La intensa semana política nacional prácticamente copó la escena y dejó de lado muchas repercusiones de las primarias abiertas del domingo pasado en esta provincia, con más razón porque uno de los protagonistas de la reciente elección, el gobernador Cornejo, es a la vez partícipe importante del escenario preelectoral en el país. Pasó rápidamente de los festejos por la victoria local al saludo de bienvenida a la coalición oficialista, en nombre del radicalismo que preside, al peronista Pichetto.
En nombre de la pretendida apertura del espacio a otros sectores partidarios, el radicalismo debió sumarse al jolgorio que produjo en Juntos por el Cambio (el nuevo nombre de Cambiemos) la postulación del experimentado peronista ortodoxo como candidato a vicepresidente de Macri. No se puede asegurar si el radicalismo, realmente, aspiraba a que uno de sus dirigentes acompañara al Presidente en su intento de reelección (aseguran muchos que Ernesto Sanz una vez más no aceptó el ofrecimiento), pero el electrizante acuerdo del Pro con Pichetto dejó a la UCR sin representante en las PASO de agosto. Un dato histórico no menor para un partido con dirigentes de mucho apego a las tradiciones.
Volviendo al plano local, la semana también sirvió para algún descanso entre los principales participantes de la campaña, fundamentalmente los que ganaron en sus internas y también entre los pocos que obtuvieron el porcentaje indicado para competir en setiembre.
No obstante ello, el vértigo que genera la incidencia de la pulseada nacional no deja de influir en el ánimo de los dirigentes de cada sector.
En el radicalismo son conscientes de que el porcentaje que distanció a Cambia Mendoza del espacio liderado por el peronismo no deja margen para confiarse. Independientemente de la satisfacción que puedan haber sentido aquellos que esperaban un triunfo claro de Suárez sobre De Marchi, como realmente ocurrió, a algunos dirigentes muy allegados al cornejismo les hizo un poco de “ruido” que el intendente capitalino no pudiera superar el 30% de votos y fundamentalmente que la sumatoria del espacio, incluyendo a Armagnague, no pisara mínimamente el 45%. Una explicación también se puede buscar en el 12,15% que logró el intendente de Luján, también por debajo de las expectativas de muchos.
Más allá de todas estas especulaciones, hay sobrada confianza en Cambia Mendoza de cara a la elección general. Si bien transcurrirán más de tres meses, pocos son los que piensan que la conducción de la Provincia a partir de diciembre corra algún riesgo para el cornejismo y su larga lista de aliados.
Siempre durante la campaña una de las estrategias del Gobernador y sus precandidatos pasó por apuntarle al PJ mendocino, básicamente por las dificultades en el manejo de los recursos que derivaron de las gestiones anteriores a su período de gobierno, en especial a la de Francisco Pérez. En más de una oportunidad la prédica contra dicha herencia se hizo sentir también desde la dirigencia vinculada a Cornejo sin detenerse a distinguir entre los competidores que tuvo la PASO del justicialismo. Bermejo o Sagasti, era lo mismo. Es más: el puntual enojo del Gobierno con los jefes territoriales peronistas por algún apoyo legislativo que no dieron contribuyó a esa malhumorada prédica.
Finalmente, la estrategia re-reeleccionista colmó la paciencia oficial.
En esa línea, voces cercanas a la fórmula que lidera Suárez resaltan que nunca tuvieron algún tipo de predilección entre Alejandro Bermejo y Anabel Fernández Sagasti, aunque en general consideraban al intendente de Maipú como un rival de mayor peso en la pulseada final por la Gobernación.
Ahora, como ya se reconoció en la semana por parte de dirigentes cercanos al jefe del Ejecutivo, van a mirar con atención cómo puede llegar a repuntar la figura de la senadora nacional kirchnerista, entre otras cosas por el indudable impacto que generó haber destronado a una porción fuerte del PJ mendocino. El sector “de los intendentes” podrá aspirar a una suerte de revancha en la elección general municipal desdoblada, que será previa a las generales provinciales. Allí volverían a imponerse, como en su momento en las PASO de abril, los “caciques” de San Martín, Lavalle, Tunuyán y San Rafael. Sería sólo un estímulo, un aliciente, porque el liderazgo partidario a nivel provincial parece estar, a partir del domingo, mucho más firme en manos del camporismo.
Otro aspecto a tener en cuenta en las semanas venideras es la posible fuga de votos del bermejismo, una posibilidad que miran con simpatía los radicales y que no descartan en las huestes del peronismo no K local, más allá de que todos han jurado lealtad infinita a la joven candidata a gobernadora y, por añadidura, a la fórmula nacional de Alberto Fernández y Cristina Kirchner. Con el válido argumento de que no todos los que votaron al maipucino el domingo anterior están en condiciones de garantizar que se inclinarán por Anabel Fernández Sagasti en setiembre, el tema genera especulaciones, en especial porque José Luis Ramón, el hombre fuerte de Protectora, ya expresó luego de las PASO que una estrategia de su espacio de cara a las generales provinciales puede pasar por salir a la pesca de esos votantes. Es por ello que en el cornejismo miran con atención los movimientos que se puedan dar en tal sentido.
Sí hay otra coincidencia entre la dirigencia del frente Elegí Mendoza (PJ y asociados), ya sea del lado camporista como de los ortodoxos perdidosos: el 7% por ciento que obtuvo la fórmula de Protectora en esta elección es prácticamente igual a la diferencia que hubo a favor de Cambia Mendoza. Motivo para que algunos en el justicialismo lamenten una vez más no haber podido acordar con Ramón y los suyos una integración electoral. Por lo tanto, el PJ siente ese faltante de votos mientras en Protectora lo toman como trampolín para intentar consolidarse como tercera fuerza política en la provincia cuando llegue la elección a gobernador y vice.
Saliendo ya de los primeros aprontes para la pulseada final por conducir la Provincia, párrafos finales para una negociación que será inevitable: la principal candidatura a diputado nacional. En la entrevista que se publica en la página 2, el Gobernador dice claramente que no es prioridad para él aspirar a una banca en el Congreso Nacional y, a la vez, relativiza aparentes negociaciones que trascienden. Hay un indudable interés del gobierno de Macri de que Cornejo encabece la lista en Mendoza, porque puede asegurar tracción en base al caudal de votos que podría generar su bien cotizada gestión local.
Y si de rumores se trata, están los que comentan que si Cornejo finalmente no llega a presentarse para la contienda nacional, podría no faltar algún pedido de la Casa Rosada a favor de De Marchi para esa codiciada banca en Diputados. Incluso, hubo ya versiones periodísticas en tal sentido. Se basan quienes plantean esa posibilidad en la buena sintonía entre el lujanino y Suárez la noche de las PASO y en el explícito apoyo que De Marchi dio a la candidatura del jefe capitalino.
Primeros movimientos y especulaciones después de las primarias que se intensificarán a medida que avance el calendario nacional y local. Después de las PASO nacionales de agosto, espera un mes muy intenso hasta la cita del 29 de setiembre.