Un encuentro anual que se acaba de realizar en Mendoza por el Comité de Monumentos y Sitios (Icomos Argentina), junto con la Federación Internacional de Arquitectos Paisajistas (Ifla) se llamó “Paisajes culturales urbanos, periurbanos y rurales”.
La convención fue muy trascendente por la calidad de los participantes y porque además se generó un intercambio y transferencia de información científica y tecnológica entre los expertos y asistentes, en los que hay que reconocer la valía de los profesionales locales, algunos de los cuales trascienden nuestras fronteras.
Asimismo fue relevante la presencia en la reunión -realizada durante cuatro días en la Nave Cultural del municipio de la Capital- de jóvenes estudiantes, quienes aseguraron un espacio para reconocerse y posicionarse como auténticos protagonistas frente a la identificación, valoración, protección y conservación de los paisajes culturales que representan la diversidad de identidades locales, regionales y nacionales.
Otro aspecto a mencionarse es que el Comité Científico Internacional de Paisajes Culturales sesionó por primera vez en América del Sur, resultando Mendoza la ciudad escogida para ello.
Los paisajes culturales constituyen la obra combinada de la naturaleza y el hombre, y en tal sentido dentro de esta categoría podemos incluir el puente natural de Puente del Inca, la capilla blanca de Lagunas del Rosario, las acequias que riegan los forestales, las enhiestas alamedas de cualquier carril mendocino o los viñedos productivos de nuestro territorio, entre otros. Todos deben ser protegidos ante la amenaza de nuevos usos o la introducción de fines inapropiados que los afectan.
Por ello, el concepto de paisajes culturales abarca una diversidad de manifestaciones de las interacciones entre la actividad humana y su ambiente natural.
Las mayores amenazas que enfrentan estas unidades que llamamos paisajes culturales se deben a la vulnerabilidad que ocasionan diversos factores, algunos de orden natural (inundaciones, incendios, tornados, etc.) y otros de índole cultural. En esta categoría se puede mencionar la falta de políticas integrales sobre ordenamiento territorial (algo que tardíamente se está tratando de hacer en Mendoza), la ausencia o mala distribución de recursos económicos, carencia de políticas educativas que apunten a la consolidación de los sistemas culturales propios, la especulación inmobiliaria, el crecimiento de las ciudades sobre el ámbito rural productivo, la deforestación y el desmonte.
Tres aspectos como cierre del análisis del encuentro.
Uno, la cantidad de entidades públicas y privadas que se comprometieron con los postulados básicos que se fijaron en la reunión. Se interpreta como un compromiso para cuidar los valores culturales de Mendoza.
El segundo aspecto que rescatamos del foro fue el aliento a la investigación, el fortalecimiento de la protección y la gestión sustentable de Mendoza: de las áreas urbana, periurbana y rural; del patrimonio, la toma de conciencia de la importancia del paisaje productivo y el modo de vida agrícola. Es decir, del paisaje productivo de los viñedos, olivares y otras plantaciones, en el abordaje de la gestión y la protección del paisaje rural y lo mismo debería ocurrir con el turismo, que debe ser sustentable y de esa forma proteger el patrimonio.
También, en tercer lugar, sobre el patrimonio en general se debe procurar la adaptación al cambio climático y en la planificación urbana y regional.
En palabras simples, lo que hay que afirmar sobre los paisajes culturales, lo extraemos de un comentario de la representante de Icomos Argentina en la provincia, arquitecta Gabriela Santibañez: "Los paisajes culturales -dijo- son el resultado de las acciones del hombre sobre el territorio natural. Mendoza se caracteriza por esas transformaciones a partir del uso del agua y del suelo y por ello es importante el compromiso y responsabilidad de sus habitantes, en todos los ámbitos, con el objeto de valorarlos, protegerlos y legarlos a las generaciones venideras".
El encuentro dejó además, dos hechos fundamentales: uno fue la firma de la Carta de las Américas para el paisaje, el otro fue la Declaración de Mendoza, valioso documento en el que los especialistas reflexionan sobre los valores de los paisajes culturales de la provincia, remarcando que desde tiempos antiguos esta región ha sido innovadora en materia de sustentabilidad.
