El uso del chupete siempre estuvo acompañado de opiniones a favor y en contra. Muchos padres optan por restringir su uso, pero otros lo adoptan como un elemento más de la crianza de su hijo. Hay algunos aspectos a tener en cuenta, como la edad límite para su uso o algunos cuidados en la higiene diaria del chupete.
¿Por qué el chupete logra calmar a los bebés?
El hábito de succión es una de las primeras actividades coordinadas en el neonato. La succión no nutritiva provoca sensación de calidez y seguridad y por eso el chupete se transforma en un gran "pacificador".
Muchas de las dudas con respecto al uso del chupete se vinculan con posibles consecuencias en la dentición de los bebés. Éste no llega a producir malformaciones de la articulación temporomandibular ni deformaciones óseas significativas que modifiquen la arcada dental definitiva. Pocos estudios han evaluado si la mala oclusión que se produce en la dentición temporal persiste en la dentición permanente. Los efectos perjudiciales que ejerce sobre la correcta alineación de los dientes suelen desaparecer si el chupete deja de utilizarse antes de los 3 años. El riesgo de mala oclusión aumenta directamente con la frecuencia de duración e intensidad de la succión.
En el caso de que el bebé use chupete, hay algunas recomendaciones a tener en cuenta:
-Los chupetes no deben tener elementos desmontables pequeños que el bebé se pueda tragar.
-Sus piezas deben estar unidas con la suficiente resistencia como para que no puedan romperse o separarse entre sí.
-Los bordes deben ser redondeados para evitar cortes o heridas.
-El disco del chupete debe tener al menos 2 orificios de ventilación de un diámetro mínimo de 4 mm para evitar que el niño se sofoque.
-La tetina, cualquiera sea su forma, debe ser de un material flexible y tener una longitud máxima de 30 mm
-Deben venderse en envase cerrado, con la información para su uso correcto.
-Nunca atarlo alrededor del cuello.
-Deben adecuarse a la edad del bebé.
-Los chupetes pueden ser de látex, pero son más blandos, se gastan y se deforman con más facilidad que los de silicona. Es recomendable cambiarlos por uno nuevo cada dos o tres meses, dependiendo de la frecuencia con que se lo utilice.
-También pueden ser de silicona. Este material es más rígido, pero menos resistente a los mordiscos. Son fáciles de limpiar y resisten bien las altas temperaturas. Deben ser sustituidos en cuanto se aprecien marcas de mordeduras.
¿Hasta cuando usarlo?
Con respecto al uso del chupete, no se aconseja el uso regular después de los 2 años. A esa edad sería bueno que comenzaran a usarlo solo para dormir o en los momentos de llanto que resulte difícil calmar de otra manera. ¿Por qué tomamos esta edad como límite?. El uso regular del chupete después de los 2 años está asociado con un mayor riesgo de otitis media recurrente, y con varios tipos de mala oclusión en la dentición temporal: mordida abierta, mordida cruzada posterior, infecciones por hongos en la mucosa yugal. Si se excede el uso del chupete después de los 2 años, tenemos que tener en cuenta que los efectos son más pronunciados cuando su uso se prolonga más allá de los 4 años.
Cuando los padres quieran emprender el abandono del chupete, no es bueno hacerlo desaparecer de golpe sin mediar explicación alguna. Es muy importante hablar con el niño sobre la decisión de ir abandonando el chupete, explicarle que de ahora en adelante solo se utilizara para dormir.
Es aconsejable utilizar refuerzos positivos cuando logra estar durante el día sin necesidad de usarlo. Luego se le puede ofrecer al niño algún elemento de transición para que inicie el sueño sin el chupete, y cuando lo logre, realizar alguna ceremonia de despedida del mismo: regalárselo a algún bebé, mandarlo por correo a otro lado...
¿Es posible que una vez que abandone el chupete, el niño comience a succionarse el dedo?
En general la necesidad de succionar va disminuyendo con la edad, por lo que no sería habitual que deje el chupete y luego se chupe el dedo. De todas maneras, los esfuerzos deben destinarse a que deje de necesitar succionar, el chupete o el dedo, para relajarse.
Esta etapa de abandono del chupete puede ser un tiempo que implique mucho trabajo para los padres. Posiblemente sea más sencillo, para que el niño no llore, darle su chupete. Pero es preferible que el chupete se retire de forma gradual y consiguiendo, como se pueda, consentimiento del niño. Por supuesto que dejar el chupete implica que el niño esta creciendo y esto muchas veces es costoso para los padres.
Mitos y verdades acerca del chupete
Desde la medicina se han realizado múltiples investigaciones acerca de si es beneficioso o no el uso del chupete. Se observó una asociación entre el uso del chupete durante el sueño y una disminución del riesgo de muerte súbita del lactante. Aunque la relación causa efecto no se ha establecido, la Academia Americana de Pediatría recomienda ofrecer el chupete para dormir la siesta y a la hora de acostarse. No se aconseja sacárselo mientras duerme. De todas maneras, una vez que el niño se duerme es probable que escupa el chupete.
En el hacer diario, observamos que al bebé se le puede caer el chupete o que lo escupe. En esta circunstancia hay muchas mamás que optan por limpiar el chupete metiéndoselo en la boca para luego devolverlo a la boca del bebé. No es correcto higienizar el chupete poniéndolo en la boca de la madre, ya que la saliva lejos de ser estéril, es uno de los principales transmisores de enfermedades. Cuanto más pequeño es el bebé con más cuidado hay que higienizarlo. En general, alcanza con enjuagarlo con agua potable.
Hay algunos padres que se hace eco de los “mitos” para ayudar al niño a dejar el chupete. Por ejemplo “pinchar el chupete para que - al no tener aire- al bebé no le guste” o “darle a la tetina un par de puntadas. El hilo es áspero y el bebé rechazará el chupete”. Pero no es recomendable pinchar el chupete, ya que el niño puede quedarse con la tetina suelta en la boca, con el consiguiente riesgo de atoramiento. Aparte de que pueden quedar restos de saliva en la tetina, como posible foco de infección.
Otro mito difundido es que hay que "sumergir el chupete en vinagre por varias horas, lavarlo y luego dárselo cuando el niño lo pida. Su sabor va a ser tan feo que no lo querrá más". Puede utilizarse este método, pero siempre es mejor implementar una estrategia que prevea el consentimiento del niño.
Tips
- Se cree que si se le da al bebé un chupete por primera vez entre los 15 días y el 1 mes de vida, su uso puede afectar la lactancia materna, ya que podría rechazar el pecho, pero no se han observado efectos negativos en la lactancia.
-Si un chupete se ensucia la mejor forma de higienizarlo es lavarlo con agua potable. Recomendamos siempre utilizar el capucho protector. Es incorrecto “lavarlo” con la saliva de un adulto.
-Se recomienda el uso del chupete al dormir al bebé, como prevención de la muerte súbita del lactante. La Academia Americana de Pediatría recomienda su uso tanto en la siesta como a la noche.
-Si ya es tiempo de que el niño abandone el chupete, no es bueno hacerlo desaparecer de repente, sin explicación. Es muy importante hablar con el niño sobre la decisión de ir abandonando el chupete y conseguir su consentimiento.