Tomate industrial: prevén aumento de la superficie cultivada en Mendoza

Algunas empresas ya planean utilizar materia prima remanente para incrementar su elaboración.

Tomate industrial: prevén aumento de la superficie cultivada en Mendoza
Tomate industrial: prevén aumento de la superficie cultivada en Mendoza

El tomate para industria inicia una temporada en la que se espera que la superficie cultivada en la provincia se recupere, después de algunos años en caída. Si bien una empresa importante anunció que redefinirá su programa productivo a la baja, otras planean utilizar esa materia prima, con lo que incrementarán su elaboración. Por primera vez, algunos contratos entre industriales y productores se están cerrando en dólares. 

Guillermo Quiroga, presidente de la Asociación Tomate 2000, comentó que la temporada pasada terminó en Mendoza con rindes un poco más altos que años anteriores, mientras que en San Juan fueron algo inferiores, porque las lluvias de enero afectaron la producción. De ahí que el nivel general fuera un poco más bajo.

En cuanto a la que empezó hace un par de semanas, manifestó que había empezado con una previsión de que la superficie iba a crecer, pero ahora algunas industrias importantes están redefiniendo su programa productivo por la situación del país. Si bien se esperaba llegar a unas 2.500 hectáreas entre los productores mendocinos y sanjuaninos que integran la entidad, es probable que terminen siendo unas 2.300, con un leve incremento en Mendoza y una disminución en San Juan. De todos modos, resaltó que hay que aguardar a que se termine la plantación para contar con datos definitivos.

Pese a eso, como se pronostica un año seco y la dotación de agua está asegurada (mas allá de las bajas precipitaciones en la Cordillera), se espera que el rendimiento sea bueno, por encima de las 90 toneladas por hectárea. Y destacó que el cultivo está muy mecanizado y hay prestadores de servicios de trasplante y formación de la cama, lo que contribuye a que los rindes sean altos. 


Financiamiento. Ante las altas tasas, la mayoria opta por financiarse dentro de la cadena productiva. | Orlando Pelichotti / Los Andes
Financiamiento. Ante las altas tasas, la mayoria opta por financiarse dentro de la cadena productiva. | Orlando Pelichotti / Los Andes

"Ya lo vivimos el año pasado, que en medio de la etapa de cultivo nos cambian los costos sustancialmente, por la diferencia del tipo de cambio. Hay muchos costos relacionados con el dólar. Pero lo bueno es que ahora algunas fábricas han empezado a poner un precio base en dólares", planteó Quiroga. Es que en 2018 también se produjo una fuerte devaluación cerca del inicio de la plantación. 

Lo habitual en cuanto al pago era que los productores firmaran un contrato con las industrias a principios de la temporada, con el precio base de lo que se pagó en la anterior. Y recién cuando está terminando la cosecha, alrededor de marzo del año siguiente, se establece el monto que efectivamente se pagará. De ahí que el importe en dólares implique una diferencia sustancial para los dueños de los cultivos. 

Mayor certeza

El ingeniero agrónomo Cosme Argerich, del INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) y asesor técnico de Tomates 2000, coincidió en que en la provincia se observa una recuperación de las hectáreas cultivadas, aunque aún es temprano para saber cuántas con precisión. Pero sí se nota, a diferencia de años anteriores, un aumento de superficie.

Sobre el motivo, expresó que el tomate industria es una buena alternativa para los productores porque hay una mayor certeza de comercialización y se puede mecanizar desde la plantación a la cosecha, por lo que no exige cuadrillas de mano de obra, con los inconvenientes que esto puede ocasionar. Las otras especies que pueden competir, porque también son cultivos anuales, como la cebolla, el ajo y el zapallo, está muy sujetos a los vaivenes del mercado, tanto interno como externo.

En cambio, el tomate es una alternativa previsible, al punto que algunas empresas ya le están poniendo precio a la materia prima, incluso en dólares, porque el volumen de producción es más bajo que el de la demanda. Esto, porque aún no se logra abastecer al mercado interno y el dólar alto provoca que la industria analice si le conviene importar la pasta concentrada -como ha hecho en años anteriores- o promover el cultivo localmente.


