¿De qué lo acusan al doctor Carlos Santiago Fayt? ¿De ser un ejemplo de austeridad republicana, de vivir en un sobrio departamento y de tener una casita en Villa Gesell después de haberle dedicado toda una vida a la Corte Suprema y al estudio, sin una sola sospecha de haber realizado ni un trámite administrativo poco transparente?
¿Quiénes lo acusan? ¿Los que no pueden explicar cómo viven en lujosos departamentos en Puerto Madero y que tienen domicilio falso en sus documentos; en un médano, como es el caso del doblemente procesado vicepresidente de la Nación, Amado Boudou?
¿De qué lo acusan al doctor Carlos Santiago Fayt? ¿De ser un defensor de los derechos humanos que tuvo el coraje de presentar, junto a Raúl Alfonsín, un habeas corpus por varios detenidos durante la dictadura militar, cuando las balas picaban cerca y muchos abogados fueron secuestrados y desaparecidos solo por ese gesto de grandeza? ¿Se lo acusa de no haber ocupado jamás un cargo público durante ninguna dictadura militar?
¿Quienes lo acusan? ¿Los abogados exitosos que no pueden explicar su riqueza y que durante el terrorismo de Estado se dedicaron a rematar casas de deudores con una actitud de usura indigna de un militante popular y que no movieron un solo dedo ni presentaron un solo habeas corpus por sus compañeros?
Por Alfredo Leuco - Periodista.
Hebe de Bonafini lo acusa a Fayt y defiende al doctor Eugenio Zaffaroni que fue funcionario judicial de dos dictaduras y sobre todo de la de Jorge Videla para la cual, además, escribió un manual. La presidenta de las Madres se permite una vez más un juicio callejero a una persona intachable como Fayt mientras manchó los pañuelos blancos con el dinero sucio de Sergio Schocklender. Insisto con lo que les dije días atrás: no lo pueden confesar porque es inhumano, pero se les nota las ganas de hacer una cadena de oración para que el doctor Fayt se muera lo antes posible.
¿De qué lo acusan al doctor Carlos Santiago Fayt? ¿De ser admirador de socialistas democráticos como Nicolás Repetto y don Alfredo Palacios? ¿De tener sensibilidad hacia los más humildes o de haber optado intelectualmente por el agnosticismo después de venir de una familia católica? ¿O de haber escrito 3 libros con un análisis severo de los componentes autoritarios y demagógicos del peronismo y en defensa de las más amplias libertades públicas?
¿Quiénes lo acusan? Los adoradores de un chavismo que mete presos a dirigentes democráticos y opositores y que cierra medios de comunicación independientes y ataca a los periodistas que no se alquilan ni se venden. Los que se hicieron millonarios con los juicios laborales de muchos gremios como el de camioneros al que ahora les da la espalda como el doctor Héctor Recalde y que hoy acusa a Fayt de ser antiperonista.
¿De qué lo acusan al doctor Carlos Santiago Fayt? ¿De ser un brillante abogado, juez, escritor, académico, profesor emérito de universidades que escribió 35 libros que abarcan la historia del pensamiento político desde la Antigua Grecia hasta el siglo XX?
¿Quiénes lo acusan? ¿Los pibes para la liberación como su jefe Máximo Kirchner, quienes no terminaron sus estudios y nunca trabajaron en otra cosa que en administrar los múltiples bienes de sus padres?
¿De qué lo acusan al doctor Carlos Santiago Fayt? ¿De ser una persona de perfil bajo al que casi no se le conoce nada de su vida privada?, ¿de haber llenado plazas y radios predicando la democracia a través de clases de Educación Cívica? ¿De haberse opuesto con su voto en la Corte a la privatización de Aerolíneas, de haber sentado las bases de respeto hacia la diversidad sexual con un fallo y de haber defendido la libertad de expresión aplicando la avanzada y progresista doctrina de la real malicia?
¿Quiénes lo acusan? Los que integraron grupos guerrilleros que utilizaron el crimen y las bombas durante períodos democráticos, como Horacio Verbitsky o Carlos Kunkel, que le dice a Fayt admirador de Aramburu a quienes los Montoneros secuestraron y asesinaron.
¿De qué lo acusan al doctor Carlos Santiago Fayt? ¿De ser viejo cuando se sabe que viejo es el viento y todavía sigue soplando? ¿De tener algún achaque propio de la edad que sobrelleva con una dignidad ejemplar? ¿Lo acusan de la formalidad de firmar una acordada en su casa como hacen la mayoría de los funcionarios empezando por la presidenta de la Nación, que trabaja en la quinta de Olivos y casi ni va a la Casa Rosada?
¿Quiénes lo acusan? Los prepotentes de Estado que se llevan por delante todas las normas democráticas y quieren colonizar la Justicia y quebrar la Corte Suprema para garantizarse impunidad para ellos y sus familias.
¿De qué lo acusan a Fayt? ¿De andar casi en puntas de pie por la vida con dignidad, ética y excelencia académica? ¿De ser poco menos que un prócer respetado en todos lados?
¿Quiénes lo acusan? Los ministros que encubren la matriz corrupta del Estado, los que se enriquecieron a la velocidad de la luz y tienen miedo de rendir cuentas ante la Justicia. Los inmorales nos han igualado, dice el tango. Los Aníbal Fernández que, como si fuera un comisario de la Bonaerense en pleno allanamiento, le ordena a Fayt que salga de su casa.
Dijo bien Ernesto Sanz que el doctor Fayt tiene más autoridad moral que todo el gabinete junto. O que habría que hacerle un examen psicofísico al vicepresidente Boudou para saber si distingue entre lo que es lícito e ilícito.
El nuevo Stiuso llamado Horacio Verbitsky se burla de Fayt y dice que no sabe el día en que vive y que le tienen que tener el pulso de la mano para que firme los expedientes. ¿Cómo lo sabe? ¿Lo tienen filmado? ¿Ya están utilizando los métodos soviéticos de la KGB de cabotaje?
Como siempre, varios oyentes de mi programa radial aportaron las mejores ideas. Algunos dijeron que había que organizar un aplauso general de las dimensiones de un cacerolazo para apoyar al doctor Fayt. Otros proponían hacer un abrazo gigantesco y masivo a la Corte Suprema. Otros decían que hay que preparar pancartas que digan Yo soy Fayt, como en su momento decían Yo soy Campagnoli.
Defender al doctor Carlos Fayt es como defender un monumento a la democracia y los derechos humanos, a la capacidad intelectual y profesional y a la ética republicana frente a las mafias enquistadas en el poder, que se quieren quedar para siempre.
Los impresentables enemigos de Fayt que vienen por todo, agigantan la figura del ministro de la Corte Suprema. Hay que defender a Carlos Fayt de los ataques autoritarios. Defender a Fayt es defender las instituciones y la honradez de las manos limpias. Defender a Fayt es defender a la Argentina. En defensa propia. (Gentileza Radio Mitre)