Vos viste lo que es este mundo de desigualdades abismales: algunos no pueden pagar ni el saloncito de un pelotero para el cumple y, otros, navegan en unos excesos que no pueden más que llamarse obscenos.
Para desgracia de los fans incondicionales de Adele, la chica fue la que cayó en este último caso. Es que se ve que ser multimillonaria te da incontables dólares pero te quita la sensibilidad para saber cómo "mostrarlos".
Así las cosas, nuestra pregnante Adele decidió que su cumpleaños de 30 era muy importante para ella y, por lo tanto, tenía que ser memorable.
Hasta allí, todo bien: ¿quién no quiere celebrar el onomástico con alguna cosita especial? "Ma sí: tiro la casa por la ventana y les digo a los invitados que yo pago la pizza y la cerveza", dirá algún adinerado/a de los nuestros. Pero ella: ella hizo más; mucho más.
Se armó una fiestita temática sobre la película "Titanic" en la que decidió que tenía que ser la protagonista del asunto -bueh, después de todo era la cumpleañera- y se disfrazó de Rose Dewitt Bukater, el personaje que tan lindo le salió a Kate Winslet en la película de James Cameron.
Pero, a ver, chicos y chicas. "Si vamos a delirar y tenemos millones, tiene que ser a lo grande", se habrá dicho la rubia. Por eso es que no solo emuló a la perfección el vestidito más lindo de Rose, sino que todos y cada uno de los detalles del salón de fiestas hicieron referencia al filme.
Nieve falsa (¡si será desalmada!: no tuvo en cuenta ni la muerte por congelamiento del churrazo de Leonardo Di Caprio), salvavidas que usaron ella y todos sus invitados, las icónicas escaleras y escenografías del barco que craneó Cameron. Todo, todo, todo: igual.
Y, claro, en ese tránsito, sus invitados pasaron de ser los queridos amigos con los que celebrar el gran día a los mártires del hundimiento. ¡Obvio! No solo tuvo que desembolsar una ponchada de plata para tales efectos, sino que le costó sus buenos puntos en materia de crítica porque hubo parvas de cuestionamientos en las redes aduciendo que no podía hacer una celebración con un hecho que había sido una tragedia.
Para colmo de males, la piba se tomó hasta la presión y lo confesó sin pruritos: "Anoche fue la mejor noche de toda mi vida. Acá les dejo un par de fotos. Estaba completamente ebria, no creo que logre volver a salir de mi casa!”, escribió.
Adele: ¡no podés! ¡Naaaaah paaaaadés!