Con la declaración de imprescriptibilidad de los delitos de corrupción, se podrá hacer el seguimiento penal, sin límites de tiempo, de funcionarios vinculados con hechos corruptos y también de particulares involucrados en toda acción que haya tenido como origen alguna estructura del Estado.
Cabe recordar que el Código Penal argentino señala que las causas prescriben cuando no se llega a sentencia firme durante más tiempo que la pena máxima prevista para el delito que es objeto de la investigación judicial.
En este caso los jueces Leopoldo Schiffrin y Olga Calitri sostuvieron que los delitos de corrupción no prescriben nunca. Fallaron en una causa originada en 2003 en la que era investigado un juez federal, que falleció durante la investigación, por liberar dinero retenido en el denominado corralito financiero a cambio de un porcentaje de esos fondos. La causa incluye la posible connivencia del magistrado denunciado con abogados y un médico.
Los acusados fueron llamados a indagatoria en distintas oportunidades desde 2004, pero la interposición sucesiva de recursos judiciales para evitar los interrogatorios tuvieron efectos conforme sus intereses hasta la actualidad con el argumento de que el caso se encontraba prescripto.
En esta causa la actual diputada nacional Elisa Carrió hizo una presentación con la figura jurídica de "amicus curiae" (amiga del tribunal) y sumó su propuesta de declarar la imprescriptibilidad de los actos de corrupción.
Uno de los jueces que se expresó por la no prescripción del caso sostuvo que dicha decisión "significa lanzar a la sociedad un desafío moral que sirva para sacudir la inercia que la carcome", mientras que la jueza Calitri levantó la apuesta y llegó a definir a la corrupción como una violación a los derechos humanos.
Entre las reacciones de funcionarios públicos por este trascendente fallo se encuentra la del ministro de Justicia de la Nación, Germán Garavano, quien opinó que el fallo de los camaristas platenses es un reconocimiento de su propio fracaso del mismísimo sistema de justicia. El funcionario de Macri acotó que a partir de esta sentencia la Justicia tiene el desafío de que los casos de corrupción lleguen rápidamente a juicio, más allá de la valiosa y necesaria confirmación de su imprescriptibilidad.
Es de esperar que este valiente pronunciamiento de jueces federales dé paso a la consolidación del fallo emitido y de sus fundamentos, con relación a que la corrupción no tenga punto final en las causas judiciales. Posiblemente se trate del peor flagelo que tiene que soportar la sociedad argentina y que con el correr de los años se ha enquistado de tal manera que muchas veces se han oído voces resignadas que señalan: "Roban, pero hacen", en alusión de políticos y dirigentes en general a los que se sospecha vinculados con este tremendo delito.
El renacer de una buena parte de la Justicia independiente, nos permite ver por estos tiempos a los argentinos cómo el robo al Estado a través de las estructuras de poder lleva a la miseria a millones de personas que confiaron en esa dirigencia corrupta.