Así es. La 26ta. temporada de la comedia animada más amarilla de la televisión emitirá hoy a las 20 sus últimos dos capítulos. Quedan atrás nada más ni nada menos que 550.
La creación de Matt Groening se despide hasta el año que viene emitiendo primero “Bull-E”, un relato sobre el acoso escolar en que que obviamente está involucrado Bart y su madre Marge.
Después, a las 20.30, se verá “La hazaña de los atletas de las matemáticas”, un episodio en el que un colapso de energía en la escuela primaria de Springfield la transforma en una prestigiosa escuela de método Waldorf, mientras el jardinero Willie se vuelve el más desconcertante entrenador de los atletas de matemáticas.
Pero eso no es todo. Desde mañana lunes, desde las 20, se emitirá el especial “Siete pecados capitales”, que no es otra idea de ordenar de acuerdo a los pecados cristianos varios episodios del pasado, muchos de ellos, ya demasiados vistos.
Se arrancará con “Gula, días de vino y rosas”, sobre aquel intento fallido de Barney de dejar de beber luego de que Moe y Homero se burlarán de él.
Le sigue “Lujuria, el dulce Apu” (martes 30), en el que el dueño del Kwik-E-Mart tiene un romance con una de sus empleadas pero rápidamente Manjula, su esposa, se da cuenta de lo que está sucediendo.
En “Envidia, Lisa y los deportes” (miércoles 1 de julio), Lisa se une a un equipo juvenil de hockey sobre hielo para levantar sus notas.
Sorprendentemente, ella demuestra grandes virtudes para este deporte y se convierte en la preferida de Homero.
El jueves 2, se pasará “Ira, el hombre que creció mucho”. Un cuento en que Lisa descubre que Bob Patiño es el nuevo director de una industria química de gran importancia.
En “Soberbia, ¿Adivina quién viene a criticar?” (viernes 3), Homero comienza una nueva actividad: “crítico gastronómico”, con ayuda por supuesto de Lisa. Homero ama todo lo que come pero sigue el consejo de otros críticos y empieza a destruir en sus críticas a todos los restaurantes que visita, lo que produce la ira de los dueños de los locales.
Ya para el fin de semana, se emitirá “Avaricia, “Springfield Próspero o el Problema del Juego” (sábado 4). Con el fin de impulsar la economía de la ciudad, el Señor Burns construye un casino al mejor estilo de Las Vegas mientras que Homero empieza su carrera como crupier de Black Jack y Marge se transforma en una ludópata.
Finalmente, el domingo próximo se verá “Pereza, Lisa obtiene un 10”. Lisa se enferma y al volver a la escuela hace trampa para aprobar un examen pero, al conseguir la calificación más alta, deberá lidiar con la culpa.
Los mapuches al poder
En breves líneas, en los manuales de historia se sabe que durante tres años, a principios del 1500, 500 españoles fueron sometidos a un violento sitio por parte de los mapuches en Villarrica, una ciudadela de la región Araucanía al Sur de Chile. Sólo 22 sobrevivieron.
"Sitiados" de algún modo ha venido a rectificar algunos prejuicios sobre aquel hecho histórico, superando el modelo cinematográfico básico "indios vs conquistadores", para expandir ideas con más matices humanas y malos y buenos, traidores y héroes coexistiendo en ambas filas del conflicto.
Estrategia astuta: decir en el pasado, lo que está pasando hoy.
No hay que olvidarse que los mapuches fueron el Vietnam de los españoles. Sus intermitentes períodos de ataques y de Guerra Fría desangraron las voluntades de los adelantados y políticos.
En el apogeo de la violencia, ellos y otras tribus aliadas, consiguieron realmente reconquistar sus tierras, al menos por un tiempo.
Los ocho episodios de la serie exploran la explotación esclavista, la moral relativa, la sexualidad, la religión, el amor y las traiciones a ambos lados de los muros. Como toda historia de supervivencia, los instintos se imponen sobre todo rasgo de humanidad y es en ese nudo existencial en que la serie gana en sustancia.
En Villarrica hay hambre, desesperación, tristeza. Mientras los mapuches escondidos en los bosques sólo tienen que esperar que algún sitiado se asome por encima de los paredones para ser alcanzado por las fechas.
Es una historia ya vista, con referencias a “Romeo y Julieta”, pero resuelta a través de las acciones y reacciones de un puñado de protagonistas que sintetizan aquellas maneras diferentes en que se toman decisiones de vida o muerte.
Están el héroe silencioso, Agustín (Benjamín Vicuña), la viuda misteriosa, Isabel de Bastidas (Marimar Vega), el maestre despiadado Juan de Salas (Andrés Parra), la hija rebelde del maestre que espera un hijo de Nehuén, Rocío de Salas (Macarena Achaga) y el líder, Nehuén (Gastón Salgado), en el filo de que cada movimiento le cueste ganar o perder su poder.
Luego de siete episodios que fueron preparando el clímax final, hay demasiado en juego para resolver en este último (hoy a las 23, por FOX1), pero el relato ha adquirido suficiente fuerza y poder de identificación para esperar un desenlace a la altura de las circunstancias.
De todas maneras, como observación negativa, le podríamos reprochar la falta de acento español en los personajes españoles, como le sucede a Andrés Parra, y que muchos indígenas no estén interpretados por auténticos indígenas y que estos a veces hablen mejor español que los mismos españoles. Dos elementos que le quitan verosimilitud a la trama.
