Claro que antes hubo 120 minutos de esperanza, incertidumbre, nerviosismo, adrenalina y, finalmente, éxtasis a más no poder.
Con el logro del primer (y hasta ahora único) título por parte de un equipo de estos lares en un torneo de AFA, Mendoza fue un puño apretado gritando por Godoy Cruz campeón de la temporada 2005/2006. Fueron dos batallas apoteóticas ante un rival dignísimo que días más tarde también subiría a la elite de nuestro fútbol.
Tras una dura pretemporada, el camino de los sueños comenzaba el sábado 6 de agosto de 2006 con un guiño cómplice del destino. Más Deportes titulaba en su tapa:
“Prosperidad Tombina”, en alusión a la victoria ante Belgrano por 1 a 0 con gol de Gonzalo Prósperi, uno de los refuerzos.
Pero no todo fue color de rosa. Como aquella tarde del 3 de setiembre de 2005 ante el mismísimo Chicago y desde la popular sur comenzaron a bajar silbidos, insultos y cantos pidiendo que los jugadores pongan más. Es más, a los 36’ del segundo tiempo, el partido estuvo detenido por tres minutos porque cayeron varios proyectiles al campo de juego y el árbitro Ariel González estuvo a punto de suspender el partido.
Pero todo cambió en el minuto 49 cuando el Tanque Giménez metió la cabeza y le dio el empate al Expreso, algo que cambió el ánimo de los hinchas e hizo un click en el equipo.
A la fecha siguiente, goleó 3-0 a San Martín en el derby mendocino y e hilvanó una serie de 7 triunfos al hilo. A la última fecha del Apertura llegó puntero y dependiendo de sí mismo. Y el gol de Mauro Poy ante Ben Hur lo dejó en las puertas de la gloria máxima. Reguló en el Clausura, es cierto. Pero se preparó para la finalísima y se convirtió en el viejo y glorioso Expreso de Primera.
Poy, el legado de una leyenda
Autor del gol en Rafaela -1-0 ante Ben Hur- que le dio el Apertura al Expreso, la noche del 20 de mayo de 2006 se transformó en el hombre más buscado.
Y no era para menos. Una inesperada apendicitis marginó a Mauro de la final de ida ante Chicago, pero el hijo del legendario Aldo Pedro, asombró a propios y extraños con una recuperación de 7 días. "La verdad es que esto fue impresionante", dijo conmovido el rosarino. Heroico.