Tomás “Toto” Kizner (20) se encuentra en un muy buen momento laboral, tanto en tevé como en teatro. Y a pesar de ser hijo de dos figuras famosas (de Adrián Suar y Araceli González, nada menos), hace sus camino y dice que jamás le pesó ser “hijo de“. Próximamente lo vamos a ver en el nuevo lanzamiento de “Chueco en línea”, la serie web de su papá, entre otros proyectos laborales, como un papel en la meganovela histórica “Argentina, tierra de amor y venganza”.
-¿Cómo descubriste que querías ser actor?
-Desde muy chico. Me recuerdo jugando a actuar o haciendo de otros personajes ya antes de ir al jardín, en mi casa y en otras situaciones. Después tuve en momento en el que quise ser biólogo marino, pero me duró muy poco y ya aproximadamente a los 13 años empecé a estudiar actuación y a tomarlo más en serio. También me impulsó a la actuación disfrutar de tantos talentosos actores argentinos, como Rodrigo De La Serna o Luis Brandoni. La verdad que admiro a muchos y de todos destaco algo.
-Sos hijo de dos personajes muy famosos, ¿alguna vez te pesó ser "hijo de"?
-Nunca me pesó, eso es un punto positivo para mí y para mis padres. Nunca lo sentí como una mochila y mis padres se encargaron de que yo no lo viviera como una carga: al contrario, nací con eso y es parte de mí. Tampoco padezco la fama ni es un problema, porque tampoco soy un beatle... quiero decir, soy conocido pero no tanto todavía. Lo único que no me gusta es lo mediático. En ese sentido, no me gusta exponerme tanto, por eso en general no me van a ver en ese tipo de movidas.
-Tanto en el teatro como en algunos de tus trabajos se te ve muy histriónico y gracioso... algo parecido a lo que hace tu papá. ¿ Pensaste en dedicarte un poco más a la comedia?
-Uso la comedia en mi vida cotidiana. El año pasado, en “Simona”, tuve varios capítulos con escenas graciosas. También hice un corto con un amigo que se llama “Pelotazo a Putin“, para el mundial. Fue muy divertido y pura comedia. Y si bien nunca me encasillaron en el lugar del “gracioso del grupo”, soy muy jodón y me río mucho todo el tiempo.
-¿Tenés alguna meta a nivel laboral?
-La verdad que estoy viviendo un muy buen momento. Creo que las cosa que podrían venir van a ser alegrías y sorpresas, me entrego un poco al futuro. Sí tengo claro que quiero seguir en el camino del teatro y el cine que, seguramente, ya vendrá. La televisión no es lo que más me gusta. Obvio que me gusta, pero disfruto más del teatro. Creo que mi meta es la perseverancia por todo lo que vendrá. Soy joven y no tengo nada que perder.
La realidad es que si vos me decías años atrás que iba a estar haciendo la obra teatral “Lo que nos une”, “ La naranja mecánica” y una novela de época en El Trece, no me lo creía. Así que es pura felicidad.
-Si tuvieses que traer a alguien que ya no está, ¿a quién traerías de vuelta?
-No tuve tantas personas en mi vida que se fueron por suerte, salvo mi abuela. Pero lo cierto es que pude disfrutarla un montón. Obviamente que lo que no está más querés que vuelva y sería ideal que todo sea eterno, pero el ciclo de la vida es así...
-¿Sos familiero?
-Sí, soy muy familiero. Los domingos son sagrados en mi casa, porque en la semana todos estamos con trabajos y actividades que nos tienen ocupados. Así que nos juntamos en casa, comemos asado, charlamos y nos ponemos al día con mi mamá, mi hermana y Fabián [Mazzei]. Y con mi viejo comparto el día a día, ya que estoy trabajando en su novela “Argentina, tierra de amor y venganza”, y también en la serie por los 25 años de Polka que se llama “Chueco en línea”. Como es un falso documental de su vida, hago justamente de su hijo.
-¿Tu papá es muy crítico con tus actuaciones?
-Sí, bastante, pero siempre está la crítica constructiva. Me manda mensajes diciéndome “me gustó tal cosa“ o que quizás otras no le gustaron tanto. En ese caso, me dice qué debería cambiar o mejorar para progresar y que el personaje salga mejor. Pero siempre con la mejor onda.
-¿En qué cosas te parecés a tu papá y en qué otras a tu mamá?
-Como mi papá, soy gracioso y me gusta la comedia. Igualmente mi mamá también es bastante graciosa. Y de mi mamá también destaco que tiene una personalidad muy fuerte y protectora. Me crió de una manera muy linda y a la vez muy recta. Creo que eso me lo transmitió y parte de eso se lo debo a ella.
-¿Sos muy pegado a Araceli?
-Sí, realmente soy muy mamero. Mi vieja es mi cable a tierra, mi familia en general. Pero sí, somos pegados, la quiero mucho y tenemos una muy linda relación.
-¿Qué cosas te cuestan aceptar o soportar?
-Me molestan las injusticias y las gente que insulta sin motivo. En realidad, lo que más me molesta es que se metan con mi familia o con algo que tenga ver conmigo o directamente con las personas que quiero. Y también la traición en general. Eso no lo perdonaría, porque perdés todo tipo de confianza en el otro.
-Estás de novio con la actriz Minerva Casero, ¿cómo se conocieron?
-Fue en lo de Nora Moseinco, que es una profesora de actuación que nos enseñaba a los dos. Y si bien había una química especial, ahí no pasó nada. Seguimos hablando en calidad de amigos, ella se puso de novia y yo también. Y años después nos reencontramos para hacer un capítulo de “Fundación Huésped“ y como teníamos amigos en común nos veíamos muy seguidos, pero llevó un tiempo. Luego nació el amor. En septiembre cumplimos un año de novios, así que felices.
-¿Qué proyectos laborales se vienen?
-Sigo con “Argentina, tierra de amor y venganza“, la obra de teatro “La naranja mecánica”, “Chueco en línea”, que se va a poder ver por Cablevisión Flow y de manera online. Ahora en las vacaciones de invierno arranco una obra en Microteatro (Buenos Aires) que se va a llamar “Sentido pésame”.