Falta ayuda. Industriales piden que el gobierno los ayude para poder colocar la producción en el exterior | Orlando Pelichotti / Los Andes
Falta ayuda. Industriales piden que el gobierno los ayude para poder colocar la producción en el exterior | Orlando Pelichotti / Los Andes

Argerich también recordó que días atrás, se concretó la venta de Alco-Canale, lo que ha contribuido a activar la necesidad de encontrar productores. José Morales, el dueño de AVA y ahora de Alco-Canale, le comentó a Los Andes recientemente que pensaba recuperar mercados con los tomates de esta última marca y ampliar la producción para la primera, y que era muy probable que requiriera de un número mayor de proveedores de materia prima.

Difícil financiamiento

Rodolfo Bianchetti, de Solvencia, una empresa dedicada a la producción de tomates en conserva, comentó que en un primer momento todas las industrias iban a incrementar su programa productivo, porque el año pasado faltó materia prima. Pero luego, algunas lo han retraído porque no tienen capacidad financiera para asistir al productor, prefieren destinar ese dinero a la compra de insumos productivos (botella, hojalata), o derivarlo a otra producción.

Es que explicó que la industria tiene que prever, a principios de año, cuánto tomate va a elaborar y el uso y costumbre fija que las elaboradoras financien a los productores que les proveen de la materia prima. En muchos casos, porque estos no son sujetos de crédito para los bancos. De ahí que alrededor del 50% del costo de la producción de una hectárea de tomate lo aporta el industrial y el resto lo pone el productor.   

Bianchetti planteó que, con las tasas tan altas, si bien algunos tienen que caer al sistema bancario porque no tienen otra opción, la mayoría opta por financiarse dentro de la misma cadena, lo que provoca que se reduzcan los recursos disponibles. Por otra parte, indicó que el industrial tiene que sostener al productor con el riesgo que eso implica de que una inclemencia  afecte el cultivo y sin recibir intereses por ese adelanto. Esto explica, indicó, que algunas empresas hayan reducido su demanda de materia prima. 
Pese a este escenario, el industrial comentó que entre sus pares intentaron ver cómo

incluían a esos productores -que, además, tiene productos de buena calidad-, lo que provocó que mientras algunas conserveras disminuyeron su producción, otras lo están aumentando.

Dar el salto

Bianchetti subrayó que Argentina todavía no se puede autoabastecer, ya que se consumen unos 600 millones de kilos de tomates pero se producen apenas 400 millones, por lo que el resto se importa de China y Chile, entre otros países. Sin embargo, consideró que esos 200 millones faltantes podrían alcanzarse con una adecuada coordinación entre productores e industriales y apoyo al sector.

Esto, porque si bien a nivel cultivo se han alcanzado estándares internacionales, en otros países los bancos financian a los productores y el Estado subsidia a las industrias para que exporten; en tanto los industriales locales deben aportar al productor y compiten con tomates subsidiados de otras partes del mundo.

"Habría que ver de qué manera se financia la cadena de producción porque ahí podríamos dar el salto para autoabastecernos. Lo que pasa es que no se puede pasar un cierto umbral porque  no alcanza el dinero", manifestó. 

Sede de un congreso mundial 

El presidente de la Asociación Tomate 2000, Guillermo Quiroga, resaltó que Argentina será sede del Congreso Mundial del Tomate 2020, un encuentro en el que participan los principales referentes de diversas partes del mundo. El principal organizador en el gobierno de San Juan, donde se realizará la actividad en marzo, pero la entidad también participa del comité.

Quiroga explicó que lograron ser anfitriones porque el país ha alcanzado niveles internacionales de rendimiento por hectárea. Y que suelen asistir unas 300 personas, dueños de fábricas, laboratorios, empresas de semillas, y que se abre la posibilidad de atraer inversiones internacionales. Por otra parte, junto con el INTA deben preparar parcelas de tomate tardío para poder mostrar el potencial de producción de esta zona.

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