El silbatazo final del árbitro Juan Pablo Pompei le puso cierre a una noche fatídica del Tomba por partida triple: quedó eliminado de la Copa Argentina, fue superado no sólo en el resultado sino también en el juego por su rival y cargó sobre sus espaldas con la impronta de un incidente que derivó en un escándalo entre los futbolistas propios y los de San Lorenzo.
Pasado el tiempo del descontrol emocional, la reflexión irá ganando el centro de la escena para poner la mira en el lugar que se debe: la posibilidad de darse una revancha a si mismo en el mismo escenario de anteanoche -el Néstor Díaz Pérez- frente a Lanús y por la continuidad del campeonato de la primera división.
Hay secuelas de tipo futbolístico en que se dejaron ver claramente en Godoy Cruz durante el juego contra los azulgrana.
Por un lado, falencias de coordinación en el sector izquierdo de la defensa, por donde llegaron los tres goles recibidos.
Por el otro, una llamativa falta de consideración respecto de cómo generarle problemas al rival; por ejemplo, en el primer tiempo se explotó correctamente el callejón Caruzzo/Más entre Silva y Ángel González - por allí llegó el gol - pero en el complemento se disminuyó el contacto por la zona que resultaba más accesible para avanzar.
Por último, hubo dos casos similares de amesetamiento entre 'Morro' García y Ayoví, especialmente el uruguayo (prácticamente no pateó al arco), en los cuales faltó moverse de posición con diagonales cortas o largas para sacar a la marca del lugar. Inclusive, Javier Correa - con pocos minutos en cancha - demostró que encarando con pelota al pie se podía llegar hasta la línea de definición.
En el sistema que plantea Sebastián Méndez es clave que alternativamente aparezca un conductor que asuma la responsabilidad de gestar la acción colectiva hasta que ésta finalice. 'Pol' Fernández cuenta con ese valor agregado, pero en esta presentación se mostró dubitativo y arriesgó menos de lo debido. Por cualidades naturales puede llegar a convertirse en el armador y/o conductor natural. Si se asume como tal, la toma de decisiones deberá acompañarlo no esporádica sino permanentemente.
Existe, además, una tendencia a recostarse sobre el volumen de juego que pueda llegar a gestar Facundo Silva. Cerebral, de buen pie y con capacidad de meter el pase filtrado, cuando se le asociaron compañeros contó con variantes para la cesión larga o corta. Fue disminuyendo su aporte en la medida que el equipo no lograba cortar el circuito que armaba Fernando Belluschi, un futbolista que parece estar en estado de gracia y que todo lo que toca se convierte hoy día en fútbol de alta gama.
El próximo domingo, en el banco de suplentes local se sentará un viejo conocido como Jorge Almirón. Se sabe cómo interpreta el juego y de qué manera encontrarle grietas al adversario.
La planificación del cuerpo técnico bodeguero tendrá debidamente en cuenta este punto. Encima, Lanús hizo un primer semestre de excepción y terminó ganando merecidamente el título con una exhibición de lujo contra el Ciclón de Boedo.
Hoy, sin embargo, el poder de fuego granate parece haber entrado en estado de hibernación. Y allí es donde se robustece la chance de dar un golpe de efecto que saque al Expreso de la anomia en la que cayó tras la derrota de anoche. Materia prima tiene. Y es el momento de ponerla en el centro de la escena, entonces.