A pesar del supuesto llamado de Donald Trump de rechazar a los inmigrantes de "países de mierda", la gente de esos países en realidad tiene muchas cosas que enseñarnos.
Comencemos con una pregunta: ¿Qué país fue el primero en el mundo en prohibir la discriminación gubernamental en contra de las personas homosexuales en su Constitución? A) Noruega. B) Nueva Zelanda.C) Sudáfrica.
Respuesta: es la nación a la que Trump llamó país de mierda, Sudáfrica. También prohíbe la discriminación basada en el género y las discapacidades. Algún día todo el mundo será así de progresista.
Aquí hay otros ejemplos de los que podemos aprender:
1. El presidente de Sierra Leona ha hecho que el país se comprometa a proporcionar atención médica gratuita para los niños menores de cinco años y las mujeres embarazadas, incluyendo el cuidado prenatal y los partos, aunque estos servicios aún no son suficientes. Mientras tanto, en Estados Unidos este problema no recibe una atención de tan alto nivel, así que las mujeres estadounidenses mueren al parir en una tasa cinco veces mayor que las mujeres británicas.
2. Kenia está muy por delante de Estados Unidos en cuanto al dinero móvil. En Kenia es fácil transferir dinero por celular y utilizar un teléfono como cuenta bancaria. Casi todos tienen un móvil y el 88% de los usuarios de celulares en Kenia también tienen cuentas bancarias móviles. Los kenianos no entienden por qué los estadounidenses están tan rezagados en materia de telecomunicaciones.
3. Ruanda podría erradicar el cáncer cervical antes que Estados Unidos, pues en ese país se vacuna prácticamente a todas las niñas contra el virus del papiloma humano, que provoca el cáncer de cuello de útero.
Al llevar a cabo exámenes para mujeres mayores que no recibieron la vacuna, tiene como propósito erradicar el cáncer de cuello para 2020.
En contraste, solo el 65 por ciento de las niñas estadounidenses se vacunan contra el VPH, y muere una mujer cada dos horas en Estados Unidos a causa del cáncer cervical. "Desearía que los padres estadounidenses se esforzaran tanto como los ruandeses para que sus hijas se vacunen, para que así nunca deban conocer los horrores del cáncer cervical", dice Seth Berkley, director ejecutivo de Gavi, la Alianza Mundial para Vacunas e Inmunización. En efecto, mientras que los líderes africanos han trabajado muy arduamente para aumentar la tasa de vacunación y salvar vidas, Estados Unidos tiene un presidente que en repetidas ocasiones ha expresado dudas acerca de las vacunas.
4. Puesto que entienden la importancia de las lenguas en un mundo globalizado, muchos kenianos hablan inglés, suajili y una lengua tribal, mientras que es común encontrar personas políglotas en toda África.
En contraste, hay un viejo chiste que dice: "Si alguien que habla tres idiomas es trilingüe y alguien que habla dos idiomas es bilingüe, ¿cómo se le dice a alguien que habla un idioma? Estadounidense".
5. Los funcionarios de salud africanos han promovido con fuerza la lactancia materna para asegurarse de que los bebés tengan el inicio más saludable que se pueda en la vida. Así que, mientras el 20% de los bebés estadounidenses se alimentan exclusivamente con leche materna durante los primeros seis meses de vida, la cifra es de 42% en África subsahariana. En Ruanda, es un sorprendente 87%.
6. Los gobiernos africanos han seguido a conciencia las recomendaciones de la Asamblea Mundial de la Salud para frenar la publicidad de la fórmula infantil que desalienta la lactancia materna; Estados Unidos no lo ha hecho. Respecto a este tema, sugiere Shawn Baker de la Fundación Bill y Melinda Gates, "Estados Unidos podría beneficiarse de la asistencia técnica de Botsuana".
7. Nigeria se asegura de que 93% de los hogares tengan sal yodada, para reducir la deficiencia de yodo que provoca discapacidad mental y bocio. En Estados Unidos, solo poco más de la mitad de la sal que se vende a los hogares es yodada, y la deficiencia de yodo se está haciendo más común.
8. En una época en la que gran parte del mundo adinerado les ha dado la espalda a los refugiados, Uganda ha aceptado en silencio a más de un millón de refugiados proveniente de Sudán del Sur. De igual manera, la región Diffa de Níger ha mostrado su heroísmo al recibir a refugiados de Nigeria del norte, y ahora los reubica en tasas extraordinariamente altas, con lo cual ayuda a los recién llegados en vez de satanizarlos.
9. En el índice más reciente de Freedom House, Estados Unidos bajó su posición en las listas de libertad y democracia, y ahora dos países africanos se encuentran en lugares más altos: Cabo Verde y Mauricio. Ambos gestionan con éxito sociedades multirraciales de una manera de la que podemos aprender.
10. La economía de más rápido crecimiento en el mundo es Etiopía, de acuerdo con el Foro Económico Mundial, mientras que Tanzania y Yibuti también están en los primeros seis lugares. Todos estos países están creciendo con más del doble de velocidad que la economía estadounidense.
11. El gobierno de Trump podría aprender algo acerca de la diplomacia de Botsuana, que le pidió a Estados Unidos que por favor dejara claro si considera que aquella nación es un país de mierda. Sin bravuconería, sin amenazas militares, sin tuits groseros… pero hicieron ver su punto.
12. Quienes migran a Estados Unidos desde África demuestran una pasión por la educación que puede inspirarnos a todos.
Es más probable que los inmigrantes nacidos en África subsahariana obtengan un título universitario (39 por ciento lo hacen) que los estadounidenses nativos (31 por ciento).
Esa educación, estoy seguro, los vuelve recelosos a insultos injustos dirigidos a continentes enteros, así como a los estereotipos impuestos sobre la gente de esos continentes.
"África, como cualquier continente, tiene sus problemas", señala Ken Roth de Human Rights Watch. "Pero también tiene áreas en las que sobresale. Nos denigramos cuando restamos importancia a países enteros con un epíteto en vez de abrirnos a los ejemplos positivos que ofrecen".
De la retórica de Churchil a la bestialidad
La predilección de Donald Trump por las frases de alto impacto, varias de ellas en tono racista, misógino y potenciado por el uso intensivo de Twitter, le granjearon múltiples detractores.
Hace una semana, en una reunión con legisladores que debatían temas inmigratorios en la Casa Blanca, Trump llamó "agujeros de mierda" a países latinoamericanos y africanos, además de sugerir que sería mucho mejor recibir inmigrantes noruegos en lugar de los de esas naciones.
Si bien la frase no estaba destinada al público y se filtró, desató un escándalo que explotó a gran escala y velocidad.
Un grupo de 54 países africanos "extremadamente consternados" exigieron al presidente que se retractara y disculpara, sugerencia que el polémico magnate desoyó.
Los tiempos en que los políticos exhibían una retórica refinada al estilo Winston Churchil se diluyeron ahora que la incontinencia verbal de Trump constituye una de sus características político-comunicacionales más relevantes.
"No quiero nada con México más que construir un muro impenetrable y que dejen de estafar a EEUU", tuiteó. Poco después de los atentados del Estado Islámico (EI) en las Ramblas de Barcelona el 17 de agosto pasado, tuiteó un mensaje que implícitamente sugería ejecutar a los musulmanes con balas bañadas en sangre de cerdo.