El mundo del fútbol está hablando de la espectacular remontada del Liverpool ante Barcelona, pero gran parte de esas charlas se las lleva el cuarto tanto de los Reds.
En una escena ajena a la de un partido internacional de tanta importancia, la picardía de Alexander Arnold (sacó rápido un tiro de esquina) y la repentización de Divock Origi le dieron el pase a la final a los ingleses.
La prensa mundial "le cayó" a los defensores y al arquero culé por no estar atentos ante una jugada que se especula que fue preparada en el "laboratorio" de Jürgen Klopp.
Esa desconcentración de los defensores del Barcelona ayudó a que Liverpool logre una remontada histórica y que le dará revancha en una nueva final de Champions League